¿Existe la casualidad? Llámalo destino, casualidad, Dios, como tú quieras. Pero el destino de cada individuo definitivamente está escrito y no hay nada ni nadie que lo pueda cambiar.
Ellos se encontraron en el momento justo, en el momento adecuado...
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Sábado por la tarde...
Hoseok entró a casa con la comida en sus manos, para que su madre no cocinara ese día, prefirió salir y comprar comida ya preparada.
-¡Mamá, ya estoy en casa!
La mujer mayor salió de la cocina con dos platos y dos vasos para servir los refrescos, ayudando también a su hijo con las bolsas de mandado que había comprado aparte de la comida.
Juntos se sentaron a la mesa después de lavar sus manos; Hoseok se miraba feliz, nada que ver con el mes pasado en dónde la tristeza y la frustración se le miraban en su rostro.
Ahora su hijo era feliz y sabía muy bien a qué se debía, o mejor dicho, a quien. La señora Jung le había pedido a su hijo conocer a Jimin, le habia hablado tanto de él, que tenía gran curiosidad por conocerlo, pero también porque quería agradecerle el que su hijo volviera a sonreír.
Después de la comida y de haber ayudado a su madre a lavar los platos; Hoseok se sentó en el sofá de su sala, ya desde la mañana había respondido a los mensajes de su novio. Pero ahora quería llamarlo, aunque no sabía se era prudente, ya que seguramente su novio estaba desvelado por su trabajo, por eso decidió mejor mandar un mensaje antes.
La llamada fue respondida casi enseguida. La voz del menor se escuchaba entusiasmada lo cual hizo sonreír al pelinegro que estaba recostado en el sofá.
-Amor, mi madre quiere conocerte, mañana quiero invitarlas a comer y después a dónde tú quieras...
Jimin tímidamente aceptó, le daba algo de pena conocer a la madre de su novio pero era algo que tarde o temprano tenía que pasar.
Se pusieron de acuerdo para la cita del día siguiente. Después de durar casi una hora platicando decidieron cortar la llamada. Hoseok no quería atosigar a su novio ni robarle su espacio, era sábado y quizá tenía planes de salir con sus amigos o con su tía.
Cerró sus ojos y recordó el bello rostro de su chico, dibujó una sonrisa sin darse cuenta que su madre lo miraba.
-Si que estás enamorado, mi cariñito. -Soltó la mujer entre risas y ternura.
Hoseok se enderezó para que su madre se sentara a su lado.
-Si, mamá. Estoy muy enamorado de Jimin, siento que lo amo, lo amo mucho. -su voz sonaba tan feliz, pasó su brazo por el hombro de su madre para después darle un besito en la mejilla.
-Me alegro mucho, mi niño. Estoy segura que ese chico te hará muy feliz, lo presiento.
