Titania una superhéroe peculiar

Choque de divinidades parte 2

Ante la presencia de la amenaza, Nathan, con rabia en sus movimientos, dirige las tres puntas del tridente hacia Deva para hacerla desistir de su ataque. Deva, en una reacción con una velocidad superior a la humana, esquiva las puntas del tridente moviéndose a ras del suelo, evitando la confrontación con las puntas, y da una patada al tridente, arrancándole de las manos de Nathan por la fuerza del impacto. El tridente, en el aire, deja en evidencia un símbolo del sol, cambiando la expresión de Deva de concentración a una furiosa mirada asesina.

-Esta arma, este acto de profanación… ¡¿Quién te dio acceso a un arma divina?! ¡Responde sucio animal!-

Las marcas en la piel de Deva que simulan tatuajes empiezan a emitir un brillo intenso. Toma el tridente que cayó en el suelo y lo blande con ira asesina, dispuesta a rebanar el rostro de Nathan. A escasos centímetros de lograr su cometido, la mano de Titania atrapa el tridente desde la base, donde comienzan las puntas, frenando de golpe el ataque.

¡No te atrevas a dañarlo hermana! ¡Diosa de la luna o mi hermana menor eso no te da derecho sobre la vida mortal!-

Mientras su mano mantiene fijo el tridente una patada de inmensa fuerza aleja a Deva unos metros de ella, la fuerza no solo hace que tiemble el concreto de la ciudad, destroza los vidrios aledaños de los apartamentos o destruye el cableado eléctrico sino que fue suficiente para arrancar de las manos de Deva el tridente cortando algo de su palma por la fuerza que mantenía en el asta del arma.

Pronto la gente empezó a asomarse de sus hogares, despertando por los ensordecedores ruidos de batalla, Titania estaba rodeando su puño con su energía divina, aunque pronto su puño que brillaba en un tono anaranjado empezó apagarse.

¡¿Acaso lo olvidas hermana mía?!  ¡Madre me dio el poder para absorber el poder del sol! ¡Soy tu counter perfecto! Si vas a pelear conmigo será a puño limpio!-
Deva comenzó a desatar un feroz acto de violencia contra Titania, lanzando puñetazos, codazos e incluso arañazos que su hermana no podía evadir. No por lentitud o debilidad, sino porque la imposición de la fuerza divina haría añicos todo lo que se interpusiera y, con la fuerza de los impactos, haría pedazos todo lo que estuviera alrededor. Titania, la dama de fuego, estaba imposibilitada para acceder a su carta de triunfo, dado que su fuerza era absorbida por su hermana y esa fuerza era cobrada en su contra. Sin embargo, en ella existía el deseo de no enfrentarla y dejar que los golpes físicos surtieran efecto.

¡REACCIONA POR FAVOR NO PUEDES DEJARTE GOLPEAR ASÍ! –

Los ataques de Deva fueron detenidos por momentos debido a una segunda distracción, deteniendo los dientes del tridente de Nathaniel con la mano desnuda, en solo un descuido sus dedos y una porción de la palma sufrieron un corte dejando recorrer sangre alrededor de su brazo, Deva al sorprenderse de tal herejía explotó de ira soltando un grito cuyo impacto hacia vibrar el concreto y causaba destrucción en su radio como si el volcán krakatoa hubiera erupcionado y su onda de sonido recorriera el mundo sin obstáculo.

Las aves salieron despavoridas, los animales de alcantarilla yacían atrapados entre ruinas de piedra y soportes de metal, personas desmayadas por la intensidad del grito de fuerzas divinas. Nathaniel, al estar cerca, recibió la peor parte: su cuerpo emanaba un escape de sangre desde los ojos y los oídos, pero con fuerza de voluntad, seguía intentando apuñalar a Deva aunque fuera una vez antes de que su fuerza se desvaneciera.

¡Alejate de Nathan!-

Una vez más otra fuerte patada mandó a volar a Deva, quien estaba sumamente enfadada, titania alzó el vuelo para encarar a su hermana en los cielos.

¡Detén está locura ahora mismo! ¡Estamos poniendo en peligro la vida de Miles o millones de mortales peleando!-

Grito titania tratando de hacer entrar en razón a su hermana, pero solamente recibiría otro puñetazo de parte de su hermana que la mandaría lejos, esto solamente provocaría que otra ráfaga de golpes empezará, Titania los intentaba bloquear a toda velocidad, pero no podía detener todos esos ataques destinados a su cuerpo.