4-21. Yoongi

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Grupos de personas entraron y salieron del apartamento de Jungkook durante todo el día, revisaron cada rincón en busca de las cámaras de las que él estaba seguro que estaban allí. Al final, tuvo razón. Alguien había logrado colarse en su casa sin ser detectado, reemplazando los detectores de humo de la planta baja y otro más en el pasillo de arriba, por unos que contenían una pequeña cámara. Afortunadamente, no había ninguna dentro de los dormitorios.

Yoongi se había sentado en el sofá, con las piernas estiradas debajo de él, mordiéndose las uñas del pulgar mientras que los desconocidos fingían no notarlo a la vez que se movían por la casa de su jefe. Hizo todo lo posible por permanecer callado y fuera del camino, pero cuando tres extraños entraron en su habitación, se levantó de un salto y de repente se dio cuenta de que tenían la intención de revisar todas sus cosas. Sus cosas privadas y personales. Yoongi ya sentía que su vida no era suya. Ya había descubierto su alma ante Jungkook.

Pero, antes de que Yoongi pudiera pronunciar las palabras para protestar, Jungkook los sacó de la habitación de Yoongi, les quitó el equipo y volvió a entrar en la habitación por su cuenta, llevándose solo a Jeonghan con él. De alguna manera, eso se sintió mejor. Jeonghan era el mejor amigo de Jungkook. Seungcheol y Jeonghan tenían mucho sexo pervertido. No había nada allí dentro que pudiese sorprender a Jeonghan o hacer que mirara a Jungkook de manera diferente. Yoongi no quería ser una vergüenza para Jungkook.

Cuando el equipo por fin se fue, los nervios de Yoongi estaban al límite. Jungkook les preparó una cena rápida y les puso una película, pero en el momento en que Jungkook terminó con su plato, Yoongi ya estaba encima de él, desnudándolo y montándolo allí mismo en el sofá, canalizando toda su energía nerviosa sobre lo único que podía controlar... en lo único que lo hacía sentir bien. Jungkook le permitió llevar el mando sobre la velocidad, la intensidad, masturbando a Yoongi al compás de las embestidas, hasta que llegaron al orgasmo y la cabeza de Yoongi se quedó en silencio por unos momentos.

—¿Por qué no puso cámaras dentro de los dormitorios? ¿Crees que lo interrumpieron? —Yoongi le preguntó a Jungkook cuándo estaban acostados desnudos y saciados encima del sofá. La única luz en la habitación era una imagen escénica aleatoria en la pantalla de la televisión.

Jungkook miró hacia donde Yoongi estaba acostado entre sus piernas abiertas, la cabeza apoyada encima del muslo y la suave polla de Jungkook lo suficientemente cerca como para sentir el aliento de Yoongi, cada vez que este hablaba.

—Tal vez. Claramente sabe que estamos en una relación física. Quizás no pensó que fuera necesario ya que hemos estado subiendo vídeos a tu sitio web. Probablemente no quería interrumpir sus propias fantasías sobre ser el primero.

Yoongi se estremeció ante la idea. ¿Cómo es posible que alguien a quien apenas conocía se obsesionara tanto con él? —¿Crees que todo esto es culpa mía? ¿Crees que yo mismo provoqué esto? —preguntó, finalmente expresando los pensamientos que habían estado circulando en su cabeza desde que Seungcheol y Charlie habían insinuado que su acosador podría tratarse de un conocido.

Jungkook pasó los dedos por el cabello de Yoongi. —No. Por supuesto que no. No hiciste nada malo. El hecho de que algún psicópata tenga una relación imaginaria contigo no significa que hayas hecho algo para provocarla. No es diferente a un acosador que imagina que tiene una relación con alguna celebridad.

Yoongi empujó más su cabeza hacia la caricia de Jungkook, no sintiéndose satisfecho con esa respuesta. —Las celebridades no suben tweets sobre necesitar que alguien use sus agujeros. No le dicen Daddys a sus clientes. Yo mismo me expuse ahí afuera. Les dejé creer que tenían una oportunidad.

Jungkook negó con la cabeza. —Les estás ofreciendo a los clientes una fantasía, un escape. Ninguna persona cuerda pensaría que quienes están en estos servicios de chat en realidad están ofreciendo sus cuerpos. No, a menos que se indique explícitamente.

E.P.S. (1-4.5)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora