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Una vez que la taiwanesa terminó su almuerzo huyó de aquella mesa en la que se encontraba con la excusa de que debía ir a armar su tienda, sin embargo, la verdadera razón era la vergüenza que sentía por sus mejillas rojizas a causa del reciente coqueteo de Sana.

Estaba algo preocupada por la forma en que esa chica se había acercado a ella, porque Sana no podía enamorarse de ella cuando ni siquiera conocía su real identidad.

Entonces intentó dejar de darle tantas vueltas al asunto para concentrarse en armar su tienda, pero era difícil, entonces a pesar de estar haciendo su mayor esfuerzo el general se acercó a ella enojado a causa de su ineficiencia.

—Otra vez dando problemas, Zhou?— El general la miró de forma despectiva.

—Yo solo interto armar...— Ella trató de explicarse.

—No me interesa!— El general gritó de pronto —No te pedí explicaciones, solo date prisa y termina de armar esa tienda antes de que comience el entrenamiento! Incompetente.

Y sin más, el general se alejó de ahí negando con la cabeza.

Mientras tanto, Sana miraba con impotencia desde la cabaña de esclavas cómo el general trataba a aquel apuesto chico, estaba molesta, por supuesto que lo estaba, no podía entender porqué el general era tan malo con Zheng, y pensando en él recordó lo que había pasado en su mesa.

No pudo evitar avergonzarse de sus acciones, aquello había sido una completa locura, Zheng ni siquiera le gustaba, era torpe y lento, pero no podía negar que era demasiado atractivo, y después de la forma en la que esas chicas del río lo habían mirado Sana se había puesto celosa sin razón alguna.

Entonces recordó lo que sus amigos dijeron en la mesa, recíproco? A qué se referían ellos cuando dijeron "parece ser recíproco"? Acaso Zheng también se sentía atraído por ella? Porque al final de cuentas ellos ni siquiera habían convivido lo suficiente como para gustarse, obviamente si sentían algo mutuo solo podía ser atracción física, además, qué le aseguraba que él no era igual a todos esos hombres? Qué le aseguraba que Zheng no la iba a tomar por la fuerza una noche en ese campamento? Aunque realmente, si era él, Sana no tendría problemas con eso, pero no! Zheng era del país enemigo y Sana no podía sentir nada por un enemigo.

Sin embargo sus ideas se vieron interrumpidas cuando lo miró secarse el sudor de la frente con la parte inferior de su camisa, demonios, la mente de Sana quedó en blanco ante aquel sensual abdomen, marcado, pero sin ser demasiado exagerado, Zheng era flaquito, y Sana no pudo evitar sentir un poco de envidia al ver a un hombre con más cintura que ella.

"Maldito Zheng, eres tan perfecto que te odio" Sana pensó mientras miraba al muchacho continuar armando su cabaña.

Y en menos de lo que creyó, Tzuyu terminó de armar su cabaña, ahora estaba lista para comenzar el entrenamiento, justo a tiempo como el general lo había pedido. Pero a pesar de su puntualidad, el general simplemente le dedicó una mala mirada al verla llegar.

Y Tzuyu tragó seco ante aquella intimidación.

Estuvieron entrenando toda la tarde hasta que la noche cayó, pero Tzuyu seguía sin poder concluir con el mismo ejercicio del día anterior, y a pesar de lo cansada que estaba el general la obligó a seguir intentando sin descanso, estaba tan molesto por su pesimo desempeño.

—Qué demonios pasa contigo?!— El general gritó de pronto asustando a Tzuyu.

Y por consiguiente la menor se resbaló del tronco al que intentaba subir cayendo sentada directamente al piso.

Todos los presentes se habían sobresaltado al escuchar al general tan enojado.

Incluso en la cocina, las esclavas también habían escuchado ese grito.

REAL YOU || SATZUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora