Capítulo 16

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Por un instante todo se volvió oscuro, pero hice acopio de todas mis fuerzas para liberarme del agarre de aquel anciano. Agarré sus muñecas con fuerza y me concentré en ellas hasta que sentí como el calor me recorría todo el cuerpo, concentrándose en mis manos, y tras pocos segundos el anciano saltó a un lado con un quejido de dolor. Tomé una bocanada de aire y comencé a toser, alejándome de él viendo sus manos quemadas.

-Siena. ¿Estás bien?- Hillary se acercó corriendo a mi con cara de preocupación a lo que yo asentí sin apartar la mirada de aquel hombre.

Junto a él se había arrodillado una chica que se veía bastante jóven, con el pelo castaño y las mismas orejas puntiagudas. Su piel se veía muy clara, casi translúcida y observé sus manos, de las cuales salía un destello blanco mientras sujetaba las manos del hombre que me había atacado segundos antes.

-¿Pero qué le pasa?- dije al ver cómo aquella chica estaba curando al anciano.- ¡Ha intentado matarme!

-Por favor, les pido disculpas en su nombre. Es un hombre mayor, no sabe lo que hace.- dijo aquella chica sin levantar la mirada hacia nosotras.

-Es ella Hipatia. Ella es la portadora de la llave.- dijo el anciano temblando, mirando a la chica con el ceño fruncido.- Ella tiene el poder de Dagda.- Solo al pronunciar esas palabras Hipatia nos miró con curiosidad durante varios segundos antes de dar un largo suspiro y sonreirle al anciano mientras lo ayudaba a levantarse.

-Tranquilo abuelo, yo me encargaré de esto.- nos miró un momento antes de dirigir al anciano hacia una puerta que había al fondo del local, y tras varios minutos en silencio, volvió a salir de la habitación cerrando la puerta tras ella.

Al verla ahora de pie frente a nosotras me percaté de lo alta y esbelta que era. la ropa que llevaba era muy ajustada, y su cabello largo caía despreocupado por sus hombros.

-¿Cómo ha sabido lo del collar?- dijo Hillary cerca de mi oído en un susurro, la chica nos miró e hice un gesto a mi compañera para que no dijera nada más.

-Nos vamos de aquí.- Sujeté el brazo de Hillary mientras retrocedía para salir de aquel lugar, hasta que Hipatia nos detuvo.

-Esperad, por favor.- dijo mientras alzaba las manos queriendo que entendiéramos que no iba a hacernos nada.- Sólo quiero saber qué os dijo.

Tardé unos segundos en comprender lo que había pasado en tan poco tiempo, iba a retroceder de nuevo, sin decir nada, cuando Hillary dio un paso hacia adelante.

-Ese anciano dijo que ella tenía algo que le pertenecía, que tenía una llave.- dijo mi amiga mirándola con atención.- Entonces fue cuando se abalanzó sobre ella.

-Eso es lo que me dijo hace un momento.- dijo la chica con un suspiro mientras sacudía la cabeza.- Es algo para lo que ha dedicado su vida, tanto él como su padre, y el suyo antes que él. Siempre acaba igual.- La chica vio en el suelo uno de los papeles que tenía en el momento en que el anciano me atacó y se agachó a recogerlo para entregármelo, pero se detuvo al ver lo que había en él.- ¿Tenéis pensado ir a las montañas heladas?- dijo con el ceño fruncido.- No podréis llegar muy lejos, aunque tengáis esta posición, no se puede cruzar el Bosque de Luz.- volvió a extender su brazo hacia mí y agarré el pedazo de papel que me ofrecía, y miré a Hillary de reojo ante sus últimas palabras.

-"El bosque brillante" .- dije en voz baja.- ¿Sabes qué lugar es ese?

-Es el lugar que os dije al que mi abuelo quiere acceder. Coedwig o Olau, Bosque de Luz.- dijo la chica encogiéndose de hombros.- Es el bosque que separa Tir Neb de Dinas Rhew. Todos lo conocen, pero cómo ya les dije, no se puede entrar.

El legado Pendragon [Ya en físico]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora