La Venganza toma otro rumbo

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Una vez navegué hacia un horizonte
Donde podría encontrar la felicidad esperando
Hasta que ese cocodrilo destruyó mi vida y me llenó de odio implacable
Algunos dicen: Déjalo ir; pero yo digo: ¡Diablos no!
¡Finalmente estoy en el camino correcto!
Pronto el oscuro sentirá (sentirá)
El fuego de la ira de este pirata


Venganza, venganza, la venganza será mía
Venganza, venganza, la venganza será mía


Cuando estaba sobre su barco sintiendo la brisa marina que le desordenaba el cabello podía sentirse vivo, el mar que tanto le había quitado, pero también le había dado mucho. Recordaba los momentos que había pasado con su amaba Milah, se conocieron en uno de sus tantos viajes, aquella noche en el bar, ella le había contado sus más grandes deseos, estaba atrapada en casa en matrimonio que no la hacía feliz, con un hijo a cuestas, al ver en sus ojos supo que esa mujer sería especial en su vida, se enamoraron rápidamente, incluso su esposo intentó alejarlo de ella, pero no lo logró, cuando le ofreció el duelo el tipo se comportó como un cobarde. Sin embargo, aquello fue el principio del fin. Aquel tipo volvió, sediento de venganza, ahora era más poderoso, el duelo había sido bastante complejo, le sorprendió que no quisiera matarlo, pero aquella bestia tenía preparado algo peor para él. Killian había visto morir a Milah frente a sus ojos, eso lo marcó para siempre, además el tipo se había llevado su mano.

Se la pasó meses sintiéndose miserable ¿porque no pudo hacer más por salvarla? era algo ciertamente idiota, por suerte había logrado reunir a su tripulación, ahora buscando los frijoles para poder conseguir la forma de destruir al cocodrilo, se había aliado con Cora, con otros que también buscaban sus propios motivos. Fue como la vida lo llevó a aquel pueblo llamado Storybrook. Conoció a personas que buscaban salvar al pueblo, ahí fue cuando conoció a Emma, Snow, a un niño llamado Henry y a David, a quien le llamaban Encantador, de boca de la novia que era Snow, una mujer muy linda, pasaron una travesía larga hasta ir a Neverland donde tuvieron que ir por el hijo de Emma y Neil quien resultó ser el hijo de Milah a quien tanto quiso. Todo era muy confuso, incluso tener que pasar tiempo con el príncipe en esa isla, debía aceptar que le agrada poco el tipo, era bastante pesado, no lo trataba de una forma cortés, así que hacer las cosas con él no fueron fáciles, pero todo fue cambiando cuando David quedó hechizado así como su hermano Liam, hizo lo imposible para ayudar al príncipe, logrando salvar su vida, con eso el hombre quedó agradecido y comenzó a confiar en él, lo cual creía imposible.


Las emociones que una persona te puede causar son confusas, pero lo peor es el nivel en el cual estas pueden hacerte sentir. Empezó a tener una especie de apego hacia el rubio, algo que no había podido descubrir tan rápido, pero algo en él lo hacía querer estar más cerca del príncipe. Cada misión que tenían juntos era deliberante para él. Las emociones comenzaron a apoderarse de él, cada vez que veía a David encontraba alguna cosa buena de él, ya sea física o moral. Empezó a admirarlo, era un tipo valiente que luchaba por los demás, incluso empezó a sentir que se preocupaba por él también. Snow tenía suerte de tener a un hombre que la amara tanto, eran la pareja perfecta, eso todos lo veían. Killian empezó a envidiar un poco aquel amor que los dos compartían. Cuando estos lograban besarse era como si una gran magia cubriera todo, nunca supo que era pero era algo que le llamaban el amor verdadero. Al mismo tiempo había desarrollado una especie de coqueteo con Emma Swan, cosa que no esperaba, ella era algo diferente a él, pero no menos bonita y él no era de piedra. Sin embargo un día sintió algo demasiado diferente que lo asustó.

Mientras estaban en el apartamento de David, Killian estaba mirando al príncipe, sus ojos estaban demasiado concentrados en ver sus ojos, su nariz, esos cabellos rubios dorados, la forma en cómo le hablaba a su hija y a su esposa, era todo un protector y killian quería sentir eso, la barba recortada perfectamente del más alto le daba un toque más viril, era además de todo un hombre que mostraba seguridad en sus acciones.

-¡Killian! ¿tienes el mapa? Una voz preguntó, era la de Emma que estaba ya a su lado.

-Si, aquí está. Dijo sacándolo de su bolsillo mientras pensaba en lo que estaba haciendo.

Se había quedado segundos, quizás minutos mirando a David, admirando, enumerando sus cualidades físicas y morales más allá de todo, lo cual era raro, eso solo solía hacerlo con mujeres, pero David Nolan era diferente, un hombre lleno de cosas buenas, aunque con errores al mismo tiempo, algo que lo hacía atractivo. Siguieron su misión, pero Killian estaba distraído nuevamente con las acciones de David, tratando de cuidar a todos, incluso logró salvarlo, cosa que solo lo hizo sentir feliz. El príncipe se preocupaba por él y eso le dio una sensación de tanta plenitud que lo asustó. Una vez la misión había resultado un éxito todos fueron a comer algo, David siempre con Snow, el sentado junto a Emma, estaba aburrido de muchas cosas, pero más de lo melosos que solían ser los Charmings...



Unos días después había sido llamado por David para ver el tema de un hechizo que los ayudaría en la siguiente misión. Ayudó como pudo al hombre mientras resolvían lo necesario, el rubio se quitó su chaqueta revelando su cuerpo bajo una camisa color azul que se le veía tan bien, se ajustaba a sus músculos, David era grande, de esos tipos musculosos que tenían todo en su lugar, incluso en su mente pensó ¿no será demasiado hombre para Snow? con lo pequeña que era con un hombre tan grande como el principe. Se quiso deshacer de eso en su mente, pues sus ojos estaban mirando más de lo que debían y el rubio podía darse cuenta.

-Hey, Killian parece que estás en la luna hoy. Dijo el rubio con su típico semblante serio.

-Disculpa, estaba un poco distraído. Se excusó mientras ayudaba a David con lo que hacía falta.

-Está bien, iré a revisar unas cosas, mientras lee el libro para saber si necesitamos más ingredientes. Le pidió el rubio saliendo de la habitación.

La chaqueta de David estaba colgada en la silla, Killian miró a todos lados a ver si nadie estaba cerca y tomando esta la acercó a su rostro para sentir que aroma tenía el famoso príncipe encantador. El aroma entró por sus fosas nasales causándole un suspiro completamente raro y nuevo, ese olor era tan delicioso que nunca pensó que un hombre podría oler tan bien. Cuando escuchó los pasos del rubio dejó la chaqueta y tomó el libro, realmente estaba llegando muy lejos, pero no podía evitar lo que estaba sintiendo. Killian miró a David quien estaba serio y se acercó, la cercanía provocó en el pirata un escalofrío que recorrió todo su cuerpo.

-Entonces tenemos que hacer eso, poner ese ingrediente en el vaso. Dijo David.

-Si, ahora dice que debemos mezclaro con ese jugo que apesta. Agregó Killian.

Los dos lograron resolver el hechizo, tenían que reunirse con Emma y Snow para poder terminarlo, ellas estaban buscando otra información. Al terminar el día, Killian se fue a la cama pensando en lo vivido, todo se estaba volviendo extraño, sus nuevas sensaciones, el estar pensando en el príncipe podía estar nublando su juicio a más no poder. El pirata se quedó profundamente dormido.


Mientras dormía escuchó golpes en la puerta, se levantó para mirar de quien se trataba, sus ojos se abrieron al ver de quien se trataba,

-¿David? ¿qué haces aquí? Preguntó

- Yo em... vine a dejarte algo que se te quedó.

-¿Enserio? Preguntó

-Si, este mapa.

- Pero no era necesario, podías habérmelo entregado luego.

-La verdad yo solo quería verte...

-¿Si?

El rubio se acercó tomando de la camisa al pirata y acercandolo para darle un beso profundo que dejó a Killian completamente ido, aquel beso provocó en él mucho fuego, luego de que David se separara fue Killian quien lo besó con hambre, sus ganas del príncipe eran fuertes, el más alto lo tomó en brazos y lo sentó en una encimera comenzando a besarlo con fuerza, ambos hombres jadeando entre besos, las manos de David se fueron a la camisa del pirata y la desabotonó de un tirón, al mismo tiempo que el acariciaba la espalda fuerte de David.

-David... hazme tuyo. Dijo

-Lo haré.

Killian despertó agitado sudando con una erección tremenda, ese sueño fue nuevo, nunca había tenido un sueño erotico con otro hombre, pero se sintió tan real. Nadie había golpeado la puerta sólo había sido un jodido sueño, bastante extraño por así decirlo, si bien sus fantasías con el príncipe estaban a la orden del día últimamente le parecía extraño estar soñando con él, solo quería estar libre de ese pecaminoso sentimiento ¿porque? se preguntó frustrado culpandose por sentir cosas que no debía por alguien que parecía ser el menos indicado, David estaba con Snow y nada los haría romper, al menos eso no quería él, no era la primera vez que se metía con una persona con pareja, Milah fue el resultado de eso, lo cual causó todo el problema con el cocodrilo. Respiró con fuerza y soltó el aire en un resoplido, intentaría hacer lo necesario para no dejar que ese sentimiento se apoderara de su ser, no sabría cómo lidiar con algo tan pesado ahora mismo.


Pasaron las horas y debía encontrarse con Emma, Snow y David en un café del centro, al llegar fue el primero y pidió una mesa, a los minutos aparecieron Snow y el príncipe, por una extraña razón se le hizo más atractivo el tipo ahora, luego del sueño que tuvo, esto se estaba poniendo complejo, porque estaba fijándose hasta en el mínimo gesto del rubio, sus facciones, como gesticulaba cada vez que se hablaba de un tema, la seriedad que ponía, sus labios, esos rosados labios que Killian tuvo de pronto la idea de probar, imaginando algún escenario donde los dos estaban juntos tocandose y besandose. La conversación parecía interesante porque todos a excepción suya estaban muy metidos en el tema. Sus ojos se entrelazaron con los de David por un momento lo cual lo hizo sentirse avergonzado, haciendo que su rostro se fuera tornando rojo, por suerte nadie notó eso, aunque el príncipe hizo un gesto de extrañeza. Los cuatro salieron del café ya que debían reunirse con Regina para poder trazar un plan mejor. Killian se dirigió solo a su barco tratando de escapar de todo, no quería que el rubio le preguntara nada sobre aquel momento en la cafetería ni quería mirarlo a los ojos luego del sueño que tuvo.

-¿Qué demonios te pasa Killian Jones? eres el maldito Capitán Garfio, te tenían temor, ¿ahora le temes a un príncipe? Se preguntó así mismo mientras caminaba rumbo al muelle a su barco, necesitaba estar solo, era demasiado por lo que estaba pasando en ese momento.

Al llegar al barco simplemente tomó su botella de ron y se sirvió un vaso, miraba a su alrededor notando que su vida estaba vacía, sin que algo lo pudiera sorprender, muchas veces sin algo por lo que luchar ¿era necesario todo esto? se preguntó mientras miraba y escuchaba las olas romper contra la madera vieja. De pronto un sentimiento vino a él acompañado de melancolía, extrañaba a Milah, pero todo eso se opacó de un segundo a otro para ser reemplazado por David, el rubio nuevamente vino a su mente, recordaba como estaba hoy, guapo, si podía decirlo, el príncipe era bastante guapo, aparte de eso sus ojos, sus labios su sonrisa, todo de él le estaba gustando, ni hablar de su aroma, el cual pudo probar de su chaqueta ¿Que iba a hacer con todo esto? no lo sabía solo intentaría esconderlo en lo profundo de su ser.




Notas: He iniciado esta historia de Captain Charming, porque pues no hay nada de contenido de ellos en español, así que espero lo disfruten iré escribiendo más episodios y actualizando, les pido que dejen sus votos y comentarios.


The Waves Inside Me (Captain Charming)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora