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Miró su celular una vez más en el día, pero a diferencia de esta mañana, fue para comprobar la hora.

Decidió que tenía tiempo suficiente, y bajó a la sala común para tomar un poco de agua antes de irse. Apenas salió del ascensor, fue recibido por el alegre saludo de Kirishima, que no dudó en acercarse a él para hacerle plática.

No supo qué le estaba diciendo, ¿Eso importaba?, se sentía mareado y en lo único que podía concentrarse era en irse lo antes posible.

-Bakubro? Me estás escuchando?—El teñido le movió la mano en frente de su cara, probablemente intentando que le preste atención.

Bakugo lo miró por un momento, antes de ignorarlo para seguir su camino a la cocina, siendo seguido por Eijirou, que simplemente siguió hablando sobre cómo le ganó tan fácilmente a Mineta en un videojuego.

Katsuki abrió el refrigerador, quedándose quieto por un momento cuando su mirada se posó en una manzana verde.

¿Debería comer algo también? O ¿Llevarle algo de comer?

Su alimentación decayó bastante durante estos últimos cuatro días, y está seguro de que empeorará en los próximos dos meses.

Todo lo que comía, lo vomitaba.

No tenía hambre, no quería comer, pero le enseñaron que debe llenar sus necesidades básicas aún si lo único que quería era dormir y esperar a que el mundo deje de molestarle.

Ah...Debería hablar de su situación con Reji, aunque duda que pueda llegar en menos de una semana.

Miró de reojo a su alrededor cuando dejó de escuchar la voz del peli rojo y, aprovechando que se había distraído con Kaminari, se fue directamente al ascensor.

Para su buena suerte, nadie lo detuvo.

[...]

Se bajó del autobús de un salto, corriendo hacia un bar antes de detenerse en la puerta para calmarse un poco.

Las calles estaban vacías, y este lugar parecía mucho más llamativo en la oscuridad de la noche.

Suspiró levemente antes de abrir la puerta. Podía sentir el olor de alcohol por todas partes, y a pesar de estar claramente abierto por todas las luces que seguían encendidas, no había nadie.

Cerró la puerta detrás de él, caminando por el pequeño lugar para sentarse en una mesa y esperar impaciente.

Movió su pierna en un TIC nervioso, parecía que estaba un poco desesperado.

No, se sentía asustado, no sabía qué decir o qué hacer.

Las vacaciones parecían mucho más horribles que antes...simplemente se sentía débil, y odiaba esa sensación de inseguridad.

-Katsuki?—Un hombre de mediana edad apareció detrás de la barra, aparentemente saliendo de el almacén, y le sonrió lleno de sopresa—Oh, chico, ¿Desde hace cuánto estás aquí?—

Se acercó a él para darle un amigable apretón en el hombro, aunque el Bakugo menor se movió levemente incómodo por eso.

-Acabo de llegar, pensé que estabas dormido—Fujimoto se rió levemente, negando.

-No tengo sueño, además, ¿Cómo podría dormir sabiendo que ibas a venir? Hace tiempo que no nos vemos...—Actuó pensativo, probablemente bromeando. Agitó la mano, quitándole importancia al asunto—Has crecido mucho desde entonces, pareces muy saludable—

Katsuki alzó la cabeza, orgulloso—Por supuesto que lo estoy, soy mucho más fuerte que antes—

El hombre asintió, sonriente—No lo dudo—Pareció recordar algo cuando volvió a fijar su mirada en el menor, especialmente en sus ojos rubíes—Ah, que memoria la mía, ¿Esperas a Gogo?—

Brother [Katsuki Bakugo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora