Capítulo 1

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                                                                                      ⚔️

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Madeline, Tris y Chris, su nueva amiga, acababan de saltar del tren en marcha, cuando uno de los líderes, Eric, les llamó la atención a todos los iniciados.

—¿Quiere que saltemos? ¿Está loco? —Murmuró Christina para que ella pudiera oírla. Escondió una pequeña sonrisa divertida ante la frase de su amiga.

—¿Quién quiere ir primero?

Tris miró a todas partes, a su lado, Madeline ya sabía lo que pensaba su hermana.

—¿Vas a saltar tú, no?

La rubia asintió con la cabeza y se acercó al bordillo. Miró hacia abajo, bajo la atenta mirada de todos. Le dió la chaqueta a su hermana, que se la sujetó para que no la molestase.

—Eso estirada, desnúdate. —dijo Peter, a quién habían conocido en el tren, burlándose. —O mejor no.

—Cierra la boca, Peter. —Maddie le cortó.

La morena respiró fuertemente cuando vió a su hermana melliza tirarse hacía el vacío. Segundos después, se acercó al bordillo para ver si veía algo, al ver que no, lanzó la chaqueta de su hermana junto con la suya, y se subió al bordillo.

—Vamos, estirada. Solo te espera la muerte ahí abajo. —Peter volvió a hablar, y aunque lo que dijo la asustó un poco, decidió fingir que no y seguir los pasos de su hermana.

Respiró hondo y estiró los brazos como si eso le fuera a dar más equilibrio. Cerró sus ojos y dió un paso al frente para caer al vacío.

Sus ojos estaban cerrados con fuerza, esperando el impacto que nunca llegó. Algó elástico la hizo rebotar un par de veces, antes de ver una red debajo suya que impedía que la caída la dañase.

—Voy a matar a Peter. —Murmuró para ella.

Un chico rubio se acercó a ella y bajó ligeramente la red para que ella pudiese bajar.

—¿Cómo te llamas? —preguntó el rubio mientras la ayudaba a pararse en el suelo.

—Madeline. —Dijo intentando normalizar su respiración.

—Puedes escoger uno nuevo si quieres, pero no podrás volver a cambiarlo.

—Vale, emmm... Me llamo Maddie.

—Segunda saltadora, Maddie. —Gritó para nadie en concreto. —Bienvenida a Osadía, Maddie.

—Me has tirado las chaquetas encima. —Su hermana le recriminó cuando Maddie se puso a su lado.

—¿Ups?

—Los nacidos en Osadía con Loren. Los trasladados, conmigo. —Anuncia el rubio.

Diez personas salen de en medio del grupo para seguir a Loren, que les guía a otra sala.

Maddie aprovecha que el chico se ha ido, y se coloca entre Chris y Peter, mientras el instructor se presenta.

—Me llamo Cuatro.

—¿Cómo el número? —pregunta Chris y al ver que el chico asiente, continúa. —¿Qué pasó, uno, dos y tres, estaban pillados?

El chico hace un ademán de sonrisa y se acerca a ella para susurrarle algo que hace que se calle.

—Seguidme.

Cuatro les guía por los pasillos de Osadía. Madeline camina entre Will y Peter. Debía reconocer que ambos chicos le habían caído bien, aunque ella podía ver que ellos no se llevaban nada bien.

—Me tendré que dibujar un mapa para no perderme. —Suspira haciendo reír a ambos chicos y a Christina y Tris, que van un poco más adelante.

Después de ver el pozo, "el corazón de Osadía", como Cuatro lo había llamado, se dirigen a las habitaciones. Maddie se cuela de las primeras para colocarse junto a Tris y entrelazar sus brazos, haciendo a la rubia sonreír.

—Dormiréis aquí las próximas semanas. —El rubio anuncia cuando llegan a los dormitorios.

—¿Chicas o chicos?

—Todos. Y si esto os encanta, no me imagino el baño.

—Oh, no. Por favor, no. —Maddie suplica bajando la mirada cuando Cuatro la mira curioso.

—Como os gusta en verdad. Todo a la vista. —Murmura caminando de nuevo hacia la salida. — Cambiaos.

—¿Alguien quiere ducharse? —pregunta Peter después de que Cuatro salga. La morena pone los ojos en blanco y se encamina para tirarse en una de las camas. A su izquierda, Tris hace lo mismo, sonriendo con complicidad a su hermana melliza. Una de las "tradiciones", si podía llamársele así, era que cuando sus padres dormían, ambas subían a la azotea a ver las estrellas o incluso solo a hablar.

A su derecha, Peter se sentó en la otra cama, observando la ropa que había allí colocada.

—Bien, vamos a cambiarnos.

Virago | DivergenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora