El sol resplandeciente, los campos verdes llenos de colores, los plebeyos reunidos en el majestuoso palacio que querían dar la bienvenida al recién nacido y primogénito del reino Amarilis, el primer hijo de los reyes Jeon.
La sala del trono estaba repleta de nobles y sirvientes paseándose para atender a los distinguidas personas, todos ansiosos esperaban la presencia del rey Byonbu y el rey Chaneol con el nacido príncipe. Según su tradición, en las tierras de Amarilis toda luna qué de su alumbramiento debe presentarlo en ese preciso momento al reino.
Mientras tanto en los aposentos de los reyes, limpiaban al rey Byonbu y al bebé bajo la atenta mirada del alfa.
—Lo hicistes perfecto, mi hermoso Omega— se arrodilló para quedar a la altura de la cama y besar los labios carmines.
—Lo logramos alfa, nuestro cachorrito esta bien— con su mano limpiaba las lágrimas de su majestad.
Alfa y omega se sentían plenos de felicidad, su bebé estaba vivo y con buena salud, se sentían muy afortunados y agradecidos con la diosa luna, aun recuerdan con tristeza que hace seis meses la partera les había asegurado que su cachorrito no tenía tantas posibilidades de nacer, ya que el rey Byonbu tenía su vientre no tan desarrollado y muy frágil, pero decidieron continuar con el embarazo riesgoso a pesar que la partera les dio soluciones que a su lobos no les gustó para nada.
Vistieron al pequeño príncipe con un atuendo blanco con muchas capas de tela fina y suave, al rey Byonbu con una camisia blanca, encima la estoca del mismo color junto a una túnica transparente decorada con perlas y esmeraldas.
—Alfa, estamos listos— habló acomodando entres sus brazos y pecho a su cachorrito.
—Estas muy bello, te amo— se acercó, depositando un beso en los cabellos castaños.
—Gracias mi rey, te amo— sonrió al sentir que fue alzado por su alfa de forma nupcial.
—¿Preparado?— liberó su aroma para brindar confianza y que se sientan protegidos.
—Sí
Los guardias abrieron las grandes puertas y el rey Chaneol cargaba a su omega que tenía en brazos a su hijo, con cuidado y resguardado ingresó a la sala del trono, donde les recibieron con muchos aplausos. Dejó a su luna en su hermoso trono decorado con lindas gemas y también tomó asiento.
La ceremonia comenzó y todas las personas empezaron a festejar, probando la deliciosa comida, bailando y acercandose a conocer a su futuro rey, dejando regalos caros.
—Su majestad, el Rey Kim y el príncipe Taehyung— el general presentó a los susodichos.
—Rey Minjuun, bienvenido, es un placer tener su presencia en el nacimiento de nuestro hijo— señaló a su esposo y se levantó de su trono para saludar con un corto abrazo.
—Es un placer estar en estas tierras, Chaneol— quitó su cuerpo a un lado para dejar ver a un niño de seis años, con cabellera rubia y mejillas levemente rosas —Te presento a mi hijo, Taehyung.
—Es todo un jovencito, apenas recuerdo que era un cachorrito que lloraba al ser alejado de su madre, hola príncipe Taehyung, es un placer contar con su presencia— con su mano alborotó los cabellos rubios.
Ante la acción Taehyung frunció los labios y rodó los ojos, lo habían despeinado — Gracias su majestad— se limitó a decir.
Los dos reyes alfas entablaron una corta conversacion, luego el Rey Kim saludó y brindo sus buenos deseos al rey omega Byonbu.
—Taehyung, es un niño muy apuesto, harán una buena pareja con mi cachorrito— comentó el rey omega enfrente de los alfas.
—Por supuesto, estos niños gobernarán bien nuestros reinos.
El rey Kim decidió realizar un brindis por la larga vida del presente y futuro gobernante del reino de Amarilis, después los alfas fueron a charlar de asuntos políticos, dejando a Taehyung sentado junto al Rey Byonbu.
El niño rubio miraba curioso al omega, pensaba que era muy bonito y alegre, pero ¿qué cosa tenía entre sus brazos, tapado con una manta blanca que se removia?, no aguantó su curiosidad y decidió preguntar.
—Su majestad, ¿qué es eso? — señaló al pecho donde acunaba al recién nacido.
—¡oh!, estaba tan emocionado que olvidé presentarte a tu futuro esposo, acércate un poco más— el niño sin dudarlo hizo lo ordenado, quería saciar su curiosidad.
El rey sacó la manta que cubría al bebé y lo dejó a la vista.
—¿Qué es eso?— dio una mirada de extrañes al ver a esa "cosa" que no había visto antes.
—Se llama Jungkook, es mi hijo y tu futuro esposo.
—¿Esposo?— preguntó curioso, él era inteligente y sabía lo que significaba "esposo" —Esa pasa arrugada no será mi esposo, iug— le sacó la lengua al bebé, que dormía tranquilo como un angelito.
El rey omega sonrió ante el comentario, pero dentro de él, sentía que ese pequeño niño rubio que aun mantenia su ceño fruncido sería un buen compañero para su hijo. También suspiró con cierta nostalgia al recordar que su cachorrito apenas y unos horas había nacido y ya estaba comprometido.
Tiempos atrás, el reino Amaranta y el reino Amarilis acordaron que los primogénitos del los reyes Kim y Jeon debían casarse y gobernar los dos reinos unidos. Éste acuerdo pasó ya que Amaranta es el reino más grande, y Amaralisis al ser pequeño necesitaba aliarse con ese reino para salir victorioso, ante la guerra que tuvieron que pasar, donde cobró muchas vidas e infertilidad en sus tierras.