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La fiesta de Paredes había quedado atrás en el tiempo, pero sus recuerdos perduraban en la mente de Cristian. 

Una fiesta en la que el y alguien más hasta el momento compartían un secreto que quedó grabado profundamente en sus mentes.

A lo largo de un año, la vida de Cristian estuvo marcada por una serie de eventos importantes. Después de su viaje a París, por razones obvias, evitó mencionar lo que había sucedido esa noche a sus padres. Las vacaciones pasaron rápidamente y con ellas llegó una temporada relativamente buena con el Atalanta. El equipo tenía sus desafíos, pero en general, le iba bien.

Luego, llegó la Copa América, donde Cristian logró ser convocado y debutar con la selección Argentina, finalmente formando parte del equipo nacional mayor.

Fue un mes de intensas luchas, discursos alentadores y entrenamientos exhaustivos pero también divertidos. Llegaron a la final contra Brasil, y gracias a un gol de Angelito, lograron ganar la copa que Leo tanto esperaba.

Un día, sin previo aviso, su manager lo llamó y le informó que su excelente desempeño en el Atalanta y su victoria en la Copa América habían llamado la atención del Tottenham Hotspur, uno de los equipos de la big six de la Premier League.
El nombre le sonaba familiar, aunque su memoria a veces fallaba.

El no era mucho de ver futbol ingles, prefería verse los partidos de belgrano y uno que otro de boca.

Aun así, la noticia lo llenó de emoción.

Su representante le explicó que varios enviados del club habían visitado el estadio y habían estado presentes en los partidos importantes para evaluar su desempeño.

Cuando se enteró de que estos representantes lo llamaron para llegar a un acuerdo y firmar el contrato de transferencia, no podía creer que todo eso le estuviera sucediendo a él.

Finalmente, sus esfuerzos y sacrificios estaban dando sus frutos, y tendría la oportunidad de jugar en uno de los clubes de la liga más competitiva del mundo.

 Además, sería el primero de sus amigos en llegar a la Premier. 

Al recibir las emocionantes noticias, Cristian no perdió tiempo en llamar a sus padres una vez que había concluido la llamada con su representante.

Respondieron de inmediato y lo felicitaron con entusiasmo. Su madre, en particular, se emocionó y estuvo al borde de las lágrimas de orgullo por su hijo.

También compartió la noticia con su nueva compañera, Karen, quien lo acompaño en el sentimiento y ahora ambos estaban contentos.

A ella la había conocido durante su estadía en Italia, específicamente en Bérgamo, cerca del club para el que jugaba.

Su primer encuentro ocurrió en una soleada tarde mientras disfrutaba de una merienda en un acogedor café italiano. La camarera, una rubia de sonrisa encantadora, lo atendió de manera tan dulce que ese pequeño café se convirtió en su lugar favorito para tomar café, a pesar de no estar tan cerca de su club.

Le tomó por sorpresa que con la chica compartieran nacionalidad, por lo que se les hizo más comodo conversar en su idioma.

Así comenzó una amistad que creció con cada encuentro en ese lugar especial, donde compartieron más que simples conversaciones. A lo largo de pocos meses, su relación evolucionó más allá de "solo amigos".

Por eso, cuando Cristian les reveló a sus padres y amigos que tenía novia y la presentó durante el receso de temporada antes de unirse a la selección, todos se alegraron profundamente por él.

Sin embargo, habia un pequeño problema.

Un problema que a Cristian ya lo estaba enojando.

Era una molestia constante.

Nunca lo olvidé  /cutison/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora