⚠️⚠️ Advertencia ⚠️ ⚠️
Este capítulo contiene escenas y temas que pueden ser perturbadores para algunos lectores.
Entre ellos se incluyen:
-Contenido +18
-Autolesiones
-Consumo de alcohol
-Abuso sexual
-Maltrato
-MuerteSe recomienda discreción. Si alguno de estos temas te resulta sensible, por favor, considera tu bienestar antes de continuar la lectura.
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Jundae entró a su casa, lanzando su maletín contra la pared con un rugido gutural. El ambiente en la casa, que ya era sombrío y oscuro, se hizo aún más tenso. La ira que sentía en su interior se intensificaba aún más con el alcohol que corría por sus venas. —¡Minho! —gritó con fuerza, pero no recibió respuesta, al igual que los días anteriores. — ¿Dónde ese inútil?
Caminó hasta la cocina, agarró una de las botellas de whisky y bebió directamente de ella, pasando una mano temblorosa por su pelo desordenado.
—¡Ese maldito! —gritó, lanzando la botella contra la pared. Los trozos de vidrio se esparcieron por el suelo, pero a él poco le importó. Tambaleándose, se dirigió hacia la habitación de Minho, con los puños tan apretados que las uñas casi se clavaban en la carne de sus manos.
La ira lo consumía, nublando su mente y ahogando cualquier rastro de racionalidad que pudiera quedar en él.
Comenzó a tirar y romper todo a su paso; todas las cosas que aún quedaban de Minho estaban siendo destruidas; de alguna manera, solo buscaba la forma de seguir destrozando a su hijo.
En medio de todo el desorden que había ocasionado, sus ojos se detuvieron en un dibujo que yacía en el suelo. Llamó tanto su atención, que lo recogió con sus manos temblorosas. En las letras infantiles de color rosado se podía leer "Lee Minho, 3 años"; el dibujo mostraba un brillante sol coloreado con crayones amarillos y naranjas que llenaba casi por completo la hoja. Abajo, tres figuras: una grande con sombrero azul, una más pequeña con vestido rojo y otra aún más pequeña con un overol verde. Junto a ellos, había más dibujos, cada uno diferente: arcoíris, gatitos, flores coloridas y mucho más. El hombre se sintió paralizado al ver reflejada la inocencia y alegría de su hijo.
Una inocencia y alegría que ya no existían.
Comenzó a revisar con cuidado los otros dibujos que habían caído del escritorio, uno tras otro, observando cómo la letra mejoraba con el tiempo y los trazos se hacían más firmes y seguros. Sin embargo, se detuvo en seco al llegar a un dibujo en particular que decía "Lee Minho, 5 años"; en él, su madre estaba en el centro, rodeada de flores y nubes, mientras que lo que parecía ser el pequeño Minho junto a su padre la miraban desde abajo, con ojos llenos de tristeza. Sin embargo, a pesar de todo, el cielo seguía siendo de un azul brillante con un arcoíris gigante. Jundae sintió cómo su cuerpo se debilitaba al recordar a esa mujer que lo había hecho tan feliz y en quién no había pensado durante mucho tiempo. Esto provocó que se rompiera y comenzara a llorar casi inconsolablemente.
Tembloroso, pasó al siguiente dibujo, donde se leía un oscuro "Lee Minho, 8 años". En este, se veía al pequeño y a él mismo, pero sus manos estaban manchadas de rojo, al igual que la carita y el cuerpo del niño. Bajo el dibujo, Minho había escrito "Te amo, papá".
Los siguientes dibujos no eran muy diferentes; todos mostraban los golpes que él le había dado a su propio hijo, pero en algunos de ellos, Minho había agregado corazones de muchos colores, contrastando así con su terrible realidad.
Sin embargo, el siguiente dibujo lo dejó sin aliento. "Lee Minho, 10 años", y en él, Minho estaba acostado en lo que parecía ser una cama, rodeado de garabatos negros y rojos que formaban un monstruo. Inmediatamente, aquel recuerdo vino a su mente. Vio nuevamente al pequeño Minho, de tan solo 10 años, llorando desconsoladamente y pidiéndole que se detuviera. Vio una vez más cómo las marcas, las lágrimas y la sangre cubrían el ya débil cuerpo de su hijo. Sintió un escalofrío recorrer su espalda al darse cuenta de que él era ese monstruo plasmado.
Desde esa hoja, aquel monstruo se convirtió en un elemento recurrente en cada dibujo, mostrándolo cada vez peor, con dientes afilados, garras puntiagudas y ojos rojos. Jundae ya no quería seguir viendo eso.
Hasta que llegó a la última hoja, la cual no era un dibujo, sino una simple frase: "Aun te amo, papá". Y debajo, estaba escrito "Lee Minho, 16 años". Se quedó mirando la hoja con una mezcla de emociones. Se sintió culpable, devastado. Las lágrimas brotaron una vez más de sus ojos mientras apretaba la hoja contra su pecho.
Minho le había demostrado un amor incondicional que había resistido a pesar de todo el dolor, a pesar de la crueldad. Y él solo lo había hecho sufrir sin piedad.
Una sensación de miseria y culpa lo envolvía. Se culpaba a sí mismo por cada golpe, cada insulto, cada momento de dolor que había infligido al pobre chico. —¿Qué he hecho? —murmuró; su voz sonaba rota por la angustia. Pero a medida que ese sentimiento pasaba, un resentimiento amargo comenzó a reemplazarlo lentamente. —No, no, no puedo ser yo el culpable... ¡No puedo! —masculló entre dientes. —Ese estúpido niño... él tiene la culpa; se merece todo esto, si solo hubiera sido más obediente. ¡Si no fuera un maldito marica! —se levantó mareado, su mandíbula apretada con rabia contenida. —No puedo sentir lástima por él. Él es el que me ha fallado. Él provocó todo esto.
Agarró todos los dibujos con su mano temblorosa. —Mira lo que has hecho —gruñó, sacudiendo los papeles en el aire como si estuviera acusando a su hijo. —¿Crees que esto te hace inocente? ¡No! Solo demuestra lo egoísta y desagradecido que eres. — Caminó por la habitación; el enojo lo hizo golpear todo a su paso una vez más. —Eso eres. ¡Eres una maldita basura! — Se dirigió hasta los cajones, abriéndolos y sacando todo, buscando alguna pista que le dijera donde estaba su hijo.
—Pero te voy a encontrar... —Susurró en medio de toda su confusión emocional. —Me ves como un monstruo, a pesar de que te mostré compasión. Pero eso se acabó. Si quieres que sea un monstruo, lo seré...
Aún en medio de todo ese caos, sabía, en lo más profundo de su ser, que no podía seguir culpando a su hijo. Pero esa verdad era demasiado dolorosa, demasiado aterradora para aceptarla.
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inquebrantable; MinChan
Fanficchan solo quería salir con minho. hasta que descubrió su secreto. stray kids - minchan sad fluff duración: ¿? -lia ⚠️⚠️ Advertencia ⚠️ ⚠️ Este historia contiene escenas y temas que pueden ser perturbadores para algunos lectores. Entre ellos se inc...