Capitulo 4: Sentimientos encontrados

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-¡¡Mal, mal, todo mal, tu desempeño estuvo pésimo toda la semana Gordito, dile a tu mamá que te cocine menos Hot Cakes, y te saque a correr más!!- Había sido una semana demasiado tensa, algunos servants habían vuelto a sus rutinas, con mucha incertidumbre, otros por otro lado.

-¡Perdón Señor, Tío Jason!- Alioth hacía lo mejor que podía con su arco de entrenamiento, sus tíos eran estrictos cuando se trataba de enseñarle a ser un héroe. Era el segundo niño mayor, y tenía el espíritu del hermano mayor en el que todos podían contar, pero en estos momentos, se sentía inutil.

-Oye Jason dejalo en paz, está haciendo lo que puede- Atalanta miraba a la distancia el entrenamiento de su niña, siempre que los niños los acompañaban en los entrenamientos ella era quien velaba por Scylla y él, después de todo era su sobrino favorito. -Odiseo, dile algo-

-jajaja deja que Jason lo regañe, el niño ha estado muy distraído... Creo que a veces se excede, pero es el mejor para animar a Alioth en ese momento- Odiseo por otro lado se encontraba observando el entrenamiento de su sobrino, el pequeño era bueno con el arco y la flecha, no por nada era hijo de la diosa de la cacería y el más grande cazador de la antigüedad, pero ahora, apenas podía darle a las dianas. Ni siquiera una competencia amistosa con su prima lo animaba.

-Perdon, tengo muchas cosas en la cabeza,lo haré mejor la próxima vez- Alioth bajo la cabeza apretó tu arco, dudaba de su propia habilidad, incluso su propia existencia.

-No quiero lo mejor de ti mañana, lo quiero ahora... Este es tu arco- Jason sujeto al niño del brazo obligándolo a levantar el arco apuntando a la diana. -Y esta es tu puta flecha, puedes tener habilidad, ser el mejor arquero, ser un gran cazador, pero necesitas confiar en ti niño-

Jason obligó a Alioth a tensar el arco con su flecha mientras este empezaba a sudar y temblar. -Por que tu puto arco y tu puta flecha no solo son armas para servirte a ti, si no a tus compañeros, jamas podras proteger a tus compañeros si dudas de ti, asi que despabilate mocoso- Jason no tenia filtros, era sincero y no tenia paciencia, pero, era lo que el niño grande necesitaba. -Tu seguridad y la de tus compañeros está en tus manos-

Alioth dejó de temblar en ese momento, tomó un gran respiro como si le faltara el aire y disparó su flecha, Jason miró con orgullo como esta daba justo en el centro de la diana para darle una palmada en la espalda. -Recuerda gordito, en la vida, no solo en la batalla, la duda no tiene lugar-

Alioth miró a Jason con tristeza comenzando a llorar como un niño pequeño, estaba afligido.

-Quiero... Quiero ayudar a Rose tio Jason-

-Allí está el problema- Odiseo se acercó al niño y al saber con cautela seguido de Quiron y Atalanta. habían presenciado la emotiva escena, pero al escuchar al niño llorar, no podían mas que entenderlo.

-La extraño... quiero ayudarla... quiero verla bien- lloraba con fuerza ocultando sus lágrimas en su antebrazo. -No pude ni ayudar a Mei a consolar a Reiko-

-Ay gordito... los adultos la salvarán... ¿Verdad?- Scylla miro a su madre con cierta súplica en sus ojos mientras Atalanta la tomaba de los hombros.

-Hey niño deja de cargar con tanto- Jason suaviso su voz al niño, masajeo el arco de su nariz para darle una palmada en la espalda. -sacalo todo-

-Todo estará bien Osito de gomita, rescataremos a tu amiga pronto y verán que estarán haciendo travesuras como siempre- Atalanta estaba conmovida, no le gustaba ver a los niños llorar y a pesar de que Alioth era el mayor no dejaba de ser un niño.

-Escucha Alioth, se que te preocupan tus amigos, en especial Rosemary, pero, tienes que dejar estos problemas a los adultos. Tus amigas estarán bien, solo distraiganse, jueguen. Disfruten ser niños, recuerda que cuando empiece la invasión de ese Lostbelt nuestra prioridad es rescatarla y cumplir nuestra misión. Pero ustedes, deberán permanecer en cubiertos, no queremos más incidentes- Quirón apretó el hombro del gran niño con fuerza intentando reconfortarnos, este levanto su vista, sus hermoso ojos eran dos estrellas que habían perdido el brillo por la tristeza.

Los Niños de Chaldea: EL SECUESTRODonde viven las historias. Descúbrelo ahora