Cap. 18: "Te Veré Después..."

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El día transcurrió sin nada especial. Sólo por costumbre, en la mañana fui a la cocina a cocinar algo. La comida humana ya no me sabía a nada, pero había cosas que no quería olvidar del todo. Ví a Muzan entrar y sentarse frente a mí, sin decir nada. No podía sentir nada emanando de él. Se veía pensativo, mirando hacia la nada. No me importó mucho que no me dirigiera la palabra mientras comía, pues había ocasiones en las cuales no me hablaba para nada. Terminé y me puse de pie, para regresar a mi habitación. Escuché su voz a mis espaldas:

-Te veré después, Reiko- me volví y lo miré. Sus ojos lucían diferentes. Se puso de pie y se retiró a su habitación, sin decir más. Un extraño sentimiento me invadió. Me quedé en mi sitio un momento, repitiendo en mi cabeza esas cuatro palabras, a las que no les encontraba significado. Lo único que puedo decir ahora es que... esa noche pasaría algo de lo que yo aún era ajena, pero tenía un extraño presentimiento. No quise darle más vueltas al asunto y regresé a mi habitación, sintiéndome muy extraña.

.

Poco después de que el Sol cayera, volví a salir sola. Muzan se había vuelto a ir sin avisarme y decidí salir, para cazar e intentar distraerme... además de que tenía mi cita con Akaza. Tras caminar unos minutos, llegué a una aldea. Yo aún conservaba mucho de mi apariencia humana, por lo que las pocas personas que había en aquellas calles, no me veían de manera extraña. No tardé en ver como una chica se apartaba del resto. La seguí. Pude sentir su miedo al darse cuenta de que yo le seguía los pasos y como presintió que yo era diferente. No me costó mucho acorralarla en una calle solitaria. Ella me miró con miedo y ví como sus piernas se doblaron, hasta hacerla caer.

-¿Qué quieres de mí?- me gritó. Me incliné hacia ella y la miré, fingiendo compasión.

-Tienes miedo, ¿verdad?- le dije en voz baja- descuida... no voy a lastimarte- ella me miró. Por un momento, ví que ella se tranquilizó un poco y que confiaba en mí. Sin avisar, me fui sobre ella y la devoré. Estoy segura que sus gritos se escucharon por toda la aldea. Cuando terminé, me aseguré de que nadie estuviese cerca para poder salir de esa calle. Caminé adentrándome en el bosque, buscando el lago de siempre. Mi ropa estaba empapada de sangre, así que entré al agua vestida. Vi como se tiñó de rojo a mi alrededor y decidí relajarme, apoyándome en la orilla del lago. No entendía por qué Muzan se estaba saliendo todas las noches sin avisarme, pero no me desagradaba quedarme sola, aunque aquella noche si me sentía un poco intranquila. ¿Qué estaba pasando?

-No pensé que vendrías- escuché una voz a mis espaldas, sacándome de mis pensamientos. Giré mi cabeza y vi a Akaza a pocos metros de mí, que me sonreía ligeramente. Estaba tan absorta en mis pensamientos que no lo sentí cuando se acercó. Sonreí y salí del agua. Agradecí que estuviera vestida.

-Y menos encontrarte bañándote de esa forma tan extraña- continuó. Debía pensar en qué decirle, aunque ningún argumento que dijera tendría sentido.

-Me alegro de verte- le respondí sonriendo. No sabía que más decirle. De pronto, me miró serio.

-¿Por qué no me dijiste que eres un demonio?- esa pregunta me hizo sentir una extraña mezcla entre alivio y nerviosismo.

-Porque... no lo sé- contesté. Y realmente no lo sabía. Me sonrió de nuevo.

-Bueno, al menos ya no me preocuparé por ti, me refiero a tu seguridad- me dijo. Mi sonrisa de alivio lo dijo todo.

-Me molesta que me vean como alguien frágil- me acerqué a él- sobre todo porque no lo soy.

-Si, lo sé...- comenzamos a caminar. Realmente me agradaba ese chico, era algo así como una desintoxicación de Muzan. Lograba sacarme alguna sonrisa y me hacía sentir bien. Me preguntaba una y otra vez por qué no me encontró él en lugar de Kibutsuji. Hubiera estado mejor. De pronto, sentí una extraña punzada en la cabeza, muy parecido al piquete de una aguja. Me detuve. Vi el rostro de Akaza ponerse serio y preguntarme:

Oscuridad (Muzan x tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora