Esa misma noche todos los hombres, y tzuyu, tuvieron entrenamiento nuevamente, apenas era el primer día y la joven taiwanesa sentía que no resistiría un minuto más, estaba exhausta y lesionada, pero el general no le había permitido descansar por eso, no cuando estaba haciendo un pésimo trabajo en todas las actividades.
Pero para suerte de Tzuyu la cena comenzó antes de que ella colapsara ahí mismo y luego de comer finalmente pudo ir a dormir, estaba cansada y la mirada asesina del general la tenía aterrada que no encontró mejor opción que huír de la mesa una vez que terminó su cena.
Además debía recobrar su energía descansando, pues la siguiente mañana levantarían el campamento y viajarían a la próxima provincia para establecerse ahí por unos días, así que debía dormir pronto a pesar de todo lo que pasaba por su mente en estos momentos, el general odiándola desde el primer día, esos hombres que parecían desagradables siendo ahora sus amigos, y por último, Sana, la joven y delicada prisionera que la había llamado lindo.
Tzuyu sabía que era una chica, y le encantaba serlo, pero el hecho de que Sana la hubiera llamado lindo realmente la hacía sentir atractivo, su ego estaba por los cielos con esa sola frase, ella era el único hombre lindo del campamento ante los ojos de Sana y no sabía porqué aquello le emocionaba si al final de cuentas ella no era un chico lindo, sino una chica atractiva, pero realmente se había sentido como un hombre apuesto gracias a esas palabras tan simples que Sana le dijo.
Por alguna razón se había sentido superior y su pecho estaba inchado de orgullo, o tal vez era la venda la que la hacía sentir así.
Así que dejó de pensarlo tanto y recordó que debía prepararse para dormir, entonces tomó la bolsa de ropa que le habían dado ahí y se dirigió a la ducha del campamento para darse un baño rápido antes de dormir.
Y finalmente pudo sentirse libre al quitar esa enorme venda de su pecho en la ducha, pero no fue por mucho, pues ella debía volver a salir de la ducha, así que se la colocó de nuevo para regresar a su cabaña ahora completamente limpia y fresca para finalmente poder dormir sin esa fastidiosa venda que debía usar por los siguientes meses.
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A la mañana siguiente Tzuyu despertó exaltada a causa del escándalo que el general hacía desde muy temprano, y entonces recordó en dónde estaba.
Debía vestirse rápido y salir para comenzar a levantar el campamento, así que nuevamente tuvo que aprisionar su cuerpo entre esa pesada armadura que obligatoriamente debía usar estando ahí.
Así que una vez lista comenzó a recoger sus cosas tal como el general pidió y desarmó su tienda para comenzar a caminar hacia donde el general indicaba.
Afortunadamente los hombres de ahí parecían bastante diligentes para momentos que implicaban rapidez como estos, y todos partieron juntos hacia la siguiente provincia.
Desafortunadamente para Tzuyu no era tan fácil transportar sus cosas en brazos por largas distancias, pues ella nunca había tenido que hacer algo como eso, por lo cual, se encontraba completamente sudada cuando el día apenas estaba comenzando, lo cual parecía bastante atractivo ante los ojos de las chicas que yacían lavando sus ropas en el río.
Claramente aquellas miradas coquetas no pasaron desapercibidas para Tzuyu quien solamente sonrió incómoda y continuó con su trayectoria ignorando los coqueteos.
—Uy Zheng, sí que eres todo un galán— Comenzaron a bromear sus nuevos amigos.
Porque claro, ellos también notaron como todas las chicas del camino miraban a Tzuyu, o mejor dicho, a Zheng.
Pero ellos no fueron los únicos que se dieron cuenta.
Pues Sana, quien desde atrás seguía a todo el campamento junto con las demás prisioneras, también había visto las miradas nada disimuladas de esas mujeres.
Y aunque aquello le irritó un poco, ella se tranquilizó al instante, pues esas mujeres no tenían el mismo privilegio de ver a Zheng todos los días por los próximos meses.
Porque claro, ese lindo muchacho había llamado la atención de Sana, porque desde los 15 que llegó al campamento como prisionera ella nunca había visto a alguien tan apuesto por ahí, solamente llegaban señores groseros año tras año y ella estaba arta de eso.
Pero para su suerte, ese lindo chico ahora estaba ahí y se moría de ganas por conseguir al menos un beso de él, pues nunca se había sentido atraída de esa manera por alguien.
Entonces continuó caminando animada hasta llegar a la siguiente provincia en la que comenzarían a instalarse.
Por desgracia, al ser una sirvienta ella no tuvo la oportunidad de descansar cuando llegaron, pues debía darse prisa y preparar la comida para servirla a los reclutados del campamento.
Así que se dió prisa antes de que el general viniera a regañarla por su falta de energía y ayudó a las demás mujeres a preparar todo lo necesario.
Y una vez listo comenzaron a repartir los platos a los hombres que yacían sentados al rededor de las mesas.
Entonces trató de localizar con la mirada en dónde se encontraba Zheng, porque claro, ella no iba a desperdiciar la oportunidad de acercarse, pero entonces vio a una de sus compañeras caminar con dirección a la mesa de Zheng y corrió hacia ella para tomar la bandeja de sus manos de manera apresurada.
—Sana, qué haces?— La mujer preguntó confundida mientras soltaba la bandeja que Sana había tomado de sus manos.
—Solo quiero ayudarte, yo terminaré de servirles a ellos— la joven respondió con una sonrisa inocente a la mujer frente a ella.
Y luego de darle una mirada de sospecha a Sana la mayor pudo unir los puntos, pues al ver al "hijo del campamento" ahí sentado y las mejillas rojas de Sana todo cobró sentido, era obvio que la joven japonesa solo quería acercarse, entonces le dió una última mirada a Sana y se retiró sin más para seguir sirviendo en otras mesas.
Entonces Sana sonrió y continuó su camino con dirección a la mesa de Zheng para servirle a él primero parándose detrás de él y pasando sus brazos por su cuello para finalmente dejarle su plato en la mesa.
Y Tzuyu no pudo evitar ponerse nerviosa ante aquel sorpresivo abrazo "discreto" por parte de Sana, se sintió extremadamente rara al notar el coqueteo de esa chica y por consiguiente ella también se puso nerviosa.
—Uuuyy, parece que es recíproco— Los hombres de su mesa comenzaron a molestar a Tzuyu dándole codazos suaves a modo de broma debido a su reciente interacción con Sana.
Pero ella solo se aclaró la garganta y comenzó a comer sin decir nada.
Debía darse prisa para poder armar su cabaña antes de que la noche cayera, así que no quiso perder el tiempo contradiciendo a sus nuevos amigos.
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REAL YOU || SATZU
FanficChou Tzuyu decide poner en riesgo su vida para salvar la de su padre cuando toma su lugar en el ejército chino para ir a la guerra y luchar contra Japón. En medio del caos conoce a Sana, una prisionera japonesa que se enamora de ella sin conocer su...