—Sunni, no te levantes— levantó su rostro adormilado de la cama y agarró la mano de su dama que intentó levantarse.
—Su alteza, necesita su desayuno, fue demasiado lejos al dejarme dormir en su habitación junto a usted.
Cuando Taehyung volvió de visitar el pueblo, ya era muy noche, encontrándose con Sunni dormida profundamente es su cama, sus heridas estaban vendadas y ya no sangraban. Aliviado se cambió su pijama y se acostó al lado de su dama, que al sentir su presencia intento retirarse, pero él no la dejo ir y le pidió que duerman juntos.
—Eres mi amiga y me relaja mucho tenerte a mi lado.
—Gracias su alteza.
—Iré por el desayuno, quédate aquí.
—Su alteza puedo ir yo, no es posible que usted me traiga el desayuno.
—¿Por qué no es posible?
—Usted es un príncipe, no puede servir a su dama de compañía.
—Tienes razón soy príncipe y pese a que te traiga el desayuno lo seguiré siendo
Taehyung dijo lo último caminando hacia la cocina y pidiendo a una de las cocineras que le preparen una fuente de comida, que al tenerla en sus manos caminó directamente a su habitación, compartiendo el desayuno con Sunni.
—Iré a visitar a mis padres— metió a su boca un trozo de pan dulce y se levantó de la cama para ir a su closet.
—Sí alteza— tomó un sorbo de café caliente.
—No te muevas de aquí, el doctor vendrá a revisarte las heridas— avisó, vistiéndose.
—Gracias alteza.
Taehyung sonrió terminando de colocarse su corona, agitando su mano en despedida salió de su aposento, caminando hacia el jardín trasero del palacio que estaba cubierto de muchas rosas, donde su padre y madre estaban enterrados juntos en la misma tumba.
—Buenos días papá y mamá— saludó, arrodillándose y haciendo una reverencia en señal de total respeto.
Taehyung con cuidado se sentó en el césped frente a la gran tumba.
—Lo siento por no venir, pero desde que te fuiste padre han ocurrido cosas horribles que nunca permitirías. Pero te prometo que cuando sea coronado haré de Amaranta un próspero reino, como lo era cuando estabas vivo— tocó la tumba que estaba cubierta de césped y una que otras rosas —Mamá ahora que estás con papá cuídalo y sean felices.
Taehyung cerró sus ojos, respirando el aroma de las rosas que perfumaban este colorido Jardín, imaginado a su padre y su madre disfrutando de su compañía, cuanto anhelaba haber conocido a su mamá, pero confiaba en las palabras de su padre al decirle que su madre era una omega hermosa como la propia diosa luna y tan valiente al enfrentar a otras castas que no era la suya.
—Taehyung— llamó el alfa, interrumpiendo la tranquilidad del mencionado.
Taehyung rápidamente se giró y una sonrisa cuadrada se formó en su rostro. —Yoongi— corriendo fue en su encuentro y no dudo en abrazarlo.
—Hola pequeño— correspondió el abrazo.
—Te extrañé tanto— sus ojos se desbordaron de lágrimas al sentirse en un lugar seguro —Tardaste mucho
—También te extrañe y lo siento por no estar contigo cuando más me necesitabas, pero el reino vecino la Maragarita necesita más enseñanzas con respecto a las armas— besó la cabellera rubia.
Yoongi era el general del reino de Amaranta y muy buen amigo de Taehyung, quien meses atrás tuvo de ir llevando personalmente al reino vecino de la margarita armas de guerra que el mismo rey solicito, además tenía la responsabilidad de demostrar a los soldados novatos su habilidad con la espalda y sus estrategias de guerra.