MY EX'S FRIEND || AU kurokura

10

Cuando se dió la vuelta para encarar a Chrollo, este ya se encontraba mirándolo, acercándose despacio con ambos brazos cruzados sobre su pecho. Kurapika no va admitir que quizá está poniendo mucho esfuerzo en mirar esos ojos oscuros y no el gran torso tonificado vestido con una musculosa negra, que deja a la vista cada músculo junto con el extraño tatuaje de una araña en su bícep derecho.

"¿Ahora si podemos hablar?" dijo Chrollo una vez que estuvo a centímetros de distancia.

"Depende de lo que me queres decir"

Casi puede notar los engranajes en la cabeza del pelinegro funcionando.

"Quiero pedirte disculpas, de verdad"

¿Eh?

Debió haber demostrado de más su sorpresa, porque Chrollo se apresura a hablar.

"Por haberte molestado, no quería que te sintieras incómodo"

Ah, eso. Una disculpa... ¿por qué?
Kurapika odió eso, le hizo recordar la situación de los dos y es imposible ignorar lo mucho que le gusta el otro chico, ¿qué puede hacer? Todo sería más fácil si no estuviera-

"Es verdad cuando te digo que me gustas, pero si vos me decis ahora que no queres nada conmigo prometo dejarte de joder"

Abrió la boca para hablar, pensando en decir aquello que estuvo repitiendo toda la semana a lo disco rayado: Neon es... No, no pudo decirlas, ya no puede esconder sus verdaderas ganas detrás de esas palabras. Chrollo no se sorprende cuando ve a Kurapika cerrar la boca y mirar al piso, avergonzado.

"¿Qué pasa?" pregunta, un poco ansioso por el silencio y totalmente ajeno al desastre en la cabeza rubia, porque Kurapika no quiere una disculpa, no quiere que lo hagan elegir así, no quiere que lo deje en paz o hacer como si no se conocieran.

Él quiere haber sido lo suficientemente valiente antes para decirle que le gustaba, mucho antes de habérselo presentado a Neon ¿eso hubiese hecho alguna diferencia?

Kurapika quiere-

"¿Eu, estás bien?"

Sus pensamientos son interrumpidos por Chrollo levantándole la barbilla con dos dedos, lo obliga a encararlo y sus miradas vuelven a conectarse, ninguno de los dos sabe en qué momento rompieron los centímetros aceptables de distancia, tanto que tiene la respiración del más alto vibrando en sus pestañas. Se siente tan chiquito bajo sus ojos y la notable diferencia de altura.

Kurapika desea besarlo. Necesita besarlo.

Lo hace.

Sus dedos van a la parte superior de la musculosa que el mayor lleva puesta y lo tira hacia abajo. Choca sus bocas antes de poder reflexionar sus intenciones, no le importa, dejó de importarle en el momento que pudo sentir el sabor de sus labios en un beso muy bien correspondido, terminan acercando sus cuerpos mucho más de lo que pudo haber creído posible.

Sin embargo, casi llora al instante que el pelinegro se alejó un poco de su rostro.

"Pará, no me gustaría que después te sientas mal por esto, yo sólo venía a hablar" su voz suena agitada al decir, mientras lo observa desde arriba con la mirada oscurecida que le hace cosquillear el estómago.

Kurapika responde de la misma manera: "Cerra el orto y besame"

Deja escapar un jadeo que muere en los labios pálidos al volver a atacar su boca con agresividad. Dos manos grandes viajan por sus caderas y con un pequeño salto deja que Chrollo lo levante del suelo, apoyándolo contra las casillas que están detrás suyo. Enreda sus dedos en la cabellera negra y envuelve ambas piernas en la cintura ajena para sostenerse, adorando la sensación de ambas manos paseándose por la parte inferior de su cuerpo, acariciando todo lo que está al alcance como si quisiera memorizarlo y casi se siente derretir ante el toque.

Chrollo abandona sus labios y baja, dejando un rastro algo húmedo que termina en su cuello. Se sintió bien, demasiado bien para lo mal que está y a ninguno de los dos le importa.

No les importa la hora, ni el lugar, o que en cualquier momento sus compañeros también puedan ir los vestuarios. Tampoco les importa Neon que, ajena a la situación, está sentada en una tribuna viendo el actual partido, esperando pacientemente a su mejor amigo.