Epílogo. Yoongi

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Un año después


—Está muerto. —declaró Seungcheol.

El corazón de Yoongi se atascó en su garganta cuando frunció el ceño ante los rostros sombríos de Seungcheol y Jeongyeon, quienes lo miraban desde su computadora portátil a través de una llamada de Skype. ¿Les había contado Jeonghan el secreto de Jungkook? Su secreto. —¿Qué? ¿Quién? — trató.

Jeongyeon frotó la espalda de Seungcheol mientras decía: —Mi padre.

La conmoción sacudió todo el cuerpo de Yoongi, seguido por la vergüenza. Siempre estaba tan atrapado en su vida, que nunca se le ocurrió que esto podría ser acerca de Seungcheol. Decir que su amigo tenía una relación complicada con su padre era quedarse corto. El padre de Seungcheol había mantenido a su hijo escondido en el armario metafóricamente, permitiendo que otros lo abusaran física y sexualmente mientras él sonreía, saludaba y dirigía sus campañas como senador del partido republicano con valores familiares. El pobre Seungcheol podría haberse quedado en el armario para siempre si su padre no hubiera contratado accidentalmente a un ex-Marine gay para vigilar al niño.

—¿Qué? ¿Cómo?

—DIC —le informó Jeongyeon antes de morderse el labio inferior como para no reír.

Yoongi se quedó paralizado, seguro de que no había escuchado lo que pensaba que había escuchado. —¿Dick? ¿Quién es Dick?

Seungcheol negó con la cabeza. —No quién. El qué. Coagulación Intravascular Diseminada. Ni siquiera sabía que había estado enfermo. No he hablado con él en meses, no desde que lo destituyeron de su cargo. Lo último que escuché fue que enfrentaba una sentencia en una prisión federal por evasión de impuestos. Mi madre me había dicho que no se había estado sintiendo bien durante un tiempo y que seguía poniéndose más enfermo. Ella trató de llevarlo al médico, pero él se negó. Luego tuvo una fiebre alta y se puso realmente confundido y comenzó a desarrollar estos puntos extraños en todo el cuerpo. Mi mamá llamó a una ambulancia y lo hospitalizaron. Ella dijo empezó a sangrar de repente por todos los orificios.

—Jesucristo. ¿Estás bien?

Seungcheol se encogió de hombros. —Extrañamente, realmente no siento mucho de nada. Quizás solo estoy en estado de shock. Quizás ya estaba muerto para mí en mi cabeza. Pensé que tal vez podrías venir al funeral. Es el fin de semana.

Yoongi asintió antes de que Seungcheol terminara de hablar. —Por supuesto. No me lo perdería. Tendré que ausentarme un par de días de filmación, pero Jungkook puede lidiar con eso.

Jeongyeon se inclinó. —¿Cómo te está yendo con eso, Jungkook como tu agente?

Yoongi sonrió. —Es buenisìmo. Comparado con Lucifer, la gente piensa que es de ensueño. También es increíblemente bueno organizando las diez millones de cosas en mi vida y parece lo suficientemente amenazador como para que la gente no joda conmigo y con Mark durante las negociaciones de contrato.

—Eso siempre es una ventaja —reconoció Seungcheol —. Lamento decirte esto en tu cumpleaños.

—Bueno, sé que ahora eres este YouTuber famoso y todo, pero todavía estoy bastante seguro de que no puedes controlar cuándo muere la gente. Te prometo que no dejaré que me arruine el día.

La puerta principal se abrió y Jungkook entró, sacudiéndose la nieve de su chaqueta. Tenía varias bolsas en sus manos que dejó caer sobre el mostrador antes de inclinarse para besar la parte superior de la cabeza de Yoongi. —¡Jungkook! — Seungcheol y Jeongyeon gritaron como si no lo hubieran visto cuando hablaron con Yoongi por Skype hace diez días.

E.P.S. (1-4.5)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora