-Disfruta tu primera clase.- la mujer de tercera edad abrió la puerta con una sonrisa amable.
-Gracias.
Correspondí su gesto antes de adentrarme a la habitación. Siete personas ya se encontraban dentro, tres chicos y cuatro chicas.
¿Qué dónde estoy? En mi primera clase de baile contemporáneo.
Como todo, esto tiene una explicación lógica.
Me mantuve varias noches pensando en que podía hacer para que mi baile dejará de ganarse miradas juzgonas y estar al nivel de una trainee decente o en su preferencia, una futura idol (lo que sería en un año y unos meses).
Entre búsquedas, comentarios y videos de internet me encontré con que el baile contemporáneo era probablemente una buena manera de iniciar.
La razón de esta conclusión es que, el baile contemporáneo requiere de mucho control del cuerpo y flexibilidad, lo que sentía que necesitaba y sí, ciertamente el baile que practicamos ayer en el ensayo (y los que se avecinaban) eran muy diferentes del baile contemporáneo; ambos requerían de estos dos factores (y el hecho de que el lugar no estuviera tan lejos de nuestra residencia era un plus). Quizás con estas clases podría ganarlas y ser merecedora de formar parte del grupo.
Sólo con entusiasmo y ganas no es suficiente, siempre he sido consciente de ello, para mi gracia y desgracia.
-Buenos días.
Una mujer de cabello negro con puntas azules atado en una coleta, ropa ligera y un porte que desprendía elegancia se hizo presente.
-Buenos días, maestra.
Woah, que coordinados-¡¿Maestra?! ¿No es muy joven?
Lucía como de veinti tantos.
-Son más de los que esperaba, ¡menos mal!- sonrió alegremente -Ahora podré dar clases con tranquilidad.
-¿Uhm?
-En fin, comencemos por presentarnos los unos a los otros. Mi nombre es Kim Soo Hee y...
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-Las piernas me están temblando tanto que me cuesta mantenerme en pie.
Tan pronto cerré el casillero, caí sentada en la banca del vestuario.
-Quizás esto no fue buena idea...- apreté mis ojos, llorando por dentro -¿Mmm?
Dejé a un lado mis lamentos al sentir mi celular vibrar en la chaqueta sobre mis piernas, alguien me estaba llamando.
-¿Quién podría...? ¡¿Jin?!- aclaré mi garganta y atendí la llamada -¿Ho-hola?
