Ya había pasado 1 mes aproximadamente desde que Cellbit y Roier se vieron, un mes que para ambos fue complicado de afrontar. Ni con llamadas, ni mensajes, ni jugar en stream juntos podía con ese algo que les faltaba, esa amistad que habían formado les estaba haciendo enloquecer.
Por supuesto, Roier tomo acción ante su emoción y adelanto su vuelo a Brasil, era curioso cuánto se necesitaban en una simple amistad, algo que ninguno había sentido, esa pieza que, cursimente, les faltó toda la vida para ser felices.
— Sí, está bien, gracias— corto la llamada
— ¿En serio estás seguro de irte tan pronto, Roier?— pregunto inseguro
— Solo me iré dos semanas, mi Gualdo, no para siempre jajaja—camino hacia su cocina, buscando algo para alimentarse a ambos, no habían comido nada desde que Roier llamo a Aldo para que le ayudará a limpiar su casa antes de irse
— Pero igual wey, ¿ahora quien me va a coger bien rico?
— JAJAJA ¡no digas mamadas Aldogeo! Mejor ponte a hacerlas
Ambos se rieron y continuaron en lo suyo, comiendo un delicioso espagueti que les dió suficiente energía para continuar limpiando.
— Oye, wey. ¿No quieres salir un rato?
— ¿A dónde, mi rey? Tu dime y yo te sigo
— No se, pensé en salir al parque temático que está cerca de la farmacia similar, esa que está en la avenida las nieves
Roier lo pensó un poco, pero acepto
— Sale y vale mi carnalito— camino a la cocina con sus trastes y los lavo
— son las 3, podemos salir en un rato, y llamamos a la Rivers y al Mariana— se apoyo en el marco de la puerta mientras miraba a Roier lavar los platos
— Va, deja me ducho primero. No quiero ir oliendo a mono como tú
Y una vez termino de lavar se fue entre risas al baño mientras su amigo le gritaba diciendo que no huele a mono
— ¿Ya llegamos?— pregunto Mariana
— ¡Que no wey! ¡Cállate ya la preciosa boca que tienes, mi amor!— grito Roier con desesperación
— De hecho, Doied, acabamos de llegar— menciono Rivers con burla, mirando a Roier con gracia
— Ah, ¡Y POR QUE NO SE BAJAN YA? ¡RAPIDO, QUIERO ENTRAR!
Todos se bajaron del carro, agradeciendo al Uber que los había traído antes.
Todos corrieron a la taquillera para comprar la entrada, aún que ahí tardaron por los menos 20 minutos por la cantidad de gente.
— Creo que ya no se mueve está hedionda fila.
— Calma, mi rivis, ya casi llegamos— acaricio la cabeza de Rivers con cariño, relajandola un poco más
— Ya vamos a pasar, tranquilos todos
Y tan dicho como hecho, la fila empezó a moverse con más rapidez, al parecer cambiaron a la que atendía, y así llegó sus turnos, comprando con emoción sus entradas y entrando con apuro.
Claro, Roier vio unas manzanas acarameladas y se compró dos, su boca se había hecho agua apenas las vio
— Namames Rogelio, acabamos de entrar y ya estás tragando.— dijo Mariana regañandolo
— Ya wey, es mi perra vida, me dió hambre— comió un pedazo de la manzana gustosamente
— ¿Me regalas uno, Doied?— miraba la manzana extra con deseo
— No, cómprate la tuya.— le dió otro mordisco a la manzana
— ¿Y a mi, rey?
— Ay, obvio mi amor, toma— le dió su manzana a Aldo para que mordiera, pero al contrario, Aldo se la robó y salió corriendo— PINCHE ALDO RATERO. ¡VEN ACÁ PUTO CHANGO!
Comenzaron a correr por todo el parque, hasta que Aldo se subió a una atracción, dejando a Roier tirado por otro lado, perdido.
Rivers y Mariana siguieron caminando, ignorando a los dos niños que traían de acompañantes, y una vez los dos se perdieron, decidieron subirse a otra atracción, los carritos chocones.
— ¿No deberíamos buscar a Roier y Aldo?— pregunto con inocencia y calma mirando a su alto amigo
— Nah, esos pendejos en cualquier momento nos encuentran o nos llaman, tú tranquila mi Rivers. Mira, ¿quieres jugar a esa madre de las pistolas? El que tenga el punto más alto paga la cena del otro— le ofreció Mariana con diversión, y rivers por supuesto acepto con emoción
— ¡Dale! Es que fíjate que ya había visto ese pingüinote azul y se me antojaba ganarlo, eso significa que ya estás bieeen perdido mi compadre
Después de desafiarse unos minutos más, entraron a jugar, muy concentrados en su trabajo y molestándote mutuamente para que el contrario perdiera, tiempo justo en el que aparecieron Roier y Aldo a sus lados.
— Pendejos nos abandonaron por ahí, ¡Tuve miedo!— dice Roier metido en su papel dramático
— Ustedes se perdieron por ahí, y cállense que me estoy concentrando.— ordeno Rivers
— ¿Ahora que están haciendo mi amor?— pregunto ahora Aldo a Mariana con curiosidad, observando la puntuación alta de Rivers contra los 600 puntos de Mariana
— Hicimos una apuesta, pero se me hace que ya la perdí.
— ¡CALLENSE QUE NO ME CONCEBTRO CHINGADA MADRE!
—¡Ay perdón pues, si quieres nos perdemos otro rato!
Las balas de Mariana y Rivers se acabaron, terminando el juego, siendole entregado a Rivers su lindo pingüino gigante, quien lo recibió emocionada.
— Pareces chamaca de 3 años
— ese es pedo mío hijo de tu chingada madre, ahora cuidamelo que quiero ir a la montaña rusa— le entrego su peluche a Aldo y salió corriendo, siendo seguida por todos, más los reclamos de Aldo por tener que cuidar a el pingüino
— ¡Hey Rivers, cuida a tu chamaco, no seas pendeja!
— ¡Muy tarde, ya me subí! Solo será un ratito wey, cuidamelo tantito
— Uhhh, ¿dejaras que te trate así, mi nahualdo?
— ¡Rivers, ven aquí! Está pendejada es tuya, no mía, ¡cuidala!
Pero antes de hacer cualquier cosa, Rivers abrochó su cinturón y se bajaron los fierros de seguridad, arrancando la atracción con ella dentro, dejando a Aldo parado y decepcionado
— Tranquilo wey, vámonos a comer algo por ahí mejor. ¿Se les antoja una parrillita?
— Mientras no me saque otra tripa, sí
Y los tres se fueron a tomar unas cervezas y comer algo delicioso. El resto de la noche fue divertida igual, subiéndose a casi todos los juegos, incluso los infantiles, y empedandose a gusto.
Claro eso acabo con todos en casa de Roier que era la más cercana. Lo que habían limpiado se fue por la borda, porque siguieron su desmadre ahí, ensuciando de nuevo la casa.

ESTÁS LEYENDO
𝐵𝑎𝑟𝑟𝑒𝑟𝑎 𝐷𝑒 𝐼𝑑𝑜𝑚𝑎𝑠. 𝐆𝐮𝐚𝐩𝐨𝐝𝐮𝐨
Fanfiction- Me da igual el idioma que hable, aún si no le entiendo, porque él y yo estamos hechos para estar juntos. Nos entendemos sin necesidad de hablar el mismo idioma. - Eu jamais te dejaría sozinho. Eu estarei com você hasta que minha vida termine. Hast...