Capítulo 11

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Valerie tenía su vista fija sobre Yoko, la pequeña se encontraba sentadita en el sofá, manteniendo su espaldita recostada porque muchas veces se iba de lado, tenía su chupón en la boca y no podía dar una imagen más angelical, eso era muy sospechoso para Valerie.

"¿Por qué estás tan obsesionada
conmigo?"

La pequeña Addams tenía un puñito cerrado sobre su camisa, un poco nerviosa por la mirada de Valerie, pues la mujer tenía varias razones para sospechar que ella no pensaba como una bebé común, aunque quizás era solo una exagerada, Yoko seguía siendo una pequeña inocente.

-Valerie, cuando te dije que
mirarás a Yoko un momento no era
tan literalla- tía Marilyn volvió a
aparecer, quien sabe a donde se
había ido, aunque el biberón en su
mano le daba una pequeña pista.

"La tía Valerie es rara, tía Marilyn, me causaba escalofrios"

Marilyn tomó a Yoko para poder
sentarse en el sofá y poder colocarla en una posición correcta para tomar su alimento, y la pequeña bebé se sentía feliz en los brazos de su tía, recibiendo su atención como siempre debía ser, acercó el biberón a su boquita luego de quitar el chupón y Yoko hacia todo el trabajo.

-Es que te digo que esa bebé
sabe más de lo que aparenta-
acusó la alfa, no era que tuviera
algo en contra de la cachorrita, pero simplemente parecía ser que esa pequeña si sabía muchas cosas y entendía muchas otras.

"¿No me digas? JAJAJAJA"

-Ahg, tu eres la que la molesta
-regañó Marilyn -Siempre estas
acusando a la pobre bebé.

Yoko quiso sonreír pero si sería
sospechoso, así que siguió
concentrada en su biberón, como si
estuviera ajena a la platica que la
pareja compartia, se sentía un poco
mal por tía Valerie, pues ella tenía
algo de razón, pero no haría nada al
respecto.

-¿Entonces cómo explicas que te
marca con su aroma?

"No hay explicación tía Valerie, te
estoy declarando la guerra"

Marilyn se rió por lo dicho por su
compañera y volvió su vista a la
bebé, que tenía su pequeña manita
sobre la suya en el biberón, era
exactamente como los bebés lucían,
no entendía la insistencia de su alfa
en ciertas ocasiones, Yoko era solo
una tierna cachorrita que la quería
mucho.

-No me digas que esto es por celos
Valerie- se burló la omega, es que
no podía ser tan estúpida.

-¡No es eso!- se defendió- Es que
ella parece que me odia Marilyn, y te quiere mucho a ti.

"Ay, no te odio viejita, no te agüites"

Marilyn le sonrió por sus palabras y recostó su cabeza en el hombro
de la alfa, mientras la bebé seguia
comiendo, la alfa la observó un rato
y sin pesarlo mucho dejó un beso
en su frente, bueno quizás si estaba
exagerando con el tema de Yoko, tal
vez solo era su imaginación.

"¿Y yo estoy pintada o que?"

-Ella te quiere, solo que no es una
bebé fácil- animó la omega, tenía
la sospecha de que en el fondo
Valerie solo necesitaba que la bebé
se encariñara más con ella.

La alfa no respondió, solo dejándose llevar por el ambiente familiar que parecía haberse creado, uno que le hizo anhelar su propia familia en un futuro.

-Oye, saliendo del tema, ¿crees
que Larissa ya haya dado a luz?
-preguntó curiosa la menor,
separándose de su novia.

-Mmm no lo sé, si Enid no ha
llamado...- respondió la alfa.

Claro, la razón por la que Yoko se
encontraba ese día con sus tías,
era porque Enid tuvo que llevar
al hospital a Larissa, que se
encontraba en la casa de las Addams, y eso solo significaba una cosa, su esclavita estaba llegando y ella estaba muy contenta.

Unos minutos después la cachorrita
terminó de comer, había quedado
tan llena que en serio solo quería
eructar y dormir como un angelito.

-Ten, dale palmaditas en la
espalda, yo iré al baño- la omega
le pasó con cuidado a la pequeña,
sentía que si la apretaba vomitaría
de tanto que había comido.

La alfa tomó a la pequeña
adormilada, y la recostó en su
hombro, luego de haber colocado
un pañito en ella por si acaso, y
con suavidad comenzó a palmear
su espaldita, escuchando dulces y
adormilados balbuceos de la menor, después de varias repeticiones, por fin pudo oír el esperado eructo. En ese momento la acomodó de un modo diferente, acostándola en sus brazos meciéndola, viendo sus pequeñas y adorables facciones, como sus ojitos se cerraban poco a poco.

-En serio es adorable- dijo la alfa,
dando un toquesito en su nariz,
con lo que no contaba era que ella
tomaría su dedo en su pequeña
manita, transmitiéndole un ameno
sentimiento a la mayor.

Tal vez la pequeña Yoko no era tan
mala como pensaba.

Y claro, queda demostrado que
todos la amaban, Yoko la ama de
todos.

BABY THOUGTHSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora