Tn Lombardo es una chica de 19 años que ha enfrentado muchas dificultades en su vida. Cuando era muy pequeña, su madre la "abandonó", dejándola al cuidado de su padre. Desde entonces, ha sido muy cercana a su primo Mauro, ya que cuando su padre trab...
Escuché que alguien tocaba la puerta, esos golpecitos suaves que solo podían ser de él. Me levanté de la cama, todavía con los ojos húmedos, y me acerqué a la puerta.
Tn: ¿Quién es? —pregunté, aunque ya sabía la respuesta.
Thomi: Soy yo, bebé —contestó Thomi, con esa voz tan dulce que siempre logra calmarme.
Tn: Pasa —le dije, y en cuanto abrió la puerta y nuestros ojos se encontraron, sentí un alivio instantáneo.
Thomi: Hola, hermosa, ¿estás bien? —preguntó mientras se acercaba y me rodeaba con sus brazos.
Tn: Sí, amor —contesté, aunque no pude evitar que mi voz temblara un poco.
Thomi me miró con esa mezcla de ternura y preocupación que solo él sabe tener, acariciando suavemente mi espalda mientras hablaba.
Thomi: ¿Segura, bebé? —repitió, buscando en mis ojos una respuesta sincera.
Tn: Sí, amor, estoy bien —dije, tratando de sonar convincente, pero sabiendo que él podía ver a través de mi fachada.
Thomi: ¿Segura? —insistió, como si quisiera que supiera que no necesitaba ocultarle nada.
Tn: Sí, amor —repetí, pero esta vez la voz me salió más baja, más vulnerable.
Thomi me miró durante unos segundos y luego suspiró, aceptando mi respuesta sin dejar de abrazarme.
Thomi: No te creo, pero no te voy a presionar —dijo mientras me apretaba más fuerte contra su pecho, sus palabras eran un susurro cálido cerca de mi oído—. Solo quiero que sepas que estoy acá, para cuando quieras hablar.
Sentí que mi cuerpo se relajaba un poco en sus brazos, como si todo el peso que llevaba en los hombros se aligerara solo un poco al estar con él.
Tn: Gracias por todo, Thomi —murmuré contra su pecho, sintiendo cómo me daba pequeños besos en la frente.
Thomi: No tenés que agradecerme, bebita —dijo él con una sonrisa, y empezó a darme picos por toda la cara, cada uno más tierno que el anterior—.
Tn: Te quiero, Thomi —le dije en voz baja, apoyando mi cabeza contra su pecho, escuchando el latido de su corazón que me daba esa sensación de hogar.
Él me miró con una sonrisa que reflejaba todo el amor que sentía y me dio un último beso en la nariz, haciéndome reír un poco a pesar de todo el drama.
Thomi: Y yo a vos, más de lo que imaginás, mi amor —me respondió con una ternura infinita, abrazándome como si nunca quisiera soltarme.
En ese momento supe que, por más difícil que fuera todo, con Thomi a mi lado, siempre iba a tener un lugar seguro donde refugiarme.
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