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Había transcurrido un mes desde aquel suceso, desde que Minho perdió el control de si mismo y atacó a Felix. El pecoso logró recuperarse y ya se encontraba en casa trabajando como de costumbre, mientras tanto Han, continúo con su vida rutinaria, con el detalle de que su amado novio no se encontraba en él.

Como cada tarde se acercó al hospital de salud mental para ver si estado, encontrándolo sentado en una esquina como todas las veces, solo que esta vez estaba dormido. Respiró profundamente y recargó sus penas y preocupaciones en el cristal. Cerró sus ojos y apoyó su mano en el vidrio.

Se sentía exhausto, pagar su internación, el departamento, los gastos generales, su trabajo, lo consumía mentalmente poco a poco, ya imaginaba que sufriría algún colapso pronto, si no fuese porque iba al psicólogo, probablemente se hubiese rendido con Minho hace tiempo.

Estuvo en aquella pose por varios minutos, hasta que decidió abrir sus ojos dispuesto a irse, pero en ese instante sintió una extraña pero conocida presencia a su lado, giró su cabeza lentamente hacia su derecha, es decir, la habitación de su novio, y se llevó una gran sorpresa al encontrarlo parado frente al cristal observándole, con su palma apoyada exactamente en el punto donde descansaba la mano de Han.

—¿Qué?—Murmuró exclavo de la confusión y emoción.—¿Minho?—Pestañeó varias veces.

Su pareja bajó su mirada a sus manos y presionó su palma contra el cristal, como si buscará más contacto entre ambos. Jisung no pudo aguantar la felicidad y se permitió lagrimear con una pequeña sonrisa.

—Te extrañé...—Susurró más para si mismo.

Lee volvió a mirarle y su expresión se tornó triste al notar que el mayor parecía conmovido de sus acciones, se alejó del cristal y se dirigió a la cama, tardó en mirar a su novio una vez más. Agitó su mano, sabía que tenía más obligaciones además de verle hacer nada como si fuese un hámster en una jaula.

Se sintió sinceramente aliviado a verlo devolver el saludo con una sonrisa y marcharse.

Muy en lo profundo de su corazón sabía que quería volver a los brazos de su novio, pero debía priorizar mejorar si quería regresar a su hogar.

Se recostó en la camilla y cerró sus ojos dispuesto a descansar, ya que estuvo todo el día despierto, por alguna razón solo lograba conciliar el sueño luego de ver a Jisung.

[🥀]

Llegó al departamento con una sonrisa, saludó a Felix y se dirigió a su cuarto para cambiarse la muda de ropa, debía ir a trabajar en una hora.

Lee se vió envuelto en la curiosidad debido a su maravilloso humor, fue hasta el cuarto y tocó dos veces.

—¿Si?—La puerta se abrió y el chico se asomó.

—¿Puedo saber a qué se debe esa sonrisa en tu rostro?—Abrió la puerta totalmente.

—Minho interactuó conmigo—Sonrió en grande.—Había dejado mi mano apoyada en el cristal—Copió la acción dejando su palma levantada.—Y cuando miré Minho me estaba imitando, prácticamente intentó juntar nuestras manos, y me miró, y luego se despidió de mi moviendo su mano—Abrazó una camisa intentando calmar su emoción.

Felix sonrió sin separar sus labios, orgulloso de su avance, a pesar de que casi muere por su culpa, sabe bien que no fue intencional, sin embargo, ya había dejado claro que cuando Minho volviera a pisar esta casa, él se marcharía, o de ser el caso, ellos se irían. Tenía miedi de que todo se volviera a repetir, le había generado un pequeño trauma. Y desde ese día no se atrevió siquiera a verlo ni en fotos.

—Quizás no falte tanto para que vuelva aquí—Se cruzó de brazos y se apoyó en el marco de la puerta.

Han observó la camisa y la dejó sobre la cama.

—Espero sea así...—Se acomodó su cabello y guardó silencio.

Felix se acostumbró con el tiempo a irse cuando Han se quedaba en silencio. A decir verdad, ninguno salió sano y salvo de ese suceso, Felix fue el más afectado físicamente, pero Jisung quedó grave mentalmente, a veces susurraba cosas a la vez que hablaba, y se ponia inquieto, era pequeños espasmos que le quedaron luego de los nervios y estrés.

—Debe volver...Debe volver—Murmuraba paseando por el cuarto sin sentido, frenaba para tomar la camisa y acomodarla, pero luego la desordsba y lo volvía a hacer.

Transcurrió media hora y recobro el sentido del tiempo y se puso la camisa y se marchó a su trabajo sin despedirse de su amigo.

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⏰ Última actualización: Feb 11 ⏰

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