Cap. 6: Pequeña Venganza

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Abrí los ojos. Me dí cuenta de que ya era de noche. Me había quedado dormida de tanto llorar. Ya me sentía un poco mejor, aunque sentía mi mejilla inflamada. Me senté en la cama y la puerta se abrió, apareciendo Muzan. El sentimiento de alivio se esfumó al verlo, sustituyéndolo un dolor frío en mi pecho.

-Levántate- me dijo. Yo obedecí sin decir palabra- nos vamos a cazar- yo asentí. Al pasar frente al espejo, pude ver que en mi mejilla ya había un gran moretón. No le dí más importancia y caminé tras Muzan. En la puerta de la sala se encontraban mis sandalias. Me las calcé y salimos. El aire fresco de la noche me hizo sentirme un poco mejor. Comencé a caminar detrás de él. Prefería caminar así. No quería ni mirarlo a los ojos.

-Dime donde vive tu ex novio- me dijo, tomándome por sorpresa. No supe como responder. Me quedé callada. Muzan se detuvo.

-Te di una orden- habló- debo alimentarme. Si es joven, su sangre me servirá. Así que habla, Reiko- yo fruncí los labios y apreté los puños. Sentía que gritaría si le hablaba. Se volvió. Sus pupilas tenían forma felina y se veía molesto- ¿vas a decirme o no?

-Lo llevaré ahí, señor Muzan- le respondí en voz baja. Pareció sorprenderse de la manera en que le hablé, pero así era como iba a dirigirme a él.

-Camina entonces- me ordenó. Asentí con la cabeza y comencé a caminar, con Muzan a mi lado.

-Respóndeme a la primera vez que te hable- me dijo- no soporto la rebeldía.

-Como ordene, señor Muzan- respondí. No habló más. El camino a la ciudad fue en silencio total. Caminamos por las calles desiertas. Una idea del por qué Muzan deseaba acabar con mi exnovio y mis padres cruzó mi cabeza: no quería que regresara con ellos si llegaban a saber de mí, pues yo era de su propiedad ya. Pero era sólo una idea. Como quiera que fuera, tampoco le quería preguntar. "Este demonio ni sentimientos tiene", pensé. Llegamos a casa de mi exnovio.

-Aquí es- dije. Muzan sonrió.

-Quiero que veas lo que le hago- me respondió. No le contesté. No me interesaba realmente nada. De pronto, Muzan tiró la puerta de una patada. Me cogió del brazo y me hizo entrar a la casa. Yo no opuse resistencia alguna. Sin soltarme, caminó por la casa, revisando cada una de las habitaciones, sin hacer ruido. En la última, encontró lo que buscaba. Sentí algo muy extraño al ver a mi ex novio. Era un extraño y leve dolor en la boca del estómago. Estaba durmiendo muy plácidamente, ajeno a lo que pasaría.

-¿Ese es?- susurró Muzan. Yo asentí con la cabeza. Soltó mi brazo y se lanzó al futón, mordiendo a mi exnovio en el cuello, haciéndolo despertar y gritar del dolor. Ví como luchaba por quitarse de encima a Muzan, pateándolo y golpeándolo con los puños, pero de nada le sirvió, pues no lograba moverlo ni un sólo centímetro. Ví como la sangre salpicó las paredes y el futón y los gritos se apagaron, aunque veía que sus extremidades se estremecían levemente. Muzan no lo pensó más y lo devoró. Había sido algo muy fuerte para mi ver esa escena. El sonido de pasos me sacó de mis pensamientos.

-Señor Muzan...- susurré. Él me miró. Estaba completamente manchado de sangre. Me giré y vi a sus padres en la puerta. Su madre gritó aterrada al ver la sangre de su hijo por todas partes y, al verme, exclamó:

-¡¿Reiko?!- sentí mucho miedo. Su padre me tomó del cuello y me estrelló contra la pared, haciendo que sintiera un fuerte dolor en mi espalda. Pude ver la furia en sus ojos.

-¡¿Qué has hecho, maldita?!- me gritó y comenzó a estrangularme, mientras mis pies se separaban del suelo. Yo lo sujeté del brazo con ambas manos, luchando porque me soltara, pero fue inútil. Estaba tan furioso que tenía demasiada fuerza. Pronto comencé a ver borroso y a sentir el latido de mi corazón en mi cabeza, además del mareo. Ya casi no podía respirar. "Voy a morir- pensé- creo... creo que es lo mejor". Cerré los ojos. La mano de aquel hombre me apretaba tanto el cuello que sentía que me rompería la tráquea de un momento a otro. De pronto, sentí que caí a un lado y me estrellé en el suelo. Tomé una gran bocanada de aire y pude comenzar a respirar, aunque estaba tosiendo mucho. Mi visión se estaba aclarando poco a poco. Ví a Muzan asesinar a ambos, mientras yo me sobaba el cuello, que me dolía mucho. Yo seguía en el suelo, luchando por poder respirar bien, aunque me estaba costando mucho.

Oscuridad (Muzan x tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora