Capítulo uno: El chico nuevo.

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—Esta ciudad es... encantadora.

—Síp.

Una sirena de policía se escuchó al otro lado de la calle. El chofer del auto bajó la ventanilla para gritarle algo a un auto rojo que pasó a toda velocidad, comiéndose la luz roja y casi chocando con los autos vecinos. Una camioneta pitó con todas las ganas del mundo, aturdiendo por un instante a los jóvenes.

Por favor, encantadora es un término que está lejos de definir esta ciudad —habló la chica que estaba al lado de los dos varones. Era rubia, caucásica y de ojos verdes.

—Tienes razón, Fuli, quizás el término correcto sea «Fustilugs».

—¡Fustilugs! ¡Ja! —Fuli se echó a reír—. Esa palabra ya no se usa, Kion, es del siglo pasado.

El chico, Kion, se rio junto con Fuli. Era más alto que ella, pelirrojo y de unos ojos dorados muy peculiares. El tercer chico miró por la ventana los hermosos edificios que iban dejando atrás por la carretera.

—Fustilugs o no, sigue siendo hermosa —habló este, girando para ver a sus nuevos amigos—. Pero mejor cambiemos de tema, ¿me pueden explicar un poco sobre la universidad? No entiendo ni un bledo de esto.

Kion se echó a reír antes de quitarle la hoja de las manos con su horario, le dio la vuelta y con un lápiz que recogió del suelo del auto dibujó unos garabatos.

—Verás, Bunga, estás a punto de embarcarte en la mejor universidad del país —escribió unas cuantas palabras mientras rellenaba los edificios ya dibujados con el grafito—. Pridelands es única. No porque sea carísima y albergue a los mejores profesores del mundo, sino porque su metodología es diferente.

—Eso me dijo el rector cuando me inscribieron, pero sinceramente me aburrí y no presté atención —el chico, de nombre Bunga, se encogió de hombros. Fuli rodó sus ojos y le dio un golpe por detrás de la cabeza—. ¡Auch! ¡Oye!

—Si no prestas atención a lo que los directivos te dicen, te echarán antes de comenzar siquiera el primer semestre, tonto.

—Ya, ya, no peleen aquí —Kion tomó las manos de Fuli entre las suyas—. Pero Fuli tiene razón, Bunga, esta escuela es muy estricta. Valoran demasiado el esfuerzo y todas esas cosas, necesitarás prestar atención si quieres seguir aquí.

Fuli forcejeó y alejó las manos de Kion, cruzándolas sobre su pecho y fulminandolo con la mirada.

—En primera, no me toques —le dijo—. En segunda, yo siempre tengo razón. Así que mejor hazme caso y no busques problemas o...

—Entiendo, entiendo, me pueden echar —Bunga suspiró, enredando sus manos en su cabello azabache—. Pero aún no comprendo, ¿por qué solo existen seis semestres?

—En Pridelands las cosas funcionan así. Las carreras se dividen por semestres, como en cualquier sitio, pero acá cada semestre dura un año entero —explicó Kion. Con una seña de sus manos le dijo al chofer que cambiara la música. Inmediatamente empezó a sonar «Inmortals» de Fall Out Boys.

—¿En serio? ¿Grandes Héroes? —Fuli se mofó—. ¿Tienes diez años o qué?

—Como te decía —ignoró por completo a su amiga—. Las carreras duran lo mismo que en otras universidades, solo que aquí no son diez o doce semestres, son seis.

—¿Algo así como en la preparatoria? —Kion asintió—. Bueno, quizás no me pierda tanto.

—Créeme, te acostumbras rápido y... ¡hey! —la música cambió por una estilo pop, no la reconoció, pero supo quién había sido la causante de tal arrebato—. ¡Fuli, venía la mejor parte!

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⏰ Última actualización: Jan 23 ⏰

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