Capitulo 011

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CAPÍTULO 11

La piel de Jiang Cheng brillaba por el sudor mientras se arrodillaba y sus manos se aferraron a la cabecera justo en el lugar donde Lan Xichen las había colocado. El hombre mayor se arrodilló entre sus piernas y separó las rodillas del joven para tener mejor acceso.

El trasero del chico aún estaba rosa y cálido al tacto mientras las manos de Lan Xichen acariciaban sus glúteos. Se sentó sobre sus talones y dejó que sus pulgares acariciaran la entrada del joven.

-Eres tan estrecho -dijo Lan Xichen maravillado-. Tan bello.

Observó cómo el chico se estremecía con cada roce y su agujero pulsaba por las delicadas caricias que le hacía. Su intención era prolongar ese momento, estimular mucho más a Jiang Cheng, pero la necesidad que sintió de enterrar su pene en ese apretado agujero lo obligó a acelerar el ritmo.

No dilató a Jiang Cheng, pero se aseguró de que estuviera lubricado antes de colocar un condón en su miembro. Lubricó su erección y se posicionó en la entrada del joven.

Jiang Cheng gruñó y se estiró cuando Lan Xichen lo penetró con una fuerte embestida, enterrándose en su interior. Sintió que el pene del otro hombre tomaba posesión de su cuerpo como lo había hecho desde la primera vez que follaron, y arqueó la espalda entregándose al dominio de Lan Xichen. Su piel le cosquilleaba por todos lados, pequeñas ondas de electricidad lo recorrieron cuando sintió el cuerpo de su amante cubrir el suyo.

Sintió que Lan xichen comenzó a frotarle su erección mientras lo embestía y folló la mano que lo sostenía mientras era follado.

El fotógrafo se maravilló al notar lo bien que se complementaban. Dejó de pensar en el momento en el que el cálido canal comenzó a estrecharse mientras los músculos se movían a su alrededor como si no quisieran dejarlo salir. Lo embistió con mayor velocidad y profundidad, arremetiendo contra su trasero con fuerza y pensando únicamente en su placer.

La velocidad de cada embestida volvió loco a Jiang Cheng, la calidez en el interior de su trasero se esparció al resto de su cuerpo. Se sentía dichoso de recibir la verga de Lan xichen y emocionado de darle tanto placer a su amante. Levantó más su trasero y el pene llegó más lejos encontrando un mejor ángulo.

Gimió mientras Lan xichen lo embestía una última vez, sus manos tomaron el trasero de jiang Cheng y se corrió con un largo suspiro. Después de unos momentos el fotógrafo se dejó caer sobre sus talones, llevándose a jiang Cheng con él, de manera que el joven permaneciera sentado sobre sus piernas y con el pene en el interior de su cuerpo.

Sostuvo al chico contra su pecho y colocó una mano sobre su cuello. Pudo sentir los latidos de su corazón, mientras con la otra mano lo acariciaba con gentileza, frotando con ternura su incontrolado pene. Lan xichen deslizó una mano por la rígida carne de jiang Cheng.

-Córrete para mí, cariño. ¡Córrete ahora! -susurró.

Pudo sentir el delgado cuerpo entre sus brazos tensarse y un fluido blanco escaparse de su verga mientras se arqueaba y estremecía entre sus brazos.

El fotógrafo imaginó cómo debía lucir la expresión de éxtasis en el bello rostro del joven, lo abrazó fuertemente, lo acarició hasta que los temblores de su orgasmo se detuvieron y el chico se relajó por completo.

Gentilmente giró la cabeza del joven y lo besó con suavidad.

-Eres tan bello cuando te corres para mí, jiang Cheng. Eres tan sensitivo.

-Me hace sentir como si estuviera volando cuando me corro y cuando me abraza así -susurró sin abrir los ojos-, jamás me imaginé... que podría sentirme así... de bien.

Pergaminos y lienzo (Xicheng)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora