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Mark Lee y  Lee Donghyuck, dos de los presentadores más reconocidos del noticiero nacional los cuales siempre aparecían en la pantalla en el horario nocturno para darme el cierre al día dejando a todo el país rendido por su belleza.

Eran jóvenes, inteligentes, hablaban bien y sus reportajes del clima casi siempre eran exactos, lo cual hacía que todos amaran a ambos chicos y siempre estuvieran pendientes al inicio de la emisión nocturna para poder verlos.

Pero claro, nadie esperaba que al prender el televisor esperando ver el noticiero terminarían viendo cómo el presentador Donghyuck no estaba en la silla y lo único que podían ver y escuchar era a Mark agitado, gimiendo y con su cuerpo destensionado en la silla.

Aunque claro, había una pregunta más, ¿dónde estaba Donghyuck? Y bueno, para las personas que no tenían hijos y decidieron quedarse mirando, pronto descubrirían aquello pues el otro presentador salió de debajo de la mesa siendo jalado por la corbata hacia Mark quien lo besó fogosamente.

Pero lo importante era lo que todos estaban pensando en ese momento, ¿sabrán que están en live? ¿Por qué nadie para la transmisión? Y muchos al no ver más luces aparte de las de ese set asumían que estaban solos y quizá encendieron la cámara por accidente dando inicio a la grabación pues si analizaban la toma, esta no se movía, estaba estática.

Pero vamos a ir minutos atrás para poder entender cómo llegaron a esto.

[ ... ]

Mark se encontraba repasando su guión, estresado porque no podía memorizarlo, normalmente lo hacía muy rápido, ahora tenía la mitad de este aprendido.

Donghyuck vió al canadiense tenso así que se acercó por la espalda, poniendo sus manos en los hombros de Mark mientras miraba de reojo el guión.

— ¿Para qué estás leyendo eso, Mark? Tú eres genial en esto, seguro apenas te enfoque la cámara recordarás todo. — Afirmó Donghyuck, asustando al mayor quien no había notado su presencia.

— Carajo, Hyuck, debes dejar de llegar tan de la nada. — Murmuró con algo de "enojo" porque había algo que caracterizaba al Lee mayor, no podía enojarse con Donghyuck. — Y sobre lo de leer esto... No puedo aprenderme la última parte y es la más importante,  necesito entenderla. —

El menor suspiró, rodando los ojos y arrebatándole las hojas a su compañero, dejándolas en su lado de la mesa.

— Mark, ¿sabes qué? Tengo una idea. — Y el canadiense que seguía procesando cómo hace un segundo tenía hojas y ahora sus manos estaban vacías lo miró, confundido. — Tengamos sexo aquí, no hay nadie, por lo que sería imposible ponernos al aire pero... Podríamos imaginarnos que sí, sería mucha adrenalina. Aparte hace horas quiero besarte, Mark, te ves tan sexy con traje. — Murmuró, bajando sus manos desde los hombros hasta el pecho y luego el abdomen cubierto por la ropa de Mark el cual se tensó ante el contacto, tragando saliva.

— Hae... — Dijo entre dientes Mark al ver cómo las manos de Donghyuck bajaban cada vez más y más rozando con su pantalón tortuosamente.

Finalmente el canadiense tomó las muñecas del chico alejandolas de su cuerpo, suspirando pesadamente tras dejar de sentir ese roce de las yemas de los dedos de Donghyuck en su piel cubierta por la tela.

El coreano bufó mientras se sentaba en su silla, frustrado al no poder cumplir su objetivo.

— Hey, no te pongas así, cuando lleguemos a casa vamos a divertirnos, ¿okey? — Dijo Mark, poniendo una de sus manos en el muslo de Donghyuck para darle un suave apretón y aunque Donghyuck pensó que iba a seguir, el canadiense tan solo tomó las hojas que le habían arrebatado y se alejó con su silla, volviendo a leer.

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