Capitulo 7: Las hadas

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Con prisa y apuro Sir Gawain se apresuró a abrir aquel ataúd. Había pasado un tiempo desde que habían dejado a Rose invernal para recuperarse pero la reina sintió cierta urgencia de ver a la niña. La niña tenía un estado letárgico, profundamente dormida, la gigante la sujetó de la cabeza dándole pequeñas palmadas en la mejilla.

Morgan miró con cierta desesperación, mientras Ainsel, apretaba sus manos contra su pecho en un gesto de preocupación.

-Rosemary... Rosemary, despierte- Morgan en un gesto de verdadera preocupación le arrebató a la niña a sir Gawain sujetándola contra ella. La pequeña abrió los ojos blancuzcos sin brillo, un pequeño hilo rojizo escapaba de su nariz -vamos niña, despierta-

Rosemary soltó un quejido como si se ahogara, sus movimientos eran torpes y apenas balbuceaba.

-Tranquila enana... - Sir Gawain no podía con la preocupación hasta que la niña reaccionó.

-Respira pequeña... tranquila- Ainsel se apresuró a ayudar a la reina con la pequeña.

-ugh...uhh uh- Rose posó sus ojos confusos sobre las hadas que la cuidaban. -tia... Ga...reth-

Ainsel estaba aliviada de ver a la pequeña reaccionar , hasta percatara que la estaba mirando a ella. -¿uh?... ¿Me habla a mi?-

-Eso parece...-la reina de las hadas suspiro entregando a la gigante a la pequeña. -crei que funcionaria igual que mi ataúd de cristal... pero me equivoque-

-lo siento mucho Su Magestad, debimos detener su invernacion hace años, pero tenía matarla en el proceso- Ainsel miro a la niña con sierra ternura. -así que... Gareth... es un lindo nombre-

-Sir Gawain prepara todo, quiero este ataúd en Camelot, sean discretos al transportarlo, el maná de esta zona está contaminado por el cadáver de Albion, eso afectó su invernacion, esperamos sus recuerdos siguen intactos y no la hayamos perdido- Morgan desvío su vista a la gigante quien hizo un asintió suavemente tomando a Rose con cuidado para encaminarse fuera del campanario.

-Esa niña... no veo un futuro muy feliz para ella- Ainsel observó con cierta preocupación esperando a que Sir Gawain abandonará la habitación. -las hadas la odiaran, los humanos la lastimaran y con mucha suerte su familia apenas la reconocerá-

-No permitiré que eso ocurra- aquellas palabras aliviaron al hada, después de todo, cuidar de aquella desdichada criatura no parecía un capricho, si no algo verdadero.

-Se parece mucho a usted su majestad, tiene su mirada-Ainsel sonrió con cierta ternura a la reina quien solo la miro con indiferencia, sabia que al lider del clan del espejo no se le podía ocultar nada, pero, no quería que las hadas notaran sus sentimientos hacia la pequeña.

-No se de lo que hablas Ainsel-

-lo lo lo love- Ayame cantaba alegremente practicando sus notas altas en compañía del resto de las niñas. Era una canción suave de cuna que relajaba a todos los que la escuchaban. Las niñas intentaron todo lo posible animar a Reiko, pero a veces parecía distante..

-Wooo cada día me sorprendes más Ayame, cantas hermoso- Scylla aplaudió emocionada, Moonlied aplaudió tímidamente.

-¿Qué te pareció la canción de Ayame, Ranita? ¿Muy linda no crees?- Meiko le dió un suave codazo a su hermana.

-oh... si... si... muy linda- Reiki aplaudió al escuchar a sus amigas hacerlo, no era difícil ver qué no había escuchado nada.

-¡Re-i-ko Sa-ka-mo-to!... !Pon atención!- Ayame se desesperó ante la reacción de la niña de cabello alborotado, podía tolerar muchas cosas pero que la ignoran al cantar, jamás. Frotó sus puños contra las sientes de Reiko provocando que está se quejara -¡Idiota, tonta! ¡estamos haciendo algo bonito por ti! ¡Agradece que te estoy dando mi tiempo boba!-

Los Niños de Chaldea: EL SECUESTRODonde viven las historias. Descúbrelo ahora