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6/7/1997

Para un niño ser llamado "perra" o "puta" gracias a tu forma de ser y cuerpo era un problema muy grande.

—Hey! ¡Perra! Te habla mi madre. De nuevo esa palabra.

—Deja de llamarlo así Hiasion. Su hermano albino está detrás de el de hebras negras mirando con enojo al mencionado, ellos dos eran los únicos que le cuidaron cuando su padre murió.

—¿Oíste eso Emma?. Miro a la susodicha. —Quieren que deje de llamar a la perra, perra. Se rió viendo a la mujer, está antes fue su hermana y le defendía hasta que se enteró de una cruel verdad para ella.

Su Padre Tenia Otro Hijo y no era con su mamá e incluso era más querido que ella y sus demás hermanos, para ella Manjiro sano no merecía amor de nadie.

—¿Quieren eso? Lastima, las perras nunca cambian ¿Por que dejarles de llamar por lo que son?. Los ojos del infante se llenaron de lágrimas, el no era ese pronombre tan horrible.

Izana tomo un vaso y se lo arrojo en la cara, se rompió el vidrio y se encajo en varías áreas dejándola inconsciente y sangrante, Hiasion tomo su cuerpo y se lo llevó seguro a un hospital. Manjiro miraba todo esto y su corazón dolía por qué a pesar de cómo lo había tratando en el pasado o minutos antes mejor dicho, el su la quería.

Así es como desde los cinco años su infierno empezó, uno que lo llevaría a la locura hasta cierto punto.

—No, no dejaré que me vuelvan a lastimar

—Nadie tocará a mis hermanos.

—Los voy a proteger de todo.

Tal vez son solo tres jóvenes, pero no se necesita mucho para ser imparable, Invencible.

Manjiro Sano: 5 años de edad
Shinichiro Sano: 10 años de edad
Izana Sano: 6 años de edad
Emma Kurokawa: 6 años de edad
Hiasion Kurokawa: 8 años de edad

Mi Bien EstarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora