Prologo

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Una vez alguien dijo "a veces uno debe arriesgarse sin temor a las consecuencias, porque las heridas que estas nos dejan pueden curarse, más el arrepentimiento de haber podido hacer más perdura en la eternidad", esa palabras resonaban en la mente de Alex, aun sin saber dónde las había escuchado, cuando volvió en sí, no sabía dónde estaba, era un vacío infinito, nada se vislumbraba a la distancia, una fría luz grisácea que apenas le permitía distinguir el suelo por el que andaba cubierto con una ligera neblina, pero pese a eso no tenía frio, empezó a caminar lentamente sin un destino al cual llegar, solo camino sin rumbo. Cuando empezó a creer que no hallaría nada, apareció, una figura que parecía ser un roca a la distancia, pero mientras más se acercaba, más distinguía su forma, tenía forma humana, pero no sabía si realmente lo era, solo hasta el momento que lo tuvo de frente y lo vio claramente.

Parecía ser una especie de caballero medieval, pues llevaba una armadura completa tan grande que le parcia imposible que fuera capaz de moverse, su cabeza estaba cubierta por un yelmo con cuernos que asimilaba a la cabeza de un dragón de los mitos antiguos y cuentos de hadas, pese a estar de rodillas su rostro cubierto estaba frente a frente con el de Alex, lo que dejaba la idea ¿Qué tan alto será de pie?, pero tampoco tardo en reparar en los detalles importantes del caballero.

Debió haber sufrido una cruel batalla de forma reciente pues estaba bañado en sangre, al igual que la enorme espada que sostenía en el brazo derecho, donde debería estar un escudo y su brazo izquierdo que parecía haber sido cercenado cruelmente solo quedaba una hombrera caída y parte de la túnica rasgada y ensangrentada, tenía unos pequeños bultos sobresaliendo de su pecho, al observarlo detenidamente parecían está atravesándolo, hasta que cayó en cuenta de las lanzas que se alzaban sobre su espalda, era imposible que alguien sobreviviera a eso, pero daba el presentimiento de que eso no detuvo al guerrero hasta mucho después de haber sido herido.

Pero de entre todo ese sangriento y trágico escenario, algo resaltaba, del cuello del caballero sobresalía un pequeño y brillante objeto, atado a una correa de cuero, lo que parecía ser un pequeño prisma de cristal envuelto en un hilo dorado, que brindaba pequeños destellos con la tenue luz del lugar y a su lado un sencillo anillo de plata que solo podía significar una alianza, alianza a la que el guerrero no podrá volver.

Mientras aun observaba el cuerpo de aquel caballero, súbitamente un rugido estremeció el lugar, era un rugido lejano e imponente, debe ser una creatura gigantesca, pensó Alex, parecía provenir de detrás de él, se dio vuelta para mirar que provoco aquel rugido y entonces... despertó.

MythiriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora