XI. Papá

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Cada día, se despertaba temprano junto al rubio. El mayor se preparaba un café y el menor una taza de té, ya que Jihyo le había recomendado no consumir cafeína debido a los constantes síntomas de ansiedad que mostraba.

Chan siempre procuraba que Minho se alimentara correctamente, por lo que se encargaba de preparar algo ligero para ambos, mientras que el menor preparaba comida más sustanciosa para cuando volvieran a casa después de la escuela. Después del desayuno, iban juntos a la escuela, compartiendo clases y riéndose en el camino.

Minho no podía negar que durante las clases se esforzaba por concentrarse, ya que constantemente pensamientos negativos invadían su mente, pero Chan y sus amigos se encargaban de mantenerlo distraído y de hacerle saber que estaba a salvo.

Minho no podía negar que durante las clases se esforzaba por concentrarse, ya que constantemente pensamientos negativos invadían su mente, pero Chan y sus amigos se encargaban de mantenerlo distraído y de hacerle saber que estaba a salvo

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Hoy era un día especial, ya que era el primer fin de semana en el que estaría presente en uno de los desayunos familiares. Ciertamente, tenía miedo de conocer a Jinyoung, el padre de Chan.

En la cocina, el delicioso aroma a café recién hecho impregnaba el ambiente; mientras Jihyo se encargaba de preparar el desayuno, Minho la acompañaba ayudándola a servir los platos. Mientras tanto, Chan se ocupaba de poner la mesa con todo lo necesario para la comida. De repente, la puerta principal se abrió y entraron Felix, Changbin y Jinyoung con una bolsa de pan dulce para compartir.

Jinyoung se acercó a Chan con una gran sonrisa y le dio un cálido abrazo.

—¿Dónde está el niño de ojitos bonitos del que todos hablan?— Preguntó con una risa juguetona. En ese momento Minho salió de la cocina.

—Ahí está, él es Minho —dijo Chan.

—Un placer finalmente conocerte. He escuchado muchas cosas de ti —dijo Jinyoung extendiendo su mano hacia Minho, quien tímidamente le estrechó la suya.

—El placer es mío, señor Bang —respondió con cortesía, aunque la timidez se reflejaba en su voz.

—Llámame Jinyoung. Aquí no necesitamos formalidades —dijo con una sonrisa reconfortante, tratando de aliviar la tensión del ambiente.

Jihyo llamó a todos al comedor, y mientras se sentaban alrededor de la mesa, el ambiente se llenó de risas y conversaciones animadas. — Y dime, Felix, ¿cómo te ha tratado Binnie?

Felix sonrió y miró a Changbin con ternura. —Muy bien, ya sabes que tienes un hijo maravilloso. —Aseguró sinceramente. Jinyoung se sentía verdaderamente orgulloso de los hombres en los que sus hijos se habían convertido.

—¿Y a ti cómo te trata Chan? —Preguntó dirigiéndose a Minho.

—Chan siempre ha sido amable conmigo, y ahora lo es aún más. Es muy atento... Siempre me trata con cariño y respeto —explicó Minho con una tímida sonrisa, mientras su mirada se posaba en los presentes en la mesa. —En realidad, todos lo han hecho... Son una familia maravillosa.

Esas palabras provocaron un tierno gesto en la mesa. —¡Ven aquí y déjame darte un beso! —dijo Jihyo, dando un cálido y maternal beso en la mejilla de Minho.

Después de desayunar, Jinyoung y Jihyo salieron a hacer compras, dejando a los cuatro chicos solos mirando "Mulán"

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Después de desayunar, Jinyoung y Jihyo salieron a hacer compras, dejando a los cuatro chicos solos mirando "Mulán".

Una vez que la película que estaban terminó, Chan habló. —Minho y yo iremos a la biblioteca. ¿Se quedarán aquí o se van a casa de papá?

—Nos quedamos esta noche, así que nos vemos más tarde. —dijo Changbin. Los menores asintieron, y Minho y Chan salieron de la casa.

Decidieron tomar un taxi para llegar a la biblioteca, ya que no tenían muchas ganas de caminar a pesar de que estaba cerca. Después de 10 minutos, llegaron y entraron, se pasearon por los pasillos en busca de algo interesante y finalmente encontraron algo que les llamó la atención. Optaron por sentarse en una de las mesas pequeñas que estaban al fondo, apartadas de las demás.

Ambos intentaban concentrarse en sus lecturas, pero la tensión en el ambiente se hacía cada vez más evidente. Ninguno de los dos podía enfocarse, y Minho, en particular, se sentía distraído por el chico rubio que estaba sentado a su lado.

Chan, al notar la distracción de Minho, decidió cerrar su libro. Se inclinó hacia adelante ligeramente, con una suave sonrisa en el rostro, y tomó con suavidad el mentón del menor. Minho levantó la mirada y se encontró con los ojos del rubio frente a él.

—Minho, ¿puedo hacerte una pregunta? —susurró Chan.

Minho asintió nerviosamente. —S-sí, claro.

El rubio se acercó lentamente; su mirada fija en los labios de Minho y sus dedos cálidos acariciaban la piel sensible.

—¿Puedo besarte? —preguntó. El menor se quedó sin aliento, su corazón latía con fuerza en su pecho, y sus manos temblaban ligeramente.

—S-sí, por favor

Chan sonrió dulcemente antes de inclinarse lentamente hacia adelante, logrando así que sus labios se encontraron en un beso dulce y tierno. La suavidad de los labios de Chan era celestial, y Minho sintió como si el mundo se desvaneciera a su alrededor. Sus labios eran cálidos, y el menor se sintió abrumado por una oleada de emoción al darse cuenta de que este era su primer beso. Su primer beso era con alguien que realmente le gustaba.

La intensidad aumentaba con el roce de sus lenguas; explorando cada rincón de sus bocas, el pelinegro dejó que el mayor marcara el ritmo, ya que él se sentía un poco torpe para seguirle, pero el contacto seguía siendo delicado. Las manos de Chan recorrieron la espalda de Minho, atrayéndolo aún más hacia él, mientras el menor se aferraba con fuerza a los hombros del rubio.

Se separaron lentamente, con las frentes aún juntas, respirando agitadamente. Los ojos de Minho brillaban, sus mejillas estaban sonrojadas y una tímida sonrisa se formaba en sus labios.

—Nunca había besado a nadie —confesó con una sonrisa tímida. Chan acarició su mejilla con ternura.

—Lo sé.

—¿Tan malo fue? —preguntó Minho mordiendo su labio

—¿Malo? Dios mío... Fue increíble... —le susurró y dejó un suave beso sobre su frente. 

inquebrantable; MinChanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora