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Sacudió sus largos cabellos y lanzó su cigarrillo, medio quemado, al suelo, suspirando mientras veía tranquilamente como el humo salía de su boca para luego disiparse en el aire.

Ese era su octavo cigarro, y no tiene dinero para comprar otro paquete de esos.

Se levantó de el cómodo sillón de su sala para dirigirse con pasos pesados hacia la ventana, sacando su celular mientras volvía a suspirar.

Estos días...son algo frustrantes.

-Podrías dejar de suspirar así? Pareces un perro que fue abandonado bajo la lluvia por su dueño—La puerta fue abierta de manera brusca, dejando ver a un chico de cabello rosas y ojos grises entrar en el salón—Aunque, ahora que lo pienso, no está muy alejado de la realidad—Se burló, quitándose los zapatos.

-Bienvenido de vuelta, Takashi-San...—El moreno bufó en respuesta, caminando en dirección a la cocina mientras el mayor le seguía el paso.

-Tienes algo que decir? Llevas esa expresión desde que salí—El adulto abrió el refrigerador, sacando una lata de refresco antes de mirar a Reji.

Takashi Nakamoto era un antiguo compañero en la secundaria, y se hicieron amigos casi al instante poco después de conocerse. Decidieron mudarse juntos a un pequeño departamento en las afueras de la ciudad cuando ambos empezaron a tener...problemas.

El moreno tenía aproximadamente veinticinco años, un año mayor que el castaño. Su cabello era corto, de un rosa pálido, y sus ojos eran grises. Su piel era de un tono moreno claro. Solía ser muy mal hablado y agresivo con los demás, aveces incluso intimidante para muchos por su tendencia de amenazar a las personas.

-Nada importante—Reji, en cambio, era muy educado con la gente, naturalmente, tendría una mirada comprensiva y llena de empatía a pesar de no tener un buen día.

Esta diferencia de personalidades resultó en muchas disputas entre ellos.

-Ajá—Rodó los ojos con irritación—Nos conocemos desde hace más de diez años, Reji, no intentes usar tu pequeño truco de 'estoy bien' conmigo—Frunció el ceño con disgusto.

El menor tuvo que agachar la cabeza para poder ver al peli rosa, puesto que el chico era claramente más pequeño de la altura promedio.

-Estoy un poco estresado—Admitió desganado—No eh tenido tiempo para...llamar a los demás—El moreno lanzó un leve 'mhm'.

-¿No has tenido tiempo? O ¿No quieres hacerlo?—El Bakugo entrecerró los ojos, pensativo, mientras se cruzaba de brazos—Eso pensé—

-Quiero hablar con ellos, pero supongo que estoy un poco...nervioso por lo que me dirán—Dijo—Probablemente estén muy molestos conmigo por todo lo que hice—Takashi asintió, dejando la lata en la mesa de la cocina, mirando al castaño con ojos llenos de frialdad.

Reji siempre suele culparse por todo.

Lo que hizo fue peligroso, ilegal y mortal, lo haya hecho por su familia o no, fue algo que pudo haber terminado con su vida.

-No los culpo, fuiste un completo imbécil—El de ojos rojos agachó la cabeza, como un niño que estaba siendo regañado por sus padres. Takashi suspiró—Escucha, creo que deberías hablar con ellos, quieras o no, debes mejorar tu relación con ellos—Dijo—Puedo notar tu preocupación por el mocoso, estoy seguro que quieres alejarlo de ellos lo más pronto posible—

Reji frunció el ceño, su largo flequillo dificultaba leer su mirada.

Hace cuatro años que no hablaba con ninguno de sus hermanos, fue una situación claramente estresante para todos, y se alejaron repentinamente al sentir que todo se volvía demasiado sofocante.

Brother [Katsuki Bakugo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora