IDOL ━━━ BTS

*｡REGRESA

༘⋆⁰¹/⁰²/²⁰²¹𓂃¹⁵/¹²/²⁰¹²

Así que este es el plan:

Estudiaré gastronomía y tendré mi propia pastelería.

Y, hasta el momento en que tuviera que estudiar la carrera (en el extranjero, probablemente), seguiría viviendo junto a mis padres (que por cierto, son excelentes).

Yendo a otros aspectos de mi nueva vida; Jeongin y yo nos hicimos pareja el día de mi cumpleaños.

Nos medio amigamos con Minji cuando vino a visitar a Jeongin; aunque casi se desmayo cuando Gin y yo le comentamos acerca de nuestra relación, no trato de "matarme", ni física o verbalmente, solo me dió una mirada que diría fue de las más incómodas que me recibí en toda mi vida. Pero todo okay.

Las cosas con Eda se estaban arreglando, podría decirse.
Gin y Minji insistieron mucho en que volviera a hablar con ella y lamento decir que soy vulnerable a la persistente insistencia (además de que Minji comentó que Eda parecía realmente atormentada con mi ausencia). En fin, Eda se tomó el tiempo de ir un día entero a verme para hablar cara a cara.
Lo resumiré así: nerviosismo, tristeza, esperanza, finalmente llanto aliviado y finalmente un acuerdo de intento de reconciliación.

Jonghyun, como no podía visitarme, solía hacerme llamadas cada que tenía una oportunidad (la mayoría duraban una o dos horas).

Gracias a todos ellos, iba superando mi fracaso de intento de idol.

Hasta que... Un día mi madre entró a mi habitación mientras estaba leyendo un libro tranquilamente acostado en mi cama.

—Seren. Tienes visitas...

Bajé el libro y me senté mirándola confundida.

—¿Visitas...? ¡No puede ser! ¿Hoy tenía que salir con Gin y los niños?

¡¿Cómo pude olvidarlo?!

Estuve por correr a mi armario para buscar algo más que ponerme pero mi madre me detuvo diciendo unas palabras que creí no volvería a oír.

—No es Jeongin. Es un grupo de chicos que dicen conocerte.

Grupo. Chicos. Grupo de chicos... No. No puede ser. No es posible.

—Mamá, ¿ellos...?— tragué con dificultad, sintiendo mi garganta seca —¿Son siete chicos?

Ella asintió y sentí que un balde de agua fría cayó sobre mí, con el balde y todo, literal.

—Santos rábanos.

Son ellos... S-son ellos... ¡Son–!

—¿Seren?

Volví en mí al sentir el agarré de mi madre sobre mi hombro, ella tenía una expresión preocupada, seguro había notado el creciente pánico en mi rostro.

—¿Quieres que les diga que se vayan...?

—Yo...— cerré mis ojos apretandolos fuertemente y suspiré tratando de ganar algo de compostura —Bajaré en un minuto.

—... De acuerdo.— sonrió insegura y colocó un mechón revoltoso detras de mi oreja antes de salir de nuevo por la puerta.

Me dejé caer sentada en mi cama incapaz de controlar el temblor de mi cuerpo ni por un segundo más.

—Ellos... ¿Por qué están aquí? ¿Cómo me encontraron?— estruje la tela de mi pantalón tomando pequeñas bocanadas de aire queriendo calmar mis temblores —¿Qué es lo que quieren? ¿Por qué vienen luego de tanto...? Yo... ¡Dije que iría a verlos antes de siquiera pensarlo! ¡¿Qué me pasa?!