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Eres todo lo que soñé,
Lo que no sabía que podía tener.





No había tenido su mejor noche, y se notaba en gran parte por sus ojitos cansados, y porque, pese a que lo intentaba, no paraba de bostezar. Se quedó despierto hasta tarde, siendo consciente de que tendría que levantarse temprano, pero no podía simplemente quedarse dormido de un minuto a otro; de cualquier forma, ni siquiera intentó dormir temprano. Ahora, se encontraba con el resto de los chicos, que se distribuían por la granja de fresas, limpiando y acomodando un par de cosas del lugar porque tendrían una visita en unas horas; un grupo de una escuela primaria estaría de excursión por el pueblo, y su primera parada sería esa granja. Los chicos estaban un tanto entusiasmados por ver a los niños, pero Sunghoon no podía decir lo mismo debido a su cansancio.

Se encontraba al lado de Jiwon, ambos se dedicaban a llenar un par de contenedores de agua, y mientras, ella le platicaba sobre los planes que tenía para su fiesta, como toda la lista de música que había elegido ella misma, pensando en que debía ser lo suficientemente buena como para que le gustara al resto de sus invitados, pero el no podía poner atención, porque su mente seguía en otra parte.

Había estado pensando en esa película que vio en la noche, donde había una escena de una tormenta que lucía tan real, y pensó tanto en ello que, el sueño que tuvo, fue parecido a lo que vio. Soñó que estaba navegando en un pequeño barco por el mar, él solo, y la fuerte tormenta provocaba que se moviera de un lado a otro, perdiendo su rumbo, pero fue extraño que, a pesar de que era un barco bastante pequeño, no se hundió en ningún momento, y siguió andando. Siguió de esta forma hasta que, por fin, la tormenta acabó, ahora sólo tenía que llegar a tierra firme. Su barco parecía guiarse por sí solo, pues en cuanto pensó eso, se dio cuenta de que había llegado a una costa, y esa no era la mejor parte, lo mejor fue cuando a lo lejos, divisó a Jake, que al verlo, llegó corriendo a su encuentro. Lo abrazó tan fuerte, y no lo soltó, diciéndole que estaba tan preocupado por él, que lo estuvo buscando toda la noche, y sus palabras estaban llenas de sinceridad, por lo que sólo pudo corresponderle el abrazo, diciéndole que también lo había extrañado.

Por desgracia, todo había sido un sueño; otra razón por la que no quería despertarse aún. Buscó a Jake con la mirada, él estaba hasta el otro extremo de la granja, junto con Jongseong y Sunoo. Lo tenía ahí, a unos metros de él, no era precisamente como en su sueño pero podía verlo, o quizás era por la forma tan bonita en la que lo abrazaba, o por esa sensación que experimento cuando lo tuvo cerca.

—Sunghoon, te estoy hablando.

—Lo siento, Jake —dijo sin dejar de mirar en dirección a los chicos, entonces reaccionó cuando escuchó un jadeo por parte de Jiwon, que lo miraba con la boca abierta—. ¡Jiwon! Quise decir Jiwon.

—No, ya lo entiendo —dice soltando otro quejido silencioso—. Te aburrí con mi plática, y por eso estabas pensando en él, lo sé —y soltó un lloriqueo. Sunghoon se alarmó con esto, porque no sabría qué hacer si se ponía a llorar—. Yo soy aburrida, ni siquiera tienes que decírmelo.

Comenzó a llorar más fuerte, captando la atención de los que se encontraban en ese sitio, la peor parte era que el lugar no era tan grande, por lo que podían escuchar todo lo que decía la chica a la perfección. La sujetó por los costados de sus brazos.

—No es cierto, sabes que no es verdad —le decía en voz baja, en un intento por calmarla.

Ella hizo que la soltara, apartando sus brazos. —¡Me estás mintiendo! —chilló con más fuerza, soltando más lloriqueos que la hacían parecer una pequeña niña inconsolable.

Los otros tres muchachos seguían en silencio, pues el ruido que provocaba era tan fuerte que ni siquiera podían hablar. Sunoo y Jongseong seguían mirándolos, mientras que Jake fue el primero en perder el interés, siguiendo con su trabajo, tan calmado, ignorando lo que pasaba a su alrededor. Al cabo de unos minutos, la muchacha ya se había tranquilizado un poco, pero seguía llorando.

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