Capitulo 11

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La vida nocturna en Roma no era muy diferente a la otros países, los bares y las discotecas estaban llenas, por las calles circulaban automóviles y motocicletas, las parejas que paseaban por los parques y plazas, disfrutaban tranquilamente de sus vidas, todos estos sonidos creaban una atmosfera de tranquilidad, Alex disfrutaba de esa paz momentánea mientras contemplaba apaciblemente la Fuente de Trevi, había intentado no llamar mucho la atención, o al menos eso creía, porque su paz efímera no tardo en ser interrumpida por el estridente aullido de las sirenas y el grito de varios oficiales.

Se dio vuelta lentamente y observo las patrullas que rodeaban el lugar, los transeúntes se alejaron rápidamente debido al miedo y la confusión, el opto por lo mismo mientras intentaba mezclarse entre la muchedumbre, caminaba rápidamente tratando de llamar la atención lo menos posible, fue entonces cuando alguien lo tomo del brazo.

- Mi scusi, signore, ¿potrebbe mostrarmi la sua identificazione? – dijo un oficial, pidiéndole que mostrara su identificación.

Alex se quedo quieto un momento, pensando en su siguiente movimiento, de reojo miro como el resto de los oficiales se acercaban despacio sacando de a poco sus armas, sabían perfectamente que era el, solo estaban esperando el momento que hiciera algo tonto para tener motivo de dispararle, pero no les daría esa satisfacción, aunque si haría algo tonto. Rápidamente se safo de quien lo sostenía y lo sujeto del cuello mientras lo apuntaba con su propia arma, todos lo miraron con sorpresa mientras usaba al oficial de rehén, empezaron a acercarse.

- ¡Indietro, indietro o sparare! – grito Alex para alejarlos mientras amenazaba con disparar, todos se quedaron quietos con la intención de hacer algo, pero no querían arriesgar a su compañero, Alex sin embargo aprovecho la oportunidad para alejarse del bloqueo, algunos aun lo apuntaban con sus armas, pero no le importaba, solo quería escapar de ahí.

Cuando estuvo suficientemente lejos de la policía, descargo el arma y la arrojo lejos, después noqueo a su rehén no sin antes decirle que lo sentía, comenzó a correr tan rápido como se lo permitió su cuerpo agotado, apenas dio vuelta en una esquina cuando el sonido de las sirenas volvió a escucharse por las calles, pronto lo alcanzarían y su drama no habría servido de nada, paso cerca de un hotel donde un pobre diablo dejo su motocicleta encendida, Alex no lo pensó dos veces, y salto sobre el asiento y acelero.

- Scusate signiori – grito a los que lo vieron, si ya lo consideraban un criminal, porque no agregar ladrón de motos a la lista, pronto se vio envuelto en una persecución policiaca por Roma, el recorrido seria divertido si no tuviera a toda la policía italiana detrás de él. Siguió conduciendo rápidamente entre el trafico mientras, poco a poco dejaba atrás a sus perseguidores, la cantidad de trafico le fue de ayuda para frenarles el avance, miro hacia atrás un momento para asegurarse de si los había perdido, pero justo al llegar a un enorme cruce fue sorprendido por varias patrullas que ya lo esperaban.

Tomo una decisión apresurada y acelero a fondo, estrello la motocicleta contra los autos patrulla y salto sobre ellos usando el impulso, lastimosamente, se lastimo la pierna en cuanto llego al suelo, lanzo un leve grito de dolor y se reincorporo rápidamente, se alejó cojeando lo más rápido que pudo, mientras aun lo seguían gritándole que se detuviera.

- Lo siento oficiales, no hablo italiano – dijo a tono de burla mientras seguía corriendo.

Poco a poco, el dolo de su pierna fue desvaneciéndose, lo que le permito correr más rápido, después de haber recorrido el laberinto de calles, andadores y escaleras, llego al famoso monumento de la Loba, pronto tuvo a la vista las antiguas ruinas, ahí podría esconderse fácilmente, aumento la velocidad y cuando alcanzo las rejas de la zona arqueológica las salto sin problema, la policía se detuvo mientras hacían el intento por ingresar al lugar, Alex escucho los gritos desesperados que daban por entrar, mientras se alejaba hacia la oscuridad del parque fueron apagándose poco a poco, hasta que el silencio a su alrededor fue casi total a excepción de los automóviles que circulaban por las calles.

MythiriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora