XVI

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Roier, Forever y Cellbit se encontraban en casa de este ultimo almorzando unos tacos que se ofreció a hacer el Mexicano

— Y ahora, le ponen un bueeen chorro de limón— dijo mientras exprimía un limón al guacamole — y pa dentro, papá .

— A ver, dame un poco— Cellbit le quitó la tortilla que ya Roier tenía preparada para él, y le dió un gran mordisco, recibiendo un golpe y quejido por parte del de gorra.

— ¡MI TACO, CULERO ARROMBADO!

— Mm. Está muy bueno, Roier— comento el brasileño con burla al más bajo

— ¿Sí, verdad hijo de tu chingada madre?— Le volvió a dar un golpe en el hombro

— Ustedes, parejita recién casada, ¿Pueden dejar de pelear y darme un taco?

Roier se disculpo con forever y termino de hacer los tacos.
Pasaron el rato comiendo los deliciosos tacos y hablando de cosas distintas.

— ¿Quieren hacer un karaoke?— pregunto Cellbit con ánimo

— Pero está bien temprano, Cellb— informo Roier con inconformidad

— Ahora no, digo más en la noche

— Caralho, eu digo que sim, mano. Pedimos unas Cervezas, licores para hacer bebidas y llamamos a más gente

— Está bien pues, pero iré al hotel a ponerme otra ropa

— ¿Por qué? Você fica bem com a Roier merch

— JAJAJA, si pero me gustaría estar más cómodo pues

— tá bom mano, ve y te pones lo más sexy que encuentres— dijo Forever en broma, cosa que Roier correspondió

— Claro que sí mi amor. Que prefieres, ¿un tanga rosa o negra?— hizo una pose exagerada simulando que fuera sexy

— ¡Uma preta, caralho!— dijo con emoción, ambos se rieron al final, el único que no se rió fue Cellbit, que de nueva cuenta se sintió extraño

— Iré a darme un baño e iré al gimnasio, vuelvo más tarde— dijo con incomodidad en su pecho, sobandolo esperando que desaparezca. Se fue a su habitación y cerró la puerta para poder bañarse

— ¿Sabes que le pasa?— le pregunta Roier en un susurro a Forever, él solo alza los hombros

Después de unos 20 minutos, Cellbit salió de su habitación listo para ir al gym, pero Roier lo detuvo con una amigable sonrisa

— ¿Puedo ir contigo, Cellbo?

— Claro, ¿pasaremos por tu hotel para que te cambies?

— Sí, por favor

Cellbit le sonrió y se sentó en el sofá a esperar que él recogiera sus cosas para ir a su hotel, después de unos 6 minutos, Roier llegó con su mochila ya hecha

— Listo, vamos, gatinho

Cellbit se levantó y salieron del apartamento, una vez afuera, Cellbit tomo la mano de Roier y saco su celular para poner música en sus audífonos, que, por supuesto, solo tenía uno puesto.

Roier por su lado se puso tenso tras su agarre, lo había tomado desprevenido, y su corazón no dejaba de correr una maratón. ¿Por que Cellbit causaba esas cosas en él? Ni con Sabi que la había amado tanto se sintió así de nervioso y vulnerable.

Después de caminar unas calles, Cellbit llamo un taxi, solo quería hacer el camino más corto para no gastar tanto en el pasaje del taxi. Una vez subieron Cellbit pago y dió la dirección del hotel, Roier solo miraba como su mano seguía agarrada a la de Cellbit, y se sobre exalto dando un brinquito cuando está misma apretó más su mano con seguridad. Miro a Cellbit, pero él miraba la ventana, parecía no tener idea alguna de lo que pasaba entre aquella extremidad suya que lo tenía preso.

𝐵𝑎𝑟𝑟𝑒𝑟𝑎 𝐷𝑒 𝐼𝑑𝑜𝑚𝑎𝑠.  𝐆𝐮𝐚𝐩𝐨𝐝𝐮𝐨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora