10 de enero de 1965
El día anterior, había evadido por completo a Quackity.
No es que no quisiera verlo, simplemente no se sentía listo para enfrentarlo.
Era la persona de la que estaba profundamente enamorado, tenía miedo de arruinarlo, de que algo saliera mal y no volverlo a ver.
A pesar de aquello, cuando menos acordó, estaba sentado en una esquina del sótano, solamente mirando con insistencia la puerta, esperando visualizar a alguien entrando por ahí.
Se había mentalizado para aquello, no podía ahora simplemente retroceder debido a los nervios.
El rechinado de la puerta lo hizo pegar un brinquito en su lugar, observando fijamente como Quackity ingresaba al sótano con total calma.
Cuando sus miradas se cruzaron, un choque eléctrico cruzó por ambos cuerpos, provocándoles un escalofrío.
—Quackity... yo no quería-
—¿Me estuviste rehuyendo, en serio?— fue lo primero que salió de sus labios —¿por qué, Wilbur?
Wilbur se quedó completamente callado, solo mirandole con sorpresa y a la vez arrepentimiento.
¿Encarar al pelinegro era la respuesta correcta?
¿Debió haber hecho eso desde el principio?
Es que no podía, tenía muchísimo miedo.
No se supone que aquello fuera normal, que un chico se fijara en otro chico. No era aceptable.
A Wilbur no le importaba ¿pero y si a Quackity si...?
¿Que haría si lo perdía?
Quackity era lo que más amaba y lo que menos quería perder. Estaba asustado.
—¿No dirás nada?— la voz del pelinegro salió fuerte y con cierto tono molesto, aunque muy dentro suyo solamente tenía pánico.
Ambos estaban igual, pero ninguno lo sabia por no comunicarse.
Quackity al no recibir respuesta, salió del sótano enojado, dejándolo solo.
Wilbur suspiro, pensando en que lo había arruinado por completo, gateando hasta una de las cajas para hurgar en esta.
No encontró demasiadas cosas interesantes, así que continuo buscando en las demás, intentando encontrar algo que le distrajera un poco.
Sus ojos brillaron cuando vio una casetera, tomándola entre sus manos para colocarla en medio de la zona, volviendo a meterse en la caja para intentar encontrar algún casete.
Habían varios, tenían el nombre remarcado con plumón, pero ningún título le llamaba la suficiente atención.
Agarro uno al azar, metiéndolo con cuidado en donde debía ir, acomodando mucho mejor aquel aparato.
Cuando la música comenzó a sonar, la puerta fue abierta de forma estrepitosa.
—¡Wilbur, tienes que sab-
Quackity se callo al escuchar aquella melodía, volteando hacia el mayor con lentitud, mirándolo fijamente.
Wise men say
Ladeo la cabeza, curioso, acercándose hacia donde estaba sentado Wilbur, extendiéndole su mano.
Only fools rush in
El castaño la tomó, levantándose para posicionarse frente a él, pasando saliva.
Estaba tan nervioso que no pudo negarse al contacto cuando Quackity lo abrazó por la cintura, escondiéndose en su cuello.
But I can't help... falling in love with you
No sabe como, pero su cuerpo comenzó a moverse por si solo, apegándose mucho mejor al pelinegro, quien no tenía pensado soltarlo.
Shall I stay?
Sí, quédate...
Would it be a sin... if I can't help falling in love with you?
Abrazo con más fuerza el cuerpo de Quackity, con miedo de que este se marchara de nuevo, no quería perderlo.
Lo amaba.
Like a river flows, surely to the sea
Un suspiro escapó de sus labios, meciéndose de un lado a otro, lentamente, al mismo ritmo que el menor.
Darling, so it goes... some things are meant to be
Aquello pareció ser una indirecta cuando el castaño soltó una suave risita, pegando su mejilla con la del pelinegro.
Take my hand...
Ambos tomaron sus manos con fuerza, uniéndolas y entrelazando sus dedos, confesando con aquello el amor que sentían el uno por el otro sin necesidad de hablarlo.
Take my whole life, too
Wilbur se separo solo un poco de Quackity para mirarlo a los ojos, deshaciendo el agarre de sus manos para llevar estás hasta sus mejillas, acariciando suavemente.
For I can't help falling in love with you
El pelinegro bajó su vista a los labios de su amado, poniéndose aún más nervioso que antes, escuchando la canción repetir lo mismo de hace unos momentos.
For I can't help falling in love with you
Antes de que terminara, sus labios se unieron con los de Quackity en un suave beso, ambos cerrando los ojos y disfrutando del momento. Sus corazones latían de forma sincronizada, mientras Wilbur bajaba nerviosamente sus manos al cuello del contrario, pasando sus brazos por este mismo.
Quackity aprisionó mucho mejor al castaño entre sus brazos también, probando sus labios todo lo que le fue posible, ignorando lo ruborizado que estaba.
Wilbur jadeo conmocionado cuando el pelinegro se separó de la unión entre sus labios para continuar dejando cortos besos sobre estos, con suma delicadeza y ternura.
—Pensé que me odiarías...— murmuro el castaño con una débil sonrisa.
Quackity negó varias veces con la cabeza, esta vez acercándose a su cuello y mejilla para repartir más besos, sin dobles intenciones más que llenarlo de amor.
—¿Cómo podría odiar a mi ángel...?— susurro el pelinegro cerca de su oído, suspirando con suavidad.
Todo aquello lo estaba volviendo loco.
—Acabas de robar mi primero beso...— dijo esta vez Wilbur con cierta gracia, entrecerrando sus ojos.
—Siempre me gustó ser el primero...
Ambos guardaron silencio por algunos minutos, antes de volver a unir sus labios en un segundo beso, volviéndolo más duradero que el anterior.
Y así pasaron todo el día, entre besos y murmullos amorosos.
Ya luego vendrían las consecuencias ¿no?
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Diary of... [Quackbur]
FanfictionWilbur tenía una vida relativamente normal y tranquila, hasta que de un día a otro se encontraba en aquel lugar, rodeado de médicos y psiquiatras. No sabe porque esta ahí, pero no está solo, y hará lo posible para conservarlo.