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Era un nuevo día, uno más soleado que el anterior, con un clima más tranquilo, en un amanecer cálido. Aún era muy temprano para que el sol estuviera en su punto más alto, por lo que no era una molestia del todo si quería ir al río, y así lo hizo, llevando varias cosas consigo que le ayudarían a preparar un regalo, un regalo para su "amada" Jiwon. Se sentó sobre el pasto, dejando sus materiales a un lado, y respirando con profundidad, aspirando el aroma de aquel lugar, relajándose en cuestión de segundos, lo que era perfecto para ponerse a trabajar en esa idea que se le había ocurrido. El cumpleaños de la chica sería la otra semana, y ya que quería seguir viviendo en esa mentira que le hacía bien a todo el mundo, tendría una semana exacta para prepararse.

Le escribiría una canción, era perfecto. Sería algo que la haga sentirse importante, algo que alimentaría su ego, y a la vez, también era un detalle muy especial, ¿Qué tan complicado sería? Pero no estaba seguro por dónde empezar.

Tomó su cuaderno, y un lapicero, mirando el agua que estaba frente a sus ojos.

¿Cómo iniciar? Una canción para una persona que debe hacerse notar de las otras todo el tiempo, a cada segundo, una persona tan sensible, dramática, entrometida, llorona...

Bufó. —¿Por qué estoy pensando todo esto? —dijo para sí mismo.

Debía ser una canción especial, no una que hablara de las cosas que le desagradan de la muchacha. Miró en dirección hacia el gran puente. Jake solía sentarse ahí para componer sus canciones, y lo hacía con tanta facilidad, como si no se esforzara en crear melodías tan bonitas que lo cautivaban de principio a fin. No era tan fácil como lucía.

Miró la hoja de su cuaderno, sin una palabra escrita.

—Tú eres... —decía en voz alta, buscando una manera de que las palabras sonaran bien— Eres la persona que... ¿Más bonita que conozco? —suspiró— ¿Y eso qué importa si no me gustas? —volvió a bufar. No escribiría eso por obvias razones. Continuó diciendo: —Eres... Ya eres como parte de mi familia... Porque tú sola intentas ser parte de mi familia, ¿Por qué carajos siempre estás en mi casa? ¿Quién te invita? —decía frustrado lanzando el cuaderno muy lejos. Se llevó ambas manos al pelo, cerrando los ojos— ¿Cómo voy a escribir una canción sobre una persona que no me gusta?

—Wow, eso sonó bien. Deberías considerar ponerlo en el coro —dijo una voz a su lado. El escucharlo, lo hizo dar un brinco en su lugar, moviéndose con rapidez para mirarlo.

—Jake —su voz sonó como si no pudiera creerlo, aunque era bastante creíble que lo vería, casi siempre solía encontrarlo al lado del río. Tal vez fue hasta ahí esperando encontrarlo, y ahora que lo miraba sentado a su lado, usando ese viejo sombrero de paja, se ponía a pensar que sí lo había extrañado, pero no se lo diría, y no lo haría tan obvio. Tosió, aclarandose la garganta—. ¿Cuánto tiempo llevas aquí?

Lo miró, y no pudo evitar ver que sus ojos seguían conservando ese bonito brillo que le hacía querer verlos todo el tiempo, junto con esa sonrisa que le brindaba confianza y comodidad en un instante. Se sentía tan bien tan sólo con estar junto a él. Luego se sonrojó por todas las cosas que estaba pensando sobre su amigo.

—No mucho —dice sin despegar su mirada de Sunghoon—, sólo escuché que estás escribiendo una canción para Jiwon. ¿Te le vas a declarar?

Entorno los ojos. —Claro que no.

—¿Por qué no? —dice riendo. Se quitó el sombrero, para poder recostarse sobre el pasto— Eso es lo que tu familia y la de ella quieren.

Lo miró mal, pero el más bajo no se dio cuenta porque estaba cerrando los ojos.