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20 de diciembre de 1964

—Sabes, Wilbur... Yo te creo— murmuro Quackity solo para él, levantándose de donde estaba, tenía que irse pronto.

—¿El que...?

—Que no pertenezcas aquí. Eres más como un ángel.

Wilbur se quedó callado, ruborizándose ligeramente sin saber porque, aquello lo había afectado.

—Eres mi ángel...— murmuro Quackity, haciendo un ademán para indicarle que tenía que marcharse —si no me buscas tú, te buscaré yo.

Tras aquella amenaza, se fue de enfermería, dejándolo echo un lío.

Se acomodó con dificultad en la camilla, escuchando los murmullos de varios pacientes que estuvieron oyéndolo alrededor.

No les tomo importancia porque creyó que no era relevante, hasta que reconoció una de las voces, pues sonaba como cierto rubio de ojos verdes.

Su mirada rápidamente se dirigió a Dream, quien parecía asqueado, hablando entre susurros con Sapnap, algo alejados de él.

Aún así, el silencio permitía escucharlo.

—Te dije que tenía esquizofrenia...

—Quizás tiene un amigo imaginario...

—No, Sapnap. En verdad es un lunático.

—Dream...

—¡Tan solo míralo hablando solo!

Ambos voltearon hacía Wilbur, creyendo que lo encontrarían platicando con la nada de nuevo, pero no.

El castaño los observaba en silencio, lagrimeando un poco e intentando procesar lo que hablaban sobre él.

Dream se puso pálido y Sapnap suspiro con pesadez.

Ninguno esperaba encontrarse con la mirada desilusionada, llena de dolor y resentimiento por parte de Wilbur.

Todo el dolor de su cuerpo había desaparecido para instalarse en su corazón.

Los susurros del resto no ayudaron demasiado. De hecho, alteraron todo, pues Wilbur se levantó de un salto de su camilla, provocando que todos brincaran asustados, intentando huir.

—¡Aléjense de él, es violento!

—¡Los esquizofrénicos son agresivos!

—¡Váyanse o se les pegará su enfermedad!

Su pecho se oprimió.

Intento caminar hacia ellos, pero aquello empeoró el ambiente, pues ninguno quería estar cerca suyo. O eso parecía.

Sapnap fue el único que en lugar de retroceder, avanzó, quedando frente a frente.

—Están asustados... ellos realmente no quisieron decir eso...— intentó excusar el pelinegro, pero la mirada llorosa del castaño lo calló.

Lo abrazo con cuidado de no lastimarlo mas, escuchando un débil sollozo de su parte.

—¿Por que dicen eso...? yo no tengo esquizofrenia...— murmuro Wilbur entre llanto.

El corazón de Sapnap se estrujó un poco.

—Wilbur...

—¿No me... crees...?— pregunto entrecortado, intentando dejar de llorar, limpiando cuidadosamente sus lágrimas.

El silencio que inundó el lugar fue suficiente para saber la respuesta.

No, nadie le creía.

Nadie de ahí, por lo menos.

Diary of... [Quackbur]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora