Un choque entre divinidades Parte 1.

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Parte uno del capitulo de hoy. Más tarde subiré la otra.

La noche brillaba bajo la luz plateada de una luna llena, mientras el reloj marcaba las 2 de la madrugada en la ciudad.

El suave batir de unas alas resonó en las afueras de un departamento, y con la destreza de una sombra, Titania se deslizó por la ventana de su hogar en el sexto piso. Su intención era sumergirse en el sueño, pero la luz encendida en la sala la detuvo. Una sonrisa se dibujó en su rostro al reconocer quién estaba allí.

Con pasos silenciosos, casi etéreos, se dirigió hacia la sala, donde encontró a Nathaniel, el joven que había encendido una chispa en su corazón. Sin dudarlo, lo abrazó por la espalda con alegría al verlo.

"No esperaba que vinieras hoy a visitarme, aunque me sorprende verte levantado tan tarde", dijo Titania, quitándose el antifaz y la capa para mayor comodidad.

"Quise venir a verte. La próxima semana entraré en época de exámenes y posiblemente no tenga tiempo suficiente para venir, así que aproveché para venir ahora y quedarme el fin de semana contigo", respondió Nathaniel, girando ligeramente la cabeza para besar a su querida Parasol, quien correspondió gustosa al beso.

Pasaron unos minutos besándose hasta que se separaron para que Nathaniel pudiera recobrar el aliento.

"Es algo tarde, pero tengo hambre. ¿Te parece bien si vamos por una pizza? Conozco un lugar cercano, el dueño tiene un pequeño turno nocturno", propuso Titania, mientras se sentaba frente a Nathaniel.

"Claro, también tengo hambre. Una pizza me vendría bien. ¿Jamón y champiñones?", sugirió el, mientras veía a Titania ponerse de nuevo el antifaz. En un simple parpadeo, ella volvió invisible, una habilidad que solía usar la divina mujer para evadir situaciones incómodas o curiosas miradas de los demás.

Después de caminar un rato y alejarse lo suficiente de los departamentos, Titania volvió a hacerse visible.

"En serio es complicado mantener la invisibilidad e ir caminando. Siento que no avanzo mucho al no ver mis pies", comentó, provocando una risa en Nathaniel, pues el sabía que ella tenía 2 motivos que le impedían ver sus pies de forma seguida al caminar de forma natural.

Ambos llegaron a la pizzería que había mencionado Titania después de una corta Espera. Fueron atendidos rápidamente y comieron, aunque había gente en el lugar que esperaba solo para tomarse una foto con la heroína y muchos otros miraban con envidia al joven rubio. Aunque se les ha visto un par de veces juntos, pocos saben realmente quién es Nathaniel, ya que Titania ha dejado claro que prefiere mantener el anonimato de sus relaciones y amenazó que quien busque herirlos o saber mucho de ellas puede sentir su furia.

Después de comer, pagaron la cuenta. A pesar de la hora, ambos aún tenían energía de sobra.

"¿Siempre llevas contigo ese amuleto, verdad? No quiero que salgas sin él y algo malo te pase", dijo Titania, refiriéndose al pequeño tridente que Nathaniel llevaba como collar.

"Siempre. No lo dejaré de llevar. Sé que me ayudará a protegerme, y lo hiciste especialmente para mí", respondió Nathaniel, dando un beso a Titania, quien se mostró contenta por ese gesto. Sin embargo, de repente, la expresión serena de Titania se transformó en preocupación cuando un fuerte impacto sacudió el suelo, levantando una gran nube de polvo y fragmentos de pavimento. Parasol se colocó frente a Nathaniel para protegerlo con sus alas.

"Al fin te encontré... Mi querida hermana Parasol... ¡Es momento de regresar a casa!", exclamó una voz juvenil. Una mujer de piel color ceniza, de baja estatura, un cabello tan blanco como la luna misma, tatuajes con las fases lunares por todo su cuerpo que brillaban con la fuerza de una estrella, ojos amarillos que podrían verse desde metros en la noche oscura, con prendas blancas y un aire divino... Deva, la hermana menor de Titania y diosa de la luna.

"Deva... ¿Qué haces aquí?", preguntó Titania sorprendida, guardando sus alas una vez que el polvo y el pavimento dejaron de volar para poder verla.

"¿La conoces?", preguntó Nathaniel, mientras apretaba el pequeño tridente en su mano, que rápidamente creció hasta tener el tamaño de un tridente e incluso un poco más grande, apuntando hacia la mujer desconocida.

"Es mi hermana menor... La diosa de la luna, Deva... ¿Qué haces en la tierra? Tú no bajas del mundo divino", cuestionó Titania, notando que su hermana se preparaba para pelear.

"Vengo a llevarte conmigo al mundo divino... Incluso si es a la fuerza... ¡Ahora quítate ese ridículo disfraz y ven conmigo!", declaró Deva, lanzándose con fuerza hacia su hermana Parasol, con su cuerpo brillando en un tono dorado mientras se lanzaba al ataque.

 ¡Ahora quítate ese ridículo disfraz y ven conmigo!", declaró Deva, lanzándose con fuerza hacia su hermana Parasol, con su cuerpo brillando en un tono dorado mientras se lanzaba al ataque

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Titania una superhéroe peculiar Donde viven las historias. Descúbrelo ahora