Las aventuras de una heroína cuyo traje es de todo menos profesional.
Titania así es como los medios han apodado a esta singular heroína cuyo traje consiste en su mayoría por un bikini.
¿que clase de aventuras tendrá? ¡averígualo aquí mismo!
En un pequeño departamento en el centro de la ciudad, el sonido de agua cayendo de la regadera se hacía presente, a la par que una mujer tarareaba una canción con una voz angelical.
Esto duraría solamente 10 minutos, hasta que la dicha mujer, Ivonne, salía de su baño, cubriendo parte de su cuerpo con una toalla de color negro pequeña.
Sus pasos eran tan suaves que ni siquiera la persona con el mejor oído podría escucharla.
"¡Qué noche tan agotadora!", exclamó Ivonne mientras se sentaba en su cama, acariciando suavemente las sábanas moradas que estaban en su cama. Su hora de dormir se acercaba; por suerte, ella solamente dormía poco tiempo y se sentía como nueva. Pero antes de empezar a reposar, su teléfono empezó a sonar. Le llamaba un número que no estaba registrado en su lista de contactos.
Dudando por unos breves segundos, decidió tomar la llamada.
"¿Hola? ¿Con quién tengo el gusto?", preguntó de forma calmada. Pensaba que sería alguna de esas clásicas llamadas de "familiares" en problemas. Este tipo de llamadas, más que tenerla harta, le daban una sensación de vacío. Sin embargo, esta ocasión era una llamada diferente.
"Saludos, Titania", una voz masculina se hizo presente en la llamada. La mujer que antes se encontraba tranquila en su cama se levantó de golpe. Tratando de contener su sorpresa, respondió: "Lo siento, número equivocado, no soy esa persona". Esperaba que solamente fuera una especie de error, que haya escuchado mal o fuera un sueño. Se pellizcó la mejilla tratando de despertar.
"Sé quién eres. Mañana a las 11:30 de la noche, quiero verte en el centro de la ciudad, cerca del edificio en construcción. Si no lo haces, iré a buscar a ese chico con el que saliste la última vez y lo mataré".
Por unos segundos, el miedo llenó la mente de Ivonne, pero este fue sustituido por enojo.
"Muy bien... pero si le haces algo a ese chico, aplastaré tu cráneo con mis propias manos". Aunque no alzó la voz, se podía sentir la ira que emanaba de ella mientras apretaba los dientes.
La última respuesta que obtuvo fue una risa burlona junto a un "ya lo veremos". Después de eso, la llamada fue finalizada.
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