Capitulo 3: Nuevas sensaciones.

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Habían pasado algunos días desde que David fue a verlo, desde ese momento sintió que su vida dio una especie de giro, sentía algo nuevo en su pecho, algo que no sentía desde que estaba junto a Milah, pero esto parecía diferente, algo intenso que no podía describir, nunca pensó que un hombre llegaría a interesarle tanto, había oído historias de otros piratas que se enamoraban entre ellos y que eran felices, pero nunca había visto algo así. Esto era nuevo, había estado con muchas mujeres a lo largo de su vida, le encantaban las mujeres, pero no podía negar que El principe Encantador le había cambiado sus gustos, no sabía si era bisexual o no, pero de que el rubio le atría pues si, desde la primera vez sintió algo por él, solo que no lo había entendido simplemente pensó que era desagrado, pero no era eso, era algo más y lo fue notando desde su viaje a Neverland donde pasaron tiempo juntos, notó como el principe cuidaba a su familia, a su esposa e hija. Esto lo hacía pensar en lo que había perdido, pero de pronto todo se fue poniendo más claro y comprendió que el rubio le atraía de una forma distinta, donde quería estar con él como una pareja, irse juntos en el Jolly Roger y vivir aventuras por muchas partes del mundo, acurrucarse en el pecho firme del príncipe y ser acunado hasta dormirse.

Podía estar horas mirando el hermoso océano a la vista, sentir el aire fresco acariciando sus cabellos, el sonido de las olas rompiendo, el crujir de las tablas del barco. Respiró profundo y comenzó a pensar en cómo serían las cosas de ahora en adelante con su nuevo sentimiento hacia el príncipe y como iba a poder controlar sus impulsos porque su deseo por el rubio era demasiado grande y cada día crecía más.


Pasaron algunos días en los que estuvo conviviendo con el grupo, Emma, Snow y David además de Henry. Le gustaba ser parte de algo, de pertenecer a un grupo, siempre había estado rodeado de personas que le temían o que estaban con él por interés, pero esto se sentía diferente. Su relación con David era de amistad, aunque claro él desearía que fuera de algo más que amigos, pero sabía que era imposible que el príncipe tuviera ojos para él, eso le dolía, siempre pudo tener a la mujer que quisiera, pero esto de enamorarse de otro hombre era diferente, ya que David estaba perdidamente enamorado de Snow, ella era todo su mundo y lo podía ver, lo notaba siempre que estaban juntos, era algo que notó desde que estuvieron juntos en Neverland, ahí se dio cuenta de que para David la princesa era todo su mundo y claro estaba Emma, hija de ese amor profundo. Caminaba en ese momento envuelto en todos sus pensamientos a reunirse en el restaurante, le gustaban las patatas fritas, era algo que había descubierto y tenía ganas de comer unas ahora mismo. Al llegar se encontró con Snow en aquella mesa, caminó algo incómodo y se sentó frente a ella. La mujer era amable, pero claro una parte de él empezó a juzgarla, nunca había hecho eso con una mujer en especial porque la princesa le parecía hermosa cuando la conoció inclusive ofreciendole sexo, pero fue puesto en su lugar por el rubio, ella le dio una sonrisa al verlo sentarse.

— Hola Killian ¿cómo estás? Preguntó la mujer con un tono amable como siempre.

— Bien, he estado conociendo más el pueblo, me he dado cuenta que a pesar de llevar tiempo aquí no lo he conocido en su totalidad. Respondió mientras leía la carta de menús.

— ¿Has podido averiguar algo sobre lo que está ocurriendo en el pueblo? Insistió la princesa.

— Nada hasta ahora, parece que todo está calculado de una manera en que no podamos descubrir nada, ni siquiera Regina que es la bruja ha podido sacar algo de todo esto.

— Esto parece complicado, aunque no sé exactamente dónde iremos a parar, he ido a visitar a la abuela de Ruby para ver cómo sigue y no hay novedades, todo está igual. Explicó.

— ¿Y David? pensé que estaría aquí. Se atrevió a preguntar Garfio mientras pedía sus patatas fritas.

— Está ocupado, pero llegará. Ahí viene Emma. Dijo la mujer sonriendo mientras Killian se sentía más aliviado porque de alguna forma le estaba incomodando pasar tiempo a solas con Snow por sus nuevos sentimientos hacia David.

Cuando Killian recibió sus patatas apareció el rubio mientras venía corriendo por el atraso, saludó a todos y luego sus ojos se fueron al pirata, aquello causó en Killian un fuerte escalofrío, ya que sus sentimientos por el príncipe se estaban poniendo más intensos y cada vez que veía al rubio su corazón latía muy rápido, incluso su arma y fachada de seductor se atrofiaba en frente de él, el pirata le ofreció papas al rubio y este le dio una sonrisa tan brillante y hermosa que Killian sintió un escalofrío, sacando papas del mismo plato ambos hombres mientras trazaban un plan entre todos, nadie notó aquello, la fuerza de la química entre el príncipe y el pirata se estaba dando de manera orgánica.

Después de la charla todos decidieron irse a sus propias actividades, David quería preguntarle algo a Killian, pero Snow se lo llevó de la mano lo cual hizo sentir decepción al pirata pues le estaba gustando demasiado pasar tiempo a solas con el rubio y tener esa pequeña intimidad entre ellos, hablar de sus problemas y desahogarse pero tuvo que aceptar que su lugar era admirar al príncipe desde lejos y aceptar que el no era digno de él. Killian caminó por las calles queriendo conocer un poco más la ciudad, se fue a mirar una especie de máquinas de juegos donde algunos estaban echando monedas, observó cómo la gente de relajaba, de pronto vio pasar una pareja de dos hombres juntos de la mano, lucían felices, aquello le hizo pensar e imaginar cómo sería estar así con David, algo interesante por lo visto, tomarlo de la mano, comer algo, disfrutar de una cita, sentir el viento.

Entre caminar tanto logró llegar a la costa y ver el hermoso mar que tanto le gustaba, se puso a caminar por el muelle pensando en su vida y en cómo seguir avanzando dentro de este nuevo mundo. Había cosas que no entendía de la tecnología, como la gente pasaba con ese aparato todo el día al que llamaban teléfono. Respiró profundamente, odiaba estos momentos de soledad aunque a veces los amaba, pero últimamente quería más, no quería estar solo sino acompañado, tener una vida como todos. Luego de ese pensamiento se fue camino a su barco a descansar.


David se encontraba en su trabajo haciendo papeleo. Tomó en cuenta los casos reiterados de personas desaparecidas y al mismo tiempo otras que parecían no recordar nada. De pronto un pensamiento pasó por la mente del príncipe y fue el pirata. Su relación con él estaba mejorando y era genial tener un amigo en él. Claro entendía que a Killian le interesaba su hija Emma, en un inicio no le parecía mucho aquello por alguna razón, típico de padre sobreprotector, pensó. Había quedado de reunirse con Snow para pasar una buena velada, pero entre tanto problema estaba pensando en que estaba ocurriendo con su relación, estaban teniendo peleas muy seguido, no es que nunca hubieran tenido peleas, pero claro esto era complejo. Al mismo tiempo pensaba en que tal vez algo no estaba bien y se podía sentir en el aire. El rubio tomó un sorbo a su café mientras daba vueltas por su oficina tratando de tomar alguna lógica a lo que sucedía cuando Snow llegó para llevarle almuerzo, la saludó con un beso en los labios y ella se tuvo que retirar rápido porque tenía trabajo.


David tuvo un pensamiento interesante en ese momento y eso era en que a veces quería mandar todo al carajo y avanzar en su vida, muchas veces tenía dudas y miedos sobre seguir con la vida que tenía ahora. Amaba a Snow, por supuesto que sí, pero obvio tenía dudas de si su relación con ella iba bien o iba mal, no era la mejor forma estar peleando muy seguido, menos que hubiera frustración entre ellos, cuando la conoció en el bosque encantado fue como ver a una flor crecer, el tenía un matrimonio arreglado con otra mujer, pero cuando conoció a Snow todo fue encajando, tuvieron a Emma hasta que la reina los maldijo y terminaron en este pueblo, pero últimamente estaba teniendo dudas si le gustaba llevar una vida así, se preguntaba si Mary tenía aquellas dudas y si se había preguntado el hecho de cómo sería si sus vidas fueran diferentes.

Un golpe en la puerta lo sacó de su trance y simplemente se limitó a gritar un "Adelante" luego de ello Killian entró con una sonrisa saludando a David — Hola, David ¿como estas? preguntó entrando y sentándose frente al príncipe.

— Bien ¿y tu compañero? Respondió tomando el bol que Snow le trajo el cual contenía un pollo con arroz que se veía muy delicioso.

— Justo te había traído algo para almorzar, unas patatas fritas, vi que te gustaban el otro día cuando nos reunimos en el restaurante.

— Si, me encantan, te lo agradezco Killian no tenías que molestarte compañero. Elogió con una sonrisa.

— No te preocupes, pero veo que ya te trajeron algo. Dijo el pirata a la vez que le daba una sonrisa.

David tomó las papas y las puso sobre el pollo y arroz que Snow le trajo, con eso comenzó a comer disfrutando del sabor de la comida, solo había estado bebiendo café. Killian lo veía comer con tantas ganas que le pareció incluso lindo. Cuando este terminó simplemente descansó porque la comida estuvo cuantiosa.

— ¿Que te trae por mi oficina Pirata? Preguntó alzando una ceja estando curioso por la presencia del hombre.

— Vine a decirte que tengo una pista sobre lo que ocurre, no es la primera vez que he visto esta magia. Confesó.

— ¿Donde la viste antes? Preguntó David.

— Hace décadas, recuerdo que encontré un barco que estaba vacío, encontramos a muchos marineros que no recordaban nada y uno de ellos dijo una palabra "El creador"

— ¿Él creador? Cuestionó con mucha preocupación.

— Si, eso mencionó uno de ellos, la verdad pensamos que estaba loco, pero ahora que algunas cosas coinciden no pude evitar recordarlo. Dijo el pirata.

— Tendremos que averiguarlo, podríamos preguntarle a Regina sobre ello. Agregó el rubio.

— Me reuniré con Emma más tarde para contarle sobre esto, pero quería decírtelo a ti primero. Dijo mientras le daba golpes a la mesa con sus dedos.

— Agradezco la confianza y claro las patatas. Le dijo para luego despedirse del pirata.


Killian le dio una sonrisa amplia observando como las mejillas de David se arrugaban con aquella sonrisa tan brillante, era como ver el sol a primera hora del día. Se retiró del lugar con un calor en su pecho y un cosquilleo en el estómago pues tenía que hablar con Emma, debían discutir sobre algo importante. Caminó hasta el apartamento de esta ella lo recibió con una sonrisa, aprovechó de contarle lo que le había dicho a David sobre su pasado, todo lo relacionado con esos marineros que habían perdido la memoria. La relación con la rubia estaba algo distante, habían tenido una especie de acercamiento antes, besos e incluso creyó quererla casi para olvidar a Milah, pero entonces un príncipe se atravesó, los sentimientos por el rubio fueron creciendo como la espuma y ahora se sentía totalmente perdido en ellos, aunque sabía que era imposible estar con él, porque solo tenía ojos para Snow.

— Te siento diferente, Garfio ¿te ocurre algo? Preguntó un poco sorprendida gracias al cambio de ánimo del hombre.

— ¿Porque lo dices? estoy como siempre, brillante como solo yo. Se burló con una sonrisa extendiendo sus brazos.

— Bueno, si tu lo dices... Sonrió la rubia mientras bebía su trago.


— La verdad es que me siento diferente, encontré amigos y pues eso se siente bien. Comentó el pirata.


— Me alegro que al menos te puedas sentir mejor. Agregó Emma mientras le servía otro vaso de alcohol al pelinegro.

— Es lo que trato de hacer últimamente ¿puedo hacerte una pregunta? Cuestionó con un tono algo divertido.

— Supongo... Espetó alzando sus manos.

— ¿Alguna vez te ha pasado que te ha gustado alguien que pienses que nunca te podría gustar? Preguntó en un tono curioso que hizo sonreír a la rubia.

— ¿En que contexto? Preguntó de vuelta.

— Pues... digo que alguien que no te pareció interesante en un inicio pero que luego empieza a parecerte más que interesante. Confesó.

— ¿Te gusta alguien?

— No, solo era una pregunta.

— Está bien, entonces... pues supongo que enamorarse de alguien con quien no tenías algo en común o inesperado es un reto, no es como que yo me haya enamorado mucho, pero pues cuando uno lo hace solo pasa, solo sucede. Confesó.

— Es posible, bueno Emma creo que el tiempo se ha pasado rápido, debo irme. Le dijo.

— Cuidate, Garfio. Le respondió con una sonrisa.


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David llegó al apartamento de Snow luego de un día de trabajo duro, estaba un poco estresado así que decidió que su noche debía pasarla con la mujer que amaba. Respiró profundo y se estacionó frente al edificio. Se dirigió al edificio y golpeó la puerta esperando unos segundos a que abriera la puerta. Cuando esta se abrió la mujer lo recibió con una sonrisa, el rubio entró y la besó en los labios al mismo tiempo que la abrazaba con sus fuertes brazos. Snow parecía algo distante y aquello le pareció extraño al rubio quien no quiso tocar el tema para evitar alguna discusión. La mujer se veía linda, siempre lo fue, para él no había alguien más. Snow sacó del refrigerador unos bocadillos para el príncipe quien sonrió y los recibió con gusto comiendo uno al mismo tiempo que la miraba con ternura. Al pasar el tiempo ambos se acurrucaron en el sofá a mirar una película.


— ¿Viste a Emma hoy? Preguntó mientras acariciaba el pecho del rubio.

— No, pero Killian vino a hablarme de algo importante. Dijo mientras miraba a la mujer.

— ¿De que cosa? Preguntó curiosa.

— Sobre algo que pasó hace años con unos marineros, dijo que les pasó lo mismo que les está pasando a las personas de aquí, que no recordaban nada sobre quienes eran y que uno de ellos solo repetía el nombre de "Él creador" confesó.

— Pero David ¿porque no me dijiste eso apenas Garfio te lo dijo? Le reclamó con preocupación.

— No quise preocuparte, además tuve mucho trabajo, Killian dijo que iría a decírselo a Emma y pensé que ella hablaría de eso contigo. Explicó mientras notaba a la mujer molesta nuevamente.

— Eso es muy irresponsable, David, enserio era algo importante, dos de mis alumnos no pudieron ir a clases porque sus padres se congelaron ¡era algo importante! Le reclamó más molesta separándose de él.

— ¡Maldición Snow! no quise preocuparte ¿porque siempre tienes que buscar discutir por todo? Gritó el príncipe.

— Cuando es información tan importante como esa, tienes que contarme de inmediato, es increíble que no pienses el peligro que está ocurriendo, ni siquiera Regina sabe a qué nos enfrentamos. Insistió molesta poniéndose de pie.

— ¡Te lo dije! no tuve el tiempo además Killian llegó después que te fuiste, era imposible saber que carajos pasa y que tan importante era la información, iba a contartelo ahora que nos vieramos ¿cual es el problema Snow?

— ¡El problema David es que estamos pasando por algo terrible y tu con tu excusa de ser siempre el salvador y de proteger a todos me ocultas información clave que podría servir para detener esto! ¡Eres un egoísta! Gritó.

— ¿Egoísta? ¿enserio? yo no he hecho más que protegerte, desde que nos casamos y tuvimos Emma no he hecho más que dar mi vida por ustedes, es increíble que seas de esa forma Snow, nunca pensé que pensaras algo tan horrible de mi. Se lamentó el príncipe molesto y ofendido por aquella palabra.

— Mira David, la cosa es fácil, no necesito que siempre me estés cuidando, puedo hacerlo yo sola, puedo contribuir a la causa por mi misma.

— ¡¿Contribuir como con dulzura Snow? ¿con gritos como lo haces últimamente?! ¡Que absurdo! ¡eres una idiota! Le gritó el rubio molesto.


El sonido fuerte hizo eco en la sala seguido de un ardor en su mejilla, la princesa, la mujer que amaba le había dado una bofetada, un silencio cubrió la sala ¿como podrían haber pasado de estar totalmente melosos a esto en unos minutos, David se quedó quieto sin decir una sola palabra, no podía creer esto, nunca pensó que su relación con Snow estuviera tan mal que incluso habían llegado a los golpes. El rubio no dijo nada, tomó su chaqueta y salió del apartamento completamente molesto por aquello, realmente triste y con rabia por aquel suceso. No quería pensar en nada más, quería olvidar todo, necesitaba un maldito trago, caminó por la calle decidido sin mirar atrás.



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The Waves Inside Me (Captain Charming)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora