Todo estaba tranquilo en el pabellón del grupo de la granja, hasta que los hombres que se fueron a limpiar la prisión de caminantes, volvieron.
Traían a Hershel en una especie de camilla-carro que habían encontrado, pero le faltaba una pierna. Estaba sangrando demasiado.
— ¡Le han mordido! -exclamo Rick una vez llegaron a una celda para dejar a Hershel en la cama.
— ¡Dios mío, se transformará!
— ¿Le has amputado la pierna? -preguntó Lori.
— Si. -afirmo el mayor de los Grimes.
— Tal vez llegaras a tiempo.
Entre, Rick, Glenn, Lori y Maggie dejaron a Hershel en la cama. Mandaron a Carl a por trapos que estaban en la celda de Lori.
Hannie se encontraba en la cafetería junto a su padre. No quería ver todo lo que estaba pasando pues era muy chocante para ella ver a su abuelo en tal estado.
— Papá... ¿Hershel se pondrá bien? -preguntó no muy animada.
— No lo sé, Hannie. Tenemos que estar siempre preparados para lo peor.
Aquellas palabras hizo que Hannie se sintiera un poco peor aún, pero sabía que su padre tenía razón.
Pero de repente, unos ruidos del pasillo que conectaba con la cafetería y el resto de la prisión se hicieron presentes. Daryl levantó su ballesta mientras que ponía a su hija detrás de él.
De aquel pasillo, empezaron a salir unos hombres. Llevaban el uniforme de la prisión.
— Ni un paso más -advirtió Daryl sin dejar de apuntarlos.
— El pabellón C. La celda cuatro es mío, gringo. Déjame entrar -decia en un tono superior mientras se acercaba a estos.
— Es vuestro día de suerte, chicos. El estado de Georgia os ha perdonado, sois libres.
— ¿Qué está pasando ahí dentro?
— Eso a ti no te importa.
— A mi no me dices que es lo que no me importa. -esta vez, advirtió aquel hombre sacando su arma del bolsillo.
— Tranqui, tío. Ese ha perdido la pierna y somos libres. ¿Qué hacemos aún aquí? -dijo uno de ellos.
— Tu amigo tiene razón.
— Si, y yo tengo que ir a ver a mi vieja. -volvio a hablar otro de ellos.
— Si un grupo de civiles se meten en una prisión donde no tendrían por qué estar... Tengo la impresión de que ya no hay donde ir.
— ¿Por qué no lo averiguas?
— Creo que debemos irnos ya.
— No vamos a irnos.
— ¡Pues aquí no vais a entrar! -exclamo T-dog mientras salía de las sombras y apuntaba a aquel grupo.
T-dog, Daryl y aquel grupo empezaron a discutir. El líder del grupo prisionero decía que esa era su casa, pero Daryl no permitía eso.
La pequeña Hannie estaba asustada, pensaba que en cualquier momento iban a empezar a disparar como locos y que algo malo pasaría.
Estaba asustada pero sobretodo incómoda, había un chico de unos 18 años que la miraba atentamente de arriba a abajo. La Dixon no entendía nada, pero le daba asco.
La pelea continuó hasta que Rick apareció en la cafetería, haciendo callar a todos los presentes ahí.
— Hannie, vuelve al pabellón. -ordeno Rick, haciendo que esta le hiciera caso y volviera al pabellón.
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𝓣𝓱𝓮 𝓵𝓲𝓽𝓽𝓵𝓮 𝓓𝓲𝔁𝓸𝓷 - 𝑪𝒂𝒓𝒍 𝑮𝒓𝒊𝒎𝒆𝒔 -
Casuale𝘏𝘢𝘯𝘯𝘢𝘩 𝘋𝘪𝘹𝘰𝘯 𝘦𝘴 𝘵𝘢𝘯 𝘴𝘰𝘭𝘰 𝘶𝘯𝘢 𝘯𝘪ñ𝘢 𝘥𝘦 11 𝘢ñ𝘰𝘴, 𝘢𝘶𝘯 𝘲𝘶𝘦 𝘱𝘰𝘳 𝘴𝘶 𝘮𝘢𝘥𝘶𝘳𝘦𝘻, 𝘢𝘱𝘢𝘳𝘦𝘯𝘵𝘢 𝘮𝘢𝘴 𝘢ñ𝘰𝘴. 𝘋𝘦𝘴𝘥𝘦 𝘱𝘦𝘲𝘶𝘦ñ𝘢, 𝘴𝘶 𝘵í𝘰 𝘭𝘦 𝘩𝘪𝘻𝘰 𝘭𝘢 𝘷𝘪𝘥𝘢 𝘪𝘮𝘱𝘰𝘴𝘪𝘣𝘭𝘦. 𝘈𝘶𝘯 𝘲𝘶...