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Katsuki, de siete años recién cumplidos, miró desde la puerta de la habitación de los gemelos a su hermano mayor.

En su mano estaban las llaves del carro y de la casa, mientras que en la otra estaba un juguete de All Might, regalo de Hitori.

En sus ojos no había brillo alguno, pero sus labios mantenían una sonrisa inocente y pura mientras tocaba la puerta del cuarto.

Lo hizo más que nada por respeto, la puerta estaba abierta, pero la habitación estaba oscura y la única luz que se filtraba era la del pasillo.

-Reji-Nii...—El pequeño cenizo susurró.

El castaño de ojos rojos siguió escribiendo de manera rápida y constante en su computadora. En el piso habían bolsas de papas fritas vacías, las camas estaban desechas, la mesa en la que Reji estaba trabajando estaba llena de tazas de café y cigarros medio quemados, el mayor estaba comiendo la cena de la noche pasada sin ningún tipo de delicadeza.

El olor a cigarro era fuerte, también habían camisetas en el piso, una de ellas era de Katsuki, que solía dormir en el cuarto de los gemelos.

Reji hizo un leve 'mhm' cuando escuchó a su hermano menor, sin intenciones de mirar al cenizo.

-Mamá se fue hace dos semanas...—omenzó, entrando al cuarto con cuidado mientras hablaba—...Papá no quiere salir de su cuarto...—El castaño asentía levemente, dando a entender que lo estaba escuchando perfectamente—...La nevera está vacía, tenemos que ir de compras!—Sonrió, pero sus ojos no mostraban mucha alegría, no del todo.

-Dile a Hitori que te acompañe—Respondió secamente, pero su tono fue cariñoso.

El menor hizo un puchero, cruzando sus brazos, a modo de berrinche.

-Hitori-Nii no puede venir, está castigado...—Miró su juguete antes de volver a mirar al castaño—Y ni pienses pedirme para buscar a Yohan-Nii o a Gogo-Nii, están ocupados---

El mayor suspiró cuando llegó al tope de palabras, tallando sus ojos con cansancio antes de, finalmente, mirar a su hermanito.

Sus ojos tenían ojeras muy marcadas, tenía una camisa blanca que dejaba ver su clavículas, estaba bastante flaco, pero no de una manera enfermiza, mientras que su cabello era largo y desordenado.

Tenía un flequillo bastante largo, casi tapando sus ojos, pero Katsuki todavía podía ver la mirada de comprensión y amor que el mayor siempre tenía.

-Qué hay de Mikuto-Kun?—Le preguntó, sonriendo a pesar de estar notablemente cansado.

-Durmiendo—

-Kimaru-Kun?—El menor supo que arqueó una ceja divertido a pesar de no poder ver realmente sus ojos.

-En la escuela—Dijo, orgulloso por saberlo.

El castaño volvió a suspirar—Y tengo que ir yo, por ser el mayor, no es así?—

-No-uh!!—El pequeño niño mostró las llaves en su mano izquierda, haciendo sonreír al mayor—Nosotros!—

Reji tomó las llaves de la casa, pero miró las llaves del auto con una expresión burlona.

-No iremos en el auto, Kats—Le dijo, viendo con cariño el leve puchero del menor.

[...]

-Deku me dijo que mañana podríamos hacer una pijamada en su casa!—El cenizo habló, mirando los diferentes productos en las estanterías del Supermercado, caminando al lado del castaño que llevaba el carrito de compras medio lleno.

El hermano mayor asintió con felicidad, revisando un paquete de leche antes de meterlo al carrito y seguir caminando.

-Claro, a Masaru no le importará—Dijo, y el cenizo lo miró emocionado.

Brother [Katsuki Bakugo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora