¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Cassidy hablaba una y otra vez sobre aquel rubio y su tonalidad peculiar. Nami cada vez que podía la callaba colocándole un trozo de pan en la boca, mientras que Zoro la miraba de reojo sin comprender mucho.
—Caí ante sus pies con el primer "madame" —expresó, dándole un sorbo a su agua con hielo en cubos.
—Que pésimos gustos tienes, Cassie —opinó la navegante, cruzándose de brazos.
—¿Pésimos? ¿Viste como peleaba? ¿Viste su sonrisa? ¡Oh, oh! Tal vez porque no oíste con atención su acento —cada palabra salía con más emoción.
—Ya no tengo espacio... —se lamentó Usopp, interrumpiendo aquella conversación entre las mujeres de la tripulación—. Pero está tan rico —dijo, llevándose otro trozo de comida a la boca.
—¡Yo quiero probar ese! —Cassidy pinchó un pedazo de carne con su tenedor, para posteriormente llevárselo a la boca, sintiendo el exquisito sabor a barbacoa en su paladar.
—Tienes mucha razón. —coincidió Zoro con el astillero, destapando la botella de su cerveza.
—No voy a tener hambre en una semana. —rió Nami, recostándose en el respaldar del asiento.
—Se me antoja algo dulce. —habló el capitán, tocando su estómago.
—Yo ya tengo postre —Zoro elevó el licor en sus manos y luego miró a Cassidy, invitándole a tomar un trago. La castaña negó, bebiendo su agua—. Tú te lo pierdes.
—Hay que hacer un brindis —sugirió Luffy—. A ver, levanten sus copas —pidió, señalándolos. Todos obedecieron a aquella petición—. ¡Por la mejor tripulación del océano! ¡Y nuestra victoria! ¡Sí! —se sonrieron mutuamente.
—No, perdón. ¿Qué victoria, con exactitud? —interrumpió la navegante, enarcando una ceja.
—Contra la Marina. Los destrozamos en la primera batalla. —aseguró el capitán.
—No sé en cuantas batallas navales hayan participado... —comenzó, dejando su copa sobre la mesa.
—No sé, unas dos docenas. —mintió el moreno, dándole un trago a su cerveza.
—Pero eso fue un desastre —completó Nami—. No estábamos preparados ni coordinados. Si hubiera sido justo, estaríamos en el fondo del océano. —mencionó sin preámbulos.
—Pero no lo estamos. Luffy nos salvó —sonrió Usopp, rodeando los hombros del susodicho.
—¿En serio vamos a ignorar al elefante en la habitación —habló en códigos, logrando que Luffy frunciera el ceño—. ¿No se te ocurrió decir que tu abuelo es marino? Y no cualquier marino, un vicealmirante —concordó, indignada—. No sé ustedes tres, pero yo no me apunté para esto.
