De golpe los rayos solares chocaron en su rostro, sintiendo molestia, aún tenía sueño y quería seguir durmiendo, ¿Quién se atrevió correr las cortinas?
—Sunni, no vuelvas hacer eso— chilló, sentándose en la cama con los ojos aún cerrados.
—No soy la niñera, bella durmiente, soy tu alfa.
Taehyung abrió abruptamente sus ojos, viendo a Jungkook con el pelo mojado, pero muy bien vestido, con camisa blanca, pantalón negro y una capa del mismo color.
—El único que necesita una niñera eres tú.
—No lo creo, crees ser un perfecto príncipe, pero solo te engañas.
—Es muy temprano para discutir contigo, Jungkook.
—Es muy tarde para recibir a mis padres.
—¿Qué? — Taehyung bajó de la cama.
—Mis padres llegaron hace dos horas, te esperan en la mesa para desayunar. Se llevaron una gran sorpresa al no verte, pero les dije que estabas muy cansado e indispuesto por la noche de bodas.
El omega empuño sus manos, como pudo quedarse dormido, pero no lo culpen esa cama estaba tan suave y el clima calentito cooperaba.
—Idiota, bajaré en seguida— agarró el borde de su camisa de pijama con el fin de sacarla, pero Jungkook aún se mantenía inmóvil mirándolo —Vete, Jungkook, ¿Qué haces allí parado?
—Viéndote ¿Algún problema?
—Sí, me iré a bañar y me desnudare, vete— señaló la puerta.
—No me iré, eres mi omega después de todo.
—Eres un pervertido, ¡vete! — gritó.
—No te creas mucho Taehyung, no tienes un buen cuerpo como para yo ansiar verte, en este mundo hay muchos omegas con un espectacular cuerpo y uno de ellos no eres tú.
—No me importa, Jungkook, vete a mirar los cuerpos de otros omegas— habló sarcástico —¿Ah? Puedes ir con esa tal Harina.
—Sarina, se llama Sarina, Taehyung.
—Como sea, puedes ir con esa noble, porque son tal para cual.
—Me voy— caminó hacia la puerta y la cerró de golpe.
Taehyung agarró la sábana y la votó al suelo, sintiendo rabia, como se atrevía a decirle semejantes cosas, Imbécil, alfa imbécil, él tenía un cuerpo muy hermoso y nadie iba a cambiar eso.
Caminó hacia la tina donde tomó un baño y perfumó su piel, que una vez listo, se cambió una camisa celeste con encaje en las magas, junto a un pantalón crema y su corona.
—Su alteza, con permiso— entró Sunni, con una bandeja de comida, viendo a Taehyung de espaldas en su tocador.
—Buenos días, Sunni, me colocas los brazaletes por favor— se dio la vuelta, frunciendo levemente su ceño.
—¿Por qué me traes el desayuno, Sunni? Pronto bajare a desayunar con los reyes Jeon.
—Príncipe Taehyung, la reina ordenó que empiece el desayuno sin usted y me ordenó no dejarlo salir de su habitación hasta que terminen.
—Bajaré en éste mismo instante, Sunni— se levantó de su asiento, caminado hacia la puerta.
—El desayuno empezó hace mucho su alteza, ya deben haber terminado— se interpuso en la puerta —Por favor su alteza, no rete a la reina.
—Desayunare en la mesa Sunni, quítate— la dama se colocó a un lado.
—No será necesario, porque ya terminamos— entró la reina mirando fijamente a Taehyung.