Capitulo 10: Sabanas en el mar.

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Las olas rompían directamente contra el Jolly Roger, el movimiento se fue acrecentando en el puerto, pescadores y otros trabajadores cada uno en su oficio, los rayos del sol entraron por la pequeña ventana en el camarote de Killian Jones

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Las olas rompían directamente contra el Jolly Roger, el movimiento se fue acrecentando en el puerto, pescadores y otros trabajadores cada uno en su oficio, los rayos del sol entraron por la pequeña ventana en el camarote de Killian Jones. Los dos hombres yacían acostados solo cubiertos por aquellas sábanas las cuales tenían la evidencia más explícita de la noche que tuvieron, el rubio tenía al pelinegro abrazado por la espalda, solo se escuchaban las respiraciones de los dos completamente relajadas. Un movimiento logró despertar al más alto quien miró a todos lados completamente confuso sobre su ubicación, el más bajo se despertó por el movimiento de su compañero y esbozó una sonrisa. Killian sentía las piernas adoloridas, era un dolor que él describiría para sí mismo como delicioso. David se frotó el rostro con ambas manos y el pirata simplemente se sentó despacio sintiendo una punzada dolorosa en su culo, era la primera vez que hacía algo así y pese al dolor no se arrepentía de nada, de hecho aquel dolor lo disfrutó más de lo normal y si le preguntaran si lo volvería a repetir diría que sin ninguna duda.

— Auch... creo que cuando te pedí más fuerte te excediste, Dave. Dijo sonriendo y bromeando como siempre solía hacer y dando un bostezo para luego sonreír de manera seductora guiñandole un ojo al rubio.

— ¿Qué hora es? mierda llegaré tarde a la oficina. Dijo el rubio completamente preocupado. Salió de la cama y comenzó a buscar su ropa que estaba tirada en suelo, el pirata observó su fuerte espalda junto con sus nalgas bien formadas por el ejercicio, todo ese se comió, David era un gran espécimen de hombre, guapo, alto, rubio, muy varonil.

— Tranquilo, llegarás a tiempo. Comentó al ver la hora en el reloj mientras se ponía de pie de la misma forma sintiendo el dolor del cuerpo que tenía por la noche de sexo que tuvo, us muslos le ardían y los tenía pegajosos por el semen que se había escurrido desde su entrada.

El rubio ya estaba vestido y simplemente le dio una mirada silenciosa al pirata girando en el proceso — Te veré luego, cuidate. Dijo en un tono algo serio esbozando una media sonrisa, el príncipe salió casi corriendo del Jolly Roger, tomó su celular notando que tenía muchas llamadas perdidas tanto de Snow como de Emma, obviamente se había desaparecido, mientras caminaba sintió una extraña sensación de culpa recorriendolo, nuevamente la había cagado y peor que la primera vez, acostarse con el hombre que supuestamente iba a ser su yerno era horrible y eso sumando el daño a su esposa, pero una parte de él no se sentía arrepentido sino que todo lo contrario, esos sentimientos lo estaban volviendo loco. Condujo a su trabajo completamente perdido en sus pensamientos, salió de su auto para luego llegar a la puerta unas horribles ganas de vomitar le vinieron, corrió al baño y lo hizo vomitando el alcohol ingerido la noche anterior, recordaba sus besos y su intimidad con su "yerno" la cual estuvo llena de lujuria y fogosidad, nunca había tenido un sexo tan diferente y con tanto morbo además de deseo, se sentía deseado mientras lo hacía con el pelinegro, pero claro que todo eso lo ponía confuso porque nunca antes sintió alguna atracción por otro hombre, pero algo nuevo estaba creciendo dentro de él y era raro, dio unos cuantos puñetazos a la pared intentando respirar para recuperar el aire, tomó su cepillo de dientes y se cepilló los dientes para luego comenzar su trabajo, iba a intentar olvidar esto, era lo mejor pues parecía no tener control de si mismo, de su cuerpo, parecía que este actuara de forma totalmente a su voluntad.


Killian notó que David estaba nervioso, claramente lo de anoche había sido una locura, él mismo se dejó llevar, sus sentimientos por el rubio se habían vuelto demasiado fuertes sumando el deseo que sentía por aquel hombre que era el sheriff de la ciudad actualmente. Se levantó caminando para ducharse y así continuar su día, sintió una angustia terrible cuando sintió el agua caer encima y de pronto empezó a romper en llanto, pues todo esto era frustrante, sacar el llanto en soledad era algo que él solía hacer a menudo, aprendió a ser rudo porque su infancia era un fiasco, claro que siempre tuvo a Liam, pero eran esos momentos que le recordaban que siempre sería el niño asustado en el barco por aquella tormenta, logró limpiarse bien, se sacó los restos de semen del cuerpo tanto los suyos como los de David que estaban pegoteados en las caras internas de sus muslos y se escurrieron durante la noche desde su entrada. Terminó su ducha y las lágrimas se disiparon, estaba listo para continuar, había mucho trabajo que hacer con respecto a lo que ocurría en la ciudad, Emma pasaría a buscarlo dentro de un rato y así lo hizo. Durante el trayecto con la rubia el pirata observaba cada movimiento y gesto de ella, tenía la seriedad de su padre, la ternura y calidez de su madre, pero todo lo que le recordaba al príncipe era lo que más amaba de ella y se dio cuenta que siempre quiso a alguien como él, en un principio lo odió, sentía cierta apatía por el rubio, pero pronto se dio cuenta que eso era solo un método de defensa porque David le gustó desde que lo conoció, cuando sintió su fuerte mano en su cuello, su mirada llena de enojo cuando se le insinuó a su esposa para provocarlo, cada detalle o expresión del más alto era atractiva para el mismo. Luego de su ducha fue a reunirse con Emma rápidamente, pero seguía pensando en todo lo ocurrido y sus sentimientos por el sheriff.

— ¿Ocurre algo que tienes esa mirada? preguntó Emma entrecerrando los ojos al notar lo distante que parecía Killian.

— ¿Qué mirada? estoy como siempre nada más preocupado por lo que está ocurriendo. Respondió el pirata intentando ponerse serio aunque estaba por una razón muy feliz, debido a que pasó la noche con David y fue suyo por primera vez, era demasiado por procesar.

— No me engañas, tienes el rostro de cuando haces algo malo y te acuerdas de ello, además no paras de mirarme ¿acaso intentas seducirme nuevamente? porque si es así no estoy de humor para tus juegos. Cuestionó mientras manejaba hasta que llegó a la tienda donde se encontraba Belle y Rumpelstiltskin para averiguar un poco más de información.

— No es nada de eso solo... Estoy relajado como siempre ¿Crees que los demás habrán encontrado algo? Se excusó cambiando el tema para así no ponerse más nervioso con la interrogación de Swan.

— No lo sé, los únicos que han tenido contacto directo con aquel sujeto son David y tu, eso nos pone un poco en desventaja ¿recuerdas algo en especial aparte de todo lo que te hizo ver?

— Solo recuerdo que sus ilusiones eran muy reales, se sentían como una magia poderosa, de hecho tuve miedo como nunca antes lo tuve.

— Umm... entonces Rumpelstilskin podrá ver que tipo de magia junto con Regina, ellos son expertos en magia.

— Tu también sabes de eso Swan, así que podrán discutirlo juntos.

— Si, llamaré a David y Snow para que el pueda contarnos algún otro detalle de su sueño con el tal creador.


Emma y Killian entraron a la tienda de antigüedades donde estaban Rumpelstiltskin y Belle conversando sobre algo con mucha seriedad, tenían una especie de libro antiguo en su mano, se acercaron a mirar aquel libro y vieron una especie de texto escrito, las hojas estaban casi destruidas por la antigüedad. Killian miró una especie de letra rara

— ¿Eso es? Preguntó preocupado.

— Es un cuento escrito, es muy antiguo y viene firmado con iniciales, W.D.

— ¿W, D? Puede ser cualquiera, eso no nos dice nada. Agregó Emma.

— El cuento está escrito con una tinta extraña, además de ello data de mucho tiempo, incluso puedo sentir que esto tiene magia, una magia muy potente, por eso es una pista clave para encontrar a quien sea que esté detrás de esto. Explicó Rumpelstiltskin con un semblante bastante preocupado.

— ¿Crees que se podría encontrar el paradero del tipo? Lo que sabemos es que hace ilusiones e incluso puede entrar a nuestros sueños, David se comunicó con él, podría entrar a los sueños de cualquiera.

— Es muy factible, pero tenemos que encontrar una forma de pararlo, este tipo busca algo, nadie hace las cosas por nada, eso te lo aseguro. Belle agregó un tanto seria y preocupada igual que los otros.

— ¿David y Mary Margaret han venido? Preguntó la rubia curiosa por no verlos ahí.

— Creo que ambos están trabajando pero podríamos mandarles un mensaje, ah justo ahí vienen.

David y Snow venían tomados de la mano, aquello fue incómodo para Killian puesto que hace unas horas el rubio y él habían compartido la cama, había sido la primera vez para el pirata en acostarse de manera directa con otro hombre, puesto que nadie le había hecho lo que David le hizo, ambos se miraron por un segundo notando la incomodidad en los ojos del príncipe quien rápidamente desvió la mirada del pirata. — Justo llegan a tiempo, creo que Rumpel ya encontró algo importante. Notificó Emma mirando a sus padres quienes al parecer habían arreglado sus diferencias.

— ¿Qué encontraron? Preguntó el rubio acercándose a los demás soltando la mano de Snow.

— Un libro antiguo, demasiado a decir verdad, contiene una magia muy potente, creo que necesito de Regina para que podamos evaluar esto mejor. Explicó a detalle el hechicero.

— Bien entonces tenemos que llevar ese libro con ella, creo que iré ahora mismo. Dijo el rubio.

— Yo iré contigo, Killian intervino mientras David asintió con la mirada de una forma incómoda.

Ambos hombres salieron de la tienda y caminaron por la calle para llegar al despacho de Regina, Killian estaba algo extrañado por la actitud confusa del rubio, claro que todo tenía que ver con lo que había ocurrido hace unas horas entre ambos, pero desde luego la tensión se respiraba y se podía cortar con un cuchillo, Storybrooke estaba especialmente silencioso en ese momento a no ser por un par de personas que estaban caminando por la calle haciendo sus compras. David no decía nada, así que Killian se atrevió a romper el hielo en ese momento y hacer una pregunta de cual se arrepentiría de hacer.

— Entonces... Snow y tú arreglaron sus diferencias? Preguntó un poco asustado, por una parte sabía que esto le afectaba profundamente a David, pero al mismo tiempo su egoísmo interior y miedo estaban latentes, aunque se negara a aceptarlo, quería al príncipe solo para él.
— Prefiero que no hablemos de esto ahora Garfio, no estoy de humor. Respondió el rubio mientras caminaban por la calle casi llegando a la esquina.

— Pero... ¿por qué no? respondió de forma involuntaria debido a su nerviosismo.

— ¡¿Por qué?! ¿quieres saber por qué? porque engañé a mi esposa contigo otra vez, porque no fui capaz de controlarme y le estoy haciendo daño a la única persona a la que tanto quiero, por eso no quiero hablar, nunca le había mentido a Snow de esa forma, pero por ti, tengo que hacerlo. Expuso el príncipe completamente alterado mientras lo miraba fijamente a los ojos deteniéndose en aquella esquina.

— ¿Osea yo te obligué? no seas hipócrita David, todo lo que hicimos fue porque tu y yo lo quisimos, la culpa no la tengo yo, no te seduje con un baile, ni te puse una espada en el cuello para que nos acostaramos, todo fue producto de nosotros y lo disfrutaste completamente así como yo lo hice. Admítelo, quedaste hechizado por mi hermoso rostro. Se defendió Garfio.

— ¡Hijo de puta! Gritó David y lanzó un golpe directo a la cara de Garfio lo cual lo desconcertó un poco porque el más alto golpeaba jodidamente fuerte y terminó acariciandose su labio y mentón.

— Ah ¿quieres jugar otra vez? respondió y le lanzó un golpe en respuesta a David directo en su mejilla.

Ambos comenzaron a forcejear de una manera estrepitosa chocando contra la pared de una tienda, todos en la calle se les quedaron viendo hasta que escucharon una voz conocida gritar. — ¡Oigan, detenganse! Gritó Emma tratando de separarlos junto con Rumpel y Snow. – ¡Ya basta! ¡David! ¡Garfio! lograron separarlos finalmente, el labio de Killian estaba partido y sangrando, David tenía una de sus mejillas hinchadas por la pelea, todo el ambiente se había vuelto tenso. Los dos hombres se miraban desafiantes sin decir una palabra mientras el resto estaba completamente sorprendido, todos sabían que los dos hombres siempre tuvieron sus diferencias, pero últimamente se estaban llevando muy bien hasta podrían decir que eran muy amigos.

— ¿Qué les pasa? ¿por qué se pelean ahora? ¿Acaso no se llevaban mejor ustedes? Preguntó Emma sorprendida por la actitud de su padre y el pirata molesta por todo lo ocurrido.

— Que te lo diga tu padre, ya que se las da de valiente. Dijo Garfio sonriendo tocandose su labio limpiándose la sangre.

— ¡Cierra la maldita boca! Gritó David molesto queriendo irse encima del pelinegro otra vez pero siendo detenido por su esposa y Rumpel.

— ¡Ya basta David! ¡controlate! ¿porque agredes a Killian? Preguntó Snow completamente desconcertada al ver a su esposo al verlo tan molesto, parecía que desconocía al hombre, aunque el siempre fue de enfrentar las cosas no entendía el porque del enojo de su esposo con el pelinegro.

Emma tomó a Killian y lo alejó del grupo, estaba nerviosa y molesta, nunca pensó que su padre y el que casi fue su novio volvieran a llevarse completamente mal otra vez al punto de pelearse en plena calle — ¿Qué les pasa a David y a ti? ¿por qué se pelearon? Preguntó la rubia con molestia y desconcierto al mismo tiempo. — Nada, solo... estamos estresados por lo que está ocurriendo, presioné a David y él me lanzó un golpe, luego le respondí y todo escaló a esto, no pasa nada, ya pasó. Se excusó el pirata aunque el rostro de Emma solo parecía estar más confundido con toda la explicación dada, sin duda la tensión fue demasiada entre los dos, David estaba conversando con su esposa, Killian los veía a lo lejos, este simplemente decidió marcharse frente a los ojos de todos, no iba a seguir con eso, podía reconocer que se le había pasado la mano presionandolo, pero que David lo golpeara de esa forma no era correcto, no era nadie para hacer eso, todo era una confusión en ese momento y decidió irse a su barco para relajarse y mirar el mar, quizás beber ron para relajarse como siempre hacía.

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David estaba ya más relajado luego de la pelea, ni él mismo supo porque se comportó de esa forma, pero tenía mucha rabia consigo mismo y Garfio solo provocó que se desatara aún más debido a la culpa que sentía por haberse follado al pirata a espaldas de su esposa, el enojo y frustración eran solo una tapadera porque de verdad había disfrutado todo, el baile, los besos y el sexo, el maldito Pirata era un buen besador y sabía como seducir, pero claro el no se quedaba atrás después de todo el también instigó la situación. Le debía una gran disculpa a Garfio y quería dársela ahora mismo, no era el momento de pelearse cuando se necesitaba detener a ese nuevo enemigo tan poderoso que estaba al acecho. Snow estaba algo desconcertada con todo, le estuvo insistiendo que había sido lo que detinó el conflicto con el pirata, pero el simplemente se limitó a decir que era Killian siendo Killian. Snow estaba cansada y decidió irse a dormir, David no tenía ánimo de dormirse y se sentía culpable por la pelea, creo que era momento de visitar el Jolly Roger, Garfio mereía una disculpa después de todo no tenía toda la culpa eso era cierto, todo esto fue porque los dos no se supieron comportar. Se puso de pie simplemente tomó su chaqueta y llaves saliendo de la casa y subiendo a su camioneta, sabiendo que encontraría al pelinegro en el Jolly Roger, era el lugar propicio para encontrarse con él. Al llegar al muelle se tomó unos minutos para relajarse, estaba nervioso por toda la situación, se estacionó y tomó un poco de aire. Simplemente se acercó a la embarcación a paso lento viendo al pirata mirando por la cubierta, se veía pensativo de espaldas, podía ver como el viento le revolvía su cabello negro.

— ¿Puedo subir? Preguntó de forma suave para que entendiera que venía en son de paz.

— ¿Vienes a golpearme otra vez? Preguntó con duda y con un tono de tristeza en su voz.

— No, la verdad vengo a disculparme contigo, escucha Garfio... lo que hice no estuvo bien, tienes razón con lo que dijiste, yo... estaba molesto, no debí golpearte pero todo esto me tiene confundido, no sabes como. Esto es nuevo para mi, tu sabes que todo lo que se relaciona con Mary Margaret es tema delicado y me presionaste con esa pregunta.

El rubio subió al barco caminando hasta donde estaba Killian quien miraba el horizonte sin darle una mirada directa al príncipe, unos segundos después se dio la vuelta y lo enfrentó cara a cara, la tensión entre los dos hombres era mucha y todo esto estaba llevando las cosas demasiado lejos, ya nada sería lo mismo luego de lo ocurrido la noche anterior y eso lo tenían completamente claro ambos, los dos fueron la primera vez del otra con respecto al estar con otro hombre y eso era especial.

— Mira, Garfio perdoname por el golpe, no lo merecías, si de algo sirve igual me dejaste un moretón en la mejilla. Sonrió con su amplia sonrisa, aquella que tanto le gustaba a Killian, esa maldita sonrisa que lo hizo perderse desde que la vio por primera vez, con su aire lleno de terquedad, realmente obstinado que le recordaba a Liam pero a un grado más amplio.

— Me dolió el golpe, así que me debes algo ahora mismo. Sentenció con una sonrisa coqueta en su rostro como siempre levantando una de sus cejas, el delineador de sus ojos resaltaba mucho con la luz tenue que tenía en el barco.

— ¿Y eso es? Preguntó el príncipe levantando una ceja curioso con la petición del pirata quien parecía tener planes elaborados ahora mismo.

— Esto...

El pirata lo tomó de la solapa de su chaqueta de cuero café oscuro atrauyendolo hacía el besándolo con fuerza en los labios, un beso muy necesitado, David se sorprendió de la osadía del pirata pero se dejó llevar un momento para luego separarse de él — Bien ¿ese el precio por darte un golpe entonces? Preguntó el rubio con su rostro pegado al del pirata. — Si... aunque eso es más un premio ¿no? respondió Killian con una sonrisa pícara. David lo tomó con fuerza de las solapas de su chaqueta y lo estampó contra la pared para luego darle un beso profundo tomando a Garfio de las caderas alzandolo un poco del suelo, la fuerza del príncipe le sacó un gemido de sorpresa al pirata quien cruzó sus brazos alrededor del cuello de David. Estaba temblando nunca pensó llegar a sentir de esa forma tan intensa, pero el rubio le hacía sentir eso y más. — Estamos... locos, primero nos golpeamos y luego nos besamos. Comentó el pirata contra sus labios esbozando una sonrisa burlona para luego volver a besarle de forma intensa, esta vez Killian metió su lengua en la boca de David, este siguió el beso sin detenerse, el pelinegro acarició el rostro del rubio en su barba recortada la cual le encantaba como le quedaba. — No sé qué me pasa contigo, pero... me gusta esto. Confesó el rubio pegando su frente con la del más bajo respirando agitados ambos, recuperándose de aquellos intensos besos que se estaban dando.

— Te dije que te estaba cayendo bien. Dijo sonriendo de manera cínica.

— Ya callate. Sentenció el rubio.

— Callame. Lo retó el pirata.

David lo besó con fuerza dejándolo sin aliento, Killian reprimió un gemido, enredó sus piernas alrededor de la cintura del príncipe aferrándose a él con fuerza. Si le hubieran dicho que estaría así con el rubio alguna vez no lo hubiera creído jamás. Estaba muy caliente el ambiente otra vez. El rubio se movió un poco manteniendo al pelinegro apoyado en sus fuertes muslos con las piernas del mas bajo enredada en su cintura, Killian enganchó su garfio en uno de los maderos de la cubierta para no perder el equilibrio con aquella posición aunque David tenía la fuerza para estar así por mucho tiempo. Los besos siguieron, ninguno de los dos parecía querer separarse, el único testigo de aquella escena era el mar enfrente de los dos sobre aquel navío. De pronto un sonido estrepitoso interrumpió todo, ese maldito sonido que Killian odiaba, esos teléfonos habladores, era el de David. — Lo siento yo... debo contestar. Dijo sacándolo de su bolsillo para luego mirar la pantalla, era Snow, apretó contestar y lo llevó a su oído.

— Hola, Snow. Si... solo salí a dar una vuelta, no te preocupes, estaré allí dentro de un rato, tranquila, adiós. Dijo cortando la llamada.

— Disculpa, Garfio yo... Se excusó un poco apenado por la situación.

— No te disculpes, si necesitas irte, entiendo. Comentó haciendo una mueca de entendimiento.

— Bueno espero que sepas que lo siento por lo de la tarde. Dijo con una expresión apenada.

— Si lo entiendo, al menos obtuve tus ricos besos, Dave. Agregó el pirata sonriendo y levantando una ceja.

— No cambias ¿eh? Le dijo dejándolo cuidadosamente en el suelo para luego arreglarse su chaqueta y marcharse.

— ¡Dave! Le gritó Killian antes de que este se fuera.

— ¿Si?

— Se me olvidó decirte algo. Agregó caminando.

— ¿Qué cosa es? Preguntó curioso.

El pirata se acercó y le robó otro beso en los labios para luego sonreír y dejar que David se fuera con una sonrisa brillante en los labios. Se quedó mirándolo desde la cubierta, el rubio se iba alejando y Killian no paraba de observarlo mientras esbozaba una sonrisa amplia llena de felicidad, sin que nadie lo viera llevó sus dedos a sus labios recordando los besos que le había dado, definitivamente estaba enamorándose más de David. 










Notas: Hola buenas regreso con nuevo capitulo, les pido que compartan, la historia no está teniendo tanto apoyo como quisiera, pero sé que es un ship algo desconconocido, espero les siga gustando la trama y la escritura. Feliz año a todos.  

The Waves Inside Me (Captain Charming)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora