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El señor Smith era un caso particular,pues,el y Jimin siempre han tenido pequeños roces,ya que el señor nunca ha aceptado que Jimin se haya robado a su pequeña Diana,cosa que al castaño se le hace absurdo ya que esa nunca fue intención.

Jimin al oír lo que había dicho ahora su prometida realmente se le bajaron los ánimos y los colores de la piel,si bien,el sabía que cuando le contarán al señor Smith del casamiento,agarraria a palazos al probre de Jimin.

—¿C-Cuando le diremos?—Jimin para este punto ya tartamudeaba y Diana lo noto,rio levemente y tomo sus manos para acarciarlas para calmarlo un poco —

—Podemos hacerlo mañana

Jimin sentía que se desmayaba.

—¡Mañana!—exclamo este—

—Si,o bueno,¿que día te gustaría decirle a mi padre?

—(no decirles nunca y escaparnos a otro multiuniverso donde si me quiera mi suegrito),Que te pare si mejor el viernes,así preparo todo,y me preparo mentalmente para cuando me golpeé

Diana rio,sabía lo mucho que me daba miedo su padre,pero como su deber de hija tenía que avisarle que pronto se casará con el amor de su vida.

Si bien es dicho las suegras siempre serán las malas,la tercera indiscordia,la causante de muchos divorcios,pero este no es el caso de Jimin y Diana,pues la madre de la pelinegra murió hace tres años,y por ende,el señor Smith tenía que hacer,su trabajo de cuidar y proteger a sus pequeñas,que por más grandes que estén, siempre para el serán sus bebés.

Los días pasaban,Jimin no queria que llegara Viernes,ese día sería su muerte,y bueno,el no quería morir.

—Cariño,¿cuando nos casaremos?

Pregunto Diana, mientras acomodaba unas cosas en su escritorio.

—Si es que sobrevivo,en 5 meses.

Diana rodeo los ojos divertida.

—¿Porque tanto tiempo?

—Quiero que tengas una boda de ensueño, que todo esté a tu gusto.

Diana sonrió,se levantó y se acercó a su novio con un puchero en rostro.

—Jimin, encerio te amo,pero lo único que quiero es casarme contigo y ser felices. No importa si la boda será cara,simple o humilde,yo solo quiero pasar el resto de mis días junto a ti.

Jimin amaba ese lado de su novia,era comprensible y sobre todo humilde,ella prefería las cosas simples,pero el castaño siempre le daba lo mejor.

El día que Jimin  no quería que llegara, inevitablemente llegó,el señor Smith estaba algo confundido con la repentina visita de su hija y su yerno,conocía a su hija y era solo para darle una noticia.

Toda la familia Smith estaba sentaba en la sala,Eun quien era con la que más roces tenía Diana,no le quitaba la vista a Jimin,pues la pelinegra sabía que le gustaba.

—¿Y bien hija que nos quieres decir?

El señor Smith se estaba desesperado por saber la noticia,tenía curiosidad de saber si mataría por fin a Park Jimin.

Jimin trago en duro y decidió hablar de una vez.

—Señor Smith,le aviso que,su hija y yo,pronto nos casaremos.

Y eso fue como un balde de agua fría caerle al señor Smith... Porque ni siquiera pidió permiso si no le aviso .