Segundo

409 37 104
                                    

Simplemente Normal

- Papá, mamá. Ya estoy en casa - Una voz femenina provenía desde la puerta de la casa.

Dicha pelirrosa cerró la puerta mientras caminaba al son de la música que provenían de sus audífonos.
- Así que usted es la hija de... - Esto era imposible.

Daishinkan había Sido totalmente ignorado por una humana.

Una simple humana había ignorado al sumo sacerdote.

Daishinkan era caracterizado como alguien que podía mantener a raya sus emociones, y esta no fue la excepción. Aunque un poco de su poder "Ki" se había desprendido de su ser.

Observando como aquella joven saltaba en medio del oscuro pasillo, hasta perderse detrás de las paredes.

- ¡Mamá, papá! ¿Están en casa? - Volvió a preguntar asomando su cabeza y viendo si había alguien en la sala y efectivamente si estaban sus padres.
- Oh Sakura, cariño ya llegaste de la preparatoria... Antes de tiempo- habló de forma rápida el Haruno abrazándola y dándole tiempo a su mujer para que limpie algún rastro de lágrimas en su rostro.

- Así es papá es solo que el maestro Iruka se enfermó y se suspendió la última hora - Contestó Sakura Haruno mientras se separaba de aquel abrazo fraterno.

Tsunade suspiro y se acercó a su hija abrazándola y dándole un beso en su frente, justo en aquella marca de nacimiento.

Al separarse Tsunade observó por encima del hombro de su hija la cuarta presencia en este lugar.
- Hija, por cierto te presento a Daishinkan. Es el que está atrás tuyo- justo en aquel momento al girar todo su cuerpo aquella adolescente, empezó a caminar en dirección del nombrado

- Nuevamente es un gusto verla...- Y nuevamente se había quedado corto en palabras, aquella pelirrosa paso de frente y corrió al jardín, levantó la mirada mientras soltaba un gemido agudo de felicidad.

- Mamá, papá miren es una lluvia de estrellas - y señalando en dirección al cielo se podía ver como un montón de estrellas pasaban cerca de la tierra causando un espectáculo realmente maravilloso para la vista de todo humano.

Para la pelirrosa era felicidad. Pero, para el sumo sacerdote ya era descortés,lo había ignorado dos veces. Y eso causó una pequeña fuga de poder.

- Lamento mucho que nuestra hija no se tome en serio algunas cosas... sobre este fenómeno que está ocurriendo... - Jiraiya se sobó la nuca un tanto apenado, todo a la vista de su esposa.
- Es una lastima que solo pueda provocar un incidente como este al ser ignorado dos veces - Cerró sus ojos y pudo ver cómo esa chica de ojos y cabellos extraños se había acostado en el jardín mirando el cielo y levantando sus brazos, como si una de las estrellas cayera directo a sus manos.

Esa acción... Era... De alguna forma tierna

El anhelo de sentir las estrellas cerca suyo, el ver estás maravillas como si fueran la primera y última vez.

- Nuestra hija nunca había visto algo parecido en la tierra - Mencionó la matriarca

- Nuestra hija nunca había visto algo parecido en la tierra - Mencionó la matriarca

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Sangre del Linaje SacerdotalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora