CAPÍTULO XXI Desayuno ardiente.

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A todos aquellos que tienen amigos incondicionales, de esos que dan todo por tí.

Jn 15:13 

CAPÍTULO XXI

Desayuno ardiente.

Decir que estábamos muy emocionadas era quedar cortas, finalmente era viernes y nos reuniremos para cenar y compartir, además del hecho de poder relajarme un poco de todo el estrés que me produjo la situación con Raúl. Fui la última en estar lista y casi olvidé la maleta con el cambio de ropa, ya que todas habíamos quedado en ir a casa de Sofía para vestirnos y prepararnos para la cena. Nos fuimos en los dos carros, Sofía con Carlos y Armen conmigo; en el camino le conté a mi compañero de viaje la llamada de mi mamá y eso lo sorprendió y enojó porque sin lugar a dudas ese imbécil estaba excediéndose.

-Debes denunciarlo Ruth, fue capaz de amenazar a tu mamá- estaba muy molesto.

-En un rato llamaré a mi tía Claudia para que me diga qué debo hacer- íbamos de camino a Maracay, nos adentramos a la parte alta de las delicias y terminamos en el Marriott, un hotel extremadamente lujoso y hermoso- ¿Qué hacemos aquí?

-Carlos es socio de este lugar extravagante, bueno los dos hermanos- Armen estaba concentrado en estacionarse.

-¡Qué noticia tan increíble, siempre he querido venir a esta piscina!- Todo era hermoso.

-Bueno, aprovecha entonces y dile a Carlos, no sé si aún hay acciones disponibles del hotel, si las hay entonces compraré algunas para que puedas venir cuando gustes- lo miré con las mejillas ardiendo de la emoción y él estaba igual de emocionado- te dije que te amo Ruth y te lo voy a demostrar de todas las maneras posibles.

-Pero ser parte de este lugar debe ser muy costoso- me encantaba verlo así tan expresivo.

-Puedo costearlo y puedo poner las acciones a tu nombre- negué con rotundidad.

-No quiero, si la compras y me invitas, iré con gusto- no me gustaba que me dieran cosas lujosas, es más, recibía regalos sencillos y que se parecieran a mi personalidad.

-Eso pensé, pero si de verdad te gusta la piscina entonces hablaré con la junta para conseguir acciones- nos bajamos y seguí observándolo sorprendida, sí, sabía que todos ellos tenían mucho éxito y dinero pero que fueran parte de la sociedad casi exclusiva de este hotel era otro nivel de poder adquisitivo.

-¿Esos son?- mi pregunta murió ante la sorpresa de ver a Darío y a Mary abrazados, muy acaramelados, caminando hacia el restaurante.

-Sí, allí están mi primo y otra de tus amigas- en ese momento Sofía corrió hacia nosotros.

-¿Viste a Mary?- asentí, Carlos acababa de llegar a donde nos encontrábamos.

-Mi hermano también está aquí- señaló la moto que estaba estacionada a poca distancia.

-No lo puedo creer, ¿todos estamos en el mismo lugar?- Sofía me había quitado las palabras de la boca.

-Si quieren nos vamos- sugirió Armen incómodo.

-No- ambas respondimos- vayamos a ver qué conseguimos en ese restaurante.

-Pero Juan estaba con tu hermano- dije preocupada por Samuel.

-Me llamaron muy temprano para decirme que ya iban de camino al liceo y que a la salida mi tía estaría pendiente de él.

-Bueno, espero que Juan no haya descuidado a Sam por estar de vagabundo.

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