Capítulo 3

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                                                                                        ⚔️

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El puño del chico se estampó con fuerza en la boca de su estómago, tirándola al suelo e impidiéndole respirar por unos segundos. Rápidamente, la chica se levantó y le propinó una fuerte patada en la cara, que derrumbó al moreno.

Desde fuera del ring, Chris, Will y Al veían la pelea con nerviosismo. Al otro lado, los dos líderes del grupo esperaban con preocupación que a la chica no le pasase nada.

Sus esperanzas se derrumbaron cuando minutos después, cuando parecía que Maddie iba ganando, Peter la tiró al suelo y le dió golpes hasta que ella quedó inconsciente.

—¡Vale, ya está bien! —Cortó Eric al moreno que seguía golpeando a la chica.

Este, inmediatamente se levantó y miró con preocupación a la morena, que yacía en el suelo inconsciente. Sangre salía rápidamente de su nariz, e incluso de un lado de su cabeza, lo que hizo a todos asustarse más.

Will y Christina corrieron a levantarla y llevarla a enfermería, donde su hermana ya reposaba también inconsciente.

—Debías haber parado la pelea antes. —Cuatro le recriminó a su antiguo compañero antes de empezar a caminar alejándose.

—Ella podría haber parado.

—¡No, no podía! —Volvió molesto apuntando a Eric. —Dijiste que no valía rendirse, ¿recuerdas?

Peter veía desde un lado de la sala la discusión entre los dos líderes. Para ser sinceros, todo el mundo estaba pendiente de la discusión, pues era lo único que se oía en la silenciosa sala de entrenamientos.

Segundos después, un muy molesto Cuatro salió de la sala.

—¿Qué ha pasado? —preguntó la morena cuando despertó en una de las camillas de la "enfermería".

—Peter te noqueó. —Chris aclaró. —Te ves terrible.

—Gracias, Chris. Yo también te quiero. —Murmuró antes de intentar levantarse, solo para que el brazo de Will se lo impidiera.

—¿A dónde crees que vas?

—A entrenar. No lograré pasar el corte si no. —Dijo obvia.

La morena salió de la habitación antes de que siquiera alguien pudiera decir algo. Segundos después, asomó su cabeza de nuevo por la puerta de la enfermería con una pequeña sonrisa.

—Que te mejores, Tris.

Después de eso, caminó hacia la sala de entrenamientos, que ahora se encontraba vacía.

Se colocó frente a uno de los sacos de boxeo y empezó a pegarle con todas sus fuerzas, recordando que Peter le había vencido en la pelea y que ahora ella se encontraba por debajo del corte.

—Te estás haciendo daño. —Una voz llamó su atención. —Sin contar con que deberías estar descansando.

Cuatro se acercaba a ella a paso lento.

—Sí, bueno. Estar tumbada mucho tiempo sin hacer nada no es lo mío. —Se encogió de hombros, volviendo su atención al saco para volver a golpearlo.

—Estás mal colocada, eso te hace débil. Tu brazo debe proteger tu estómago, con el otro atacas. —explicó colocando los brazos de la chica en la posición correcta.

—Pero de esta forma es más fácil que me den en la cabeza. —dijo confundida. El chico se sorprendió por la estrategia de la chica. Tenía razón. Sin embargo, cubrir sus órganos también era importante.

—Eres rápida. ¿Por qué no usaste eso a tu favor en el combate?

—No lo sé. —Suspiró. —Supongo que subestimé de alguna forma mis pocas habilidades. No sé pelear. Pero sé estrategias...

—El problema es que no sabes usarlas para ganar. —Entendió el chico.

—Supongo. —Volvió a encogerse de hombros.

Vió con atención como el instructor caminaba hacia uno de los cuadriláteros. Este, al ver que no le seguía, la miró.

—Venga.

—¿Qué?

—Vamos a practicar tus estrategias.

La chica caminó hacia el ring donde Cuatro ya se hallaba en posición. Se colocó en la posición que más razonable le pareció, una en la que cubría en la medida de lo posible tanto su cabeza como sus órganos más importantes. Esperó a que Cuatro lanzara el primer golpe para evaluar rápidamente cuáles eran los puntos más débiles de este al atacar y así, poder usarlos en su contra. Cuando el golpe llegó, ella observó que para avanzar, el chico dejaba durante dos segundos su torso sin protección. Y cuando el instructor lanzó el siguiente golpe, ella pudo esquivarlo y golpearlo, haciendo que Cuatro se tambaleara ligeramente hacia atrás.

—Buen golpe. ¿Cómo hiciste eso?

—Al golpear descuidas la protección sobre tu torso, es tu punto débil.

El chico miró asombrado a la morena, que se encontraba concentrada en cada uno de sus movimientos. A lo lejos, los iniciados habían llegado hacía unos minutos y se encontraban viendo entretenidamente la pelea, acompañados por Eric, que miraba asombrado como la chica golpeaba a Cuatro cada vez que podía.

Virago | DivergenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora